Simplemente pienso que después del golpe que le metiste su rinoplastia fue en vano. - ella soltó una gran carcajada.- ¿Tú cadena tiene arreglo?- pregunté interesado.
-Si, si lo tiene.- no se el porque pero eso me alivió.
-¿Cómo pasó la pelea?
-¿Tanto te gusta el chisme?- preguntó con asombro.
-Habla.
-¿Por qué tendría que hacerlo? No somos amigos.
-Porque yo lo digo.
-¿Y eso me tiene que importar?
-Si- ella es desesperante.
-¿Por?
-Habla de una buena vez.- dije perdiendo la paciencia.
-Bueno, yo iba caminando muy tranquilamente por los pasillos cuando ella chocó contra mi persona.
-¿Te gusta chocar con la gente?
-Ella chocó contra mi, la cosa es que me dijo "Fíjate zorra" y yo me enojé y..
-Y le arruinaste la rinoplastia.- terminé.
-No
-¿Qué?
- Yo me enojé y le respondí con otro insulto y ella agarró mi cadena y la arruinó.
-Por eso la golpeaste- concluí.
-Así es.
-¿Cuánto tiempo te suspendieron?- pregunté curioso.
-Una semana, estaría feliz debido a que me quedaría en casa pero mamá me castigó ¿Qué clase de madre castiga a su hija por darse a respetar?
-La de la mayoría de las personas.- respondí con obviedad
-Era una pregunta retórica.
-Deberías haberlo dicho.
-Estás admitiendo que tienes tan poco intelecto que no sabes identificar una pregunta retórica.- dijo ella con una sonrisa mientras se levantaba del lugar.
-No, jamás admití eso.- dije igualmente levantándome.
-Eso es un autoengaño. Te haces creer que no cuando si.
-No es un autoengaño.
-Si lo es- dijo caminando más rápido.
-No, no lo es-dije ya casi llegando a su lado.
-Que si lo es- esta vez ya estaba corriendo.
-¡¡¡NO!!!
-¡¡¡SI!!!- dijo entre carcajadas sin dejar de correr.
No se cuanto tiempo corrimos pero debió haber sido mucho. Cuando volví a la realidad y dejé de reírme me di cuenta de que estábamos en el parque y al lado de Luminitsa estaba su mejor amiga dándole una mirada severa, y algo me dice que no fue precisamente por que este suspendida. Me huele a celos.
-¡¡¡LUMINITSA, ¿QUÉ TE PASA?!!!
-¿Por qué le gritas?- le dije en un tono severo. No es que ella me importe, simplemente no soporto el maltrato.
-Hola, soy María ¿Tú eres Duncan Anderson?- dijo en un tono dulce que no me convencía, pero solo asentí a su pregunta- le grito porque no tenía que haber golpeado a Paola Giraldo, detesto la violencia.
-¿De qué hablas? Tú estabas ahí cuando la golpeé y hasta te reíste.- dijo, no en un tono inocente pero si uno confundido y divertido con las manos en su cintura.
-De todas formas no tenías porque golpearla.
- Ese tono dulce y pulcro no me va a conquistar. - su mirada solamente se agrandó de la sorpresa - ¿Te das cuenta que le hizo daño a una reliquia familiar de más de cien años?- pregunté. Siendo ella su mejor amiga tendría que saberlo.
-Tienes razón. Si debiste golpearla.
"Dios" pensé, ella es mucho peor que su amiga.
-¿Tan poco criterio propio tienes?- Parece que si- María, ¿Te vas a dejar guiar por lo que diga este?
-Este, tiene nombre y es nada más y nada menos que Duncan. En cuanto a lo otro, pequeña luz, tú también deberías dejarte guiar por lo que diga yo.
Sus labios rosados fruncidos al igual que su ceño daba ternura. No, no daba ternura, era simplemente ridículo.
-No gracias guerrero oscuro. Yo si tengo criterio propio.
-Yo también tengo criterio propio, lo que pasa es que me había olvidado de tu cadena.- Mentirosa, hipócrita y muchos insultos más, pero no los digo porque soy educado.
Pude ver cómo Luminitsa tenía una muy buena respuesta hacia lo que dijo Miriam pero sin embargo se tragó su argumento para no ocasionar una pelea, acto que me pareció muy maduro debido a que ni siquiera yo tengo ese autocontrol.