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CAPÍTULO 172- Kei vs Grifio y Zero. Parte 1.

CAPÍTULO 172- Kei vs Grifio y Zero. Parte 1.

(Pov- Kei.)

Ah... Lo logré. Conseguí la ayuda de Chersy.

Ahora solo falta hablar con Nisei.

Ella está en el gremio en este momento, ya me comuniqué con ella por medio de la [Comunicación de pensamientos].

Debemos hablar en persona para mostrarle el libro, pues...

... ¿Eh?

Pasé caminando al lado de un callejón, pero sentí un extraño poder mágico... Magia demoníaca.

Gracias a mi experiencia con demonios, sé perfectamente cuando un demonio está cerca.

Volteé a mi izquierda.

—... Esto debe ser una broma.

—Fufu. No esperaba verte aquí, Kei.

—Mierda, el plan se arruinó.

... Zero y ese otro demonio están enterrando algo en el suelo... Es un aparato raro.

... Creo que ese demonio es Grifio.

—Ah...

Todo el plan se fue a la mierda en unos segundos.

—Supongo que...

Le lancé una esfera de fuego a ese extraño aparato.

Zero y Grifio se alejaron inmediatamente y la esfera de fuego destruyó por completo ese aparato.

No soy un idiota... Bueno, sí, pero no tanto. Ese aparato era peligroso. No debía perder más tiempo.

—¡Idiota! ¡¿Sabes cuánto tiempo me tardé en hacer eso?!

Tomé aire y grité con todas mis fuerzas.

—¡¡¡Demonios!!!

—¡Cobarde de mierda...!

Me acerqué rápidamente a Grifio y le di un golpe en la cara.

—Se llama estrategia.

Zero intentó atacarme, pero esquivé sin problemas su ataque.

Es más débil... Todavía no se recupera de su pelea con Rinia.

—Rinia te derrotó y tú escapaste.

Le di un golpe en el estómago y sonreí.

—Eres patético.

Abuela, chicas, lleguen pronto. Es el momento perfecto para eliminar a dos comandantes.

(Pov- Zei.)

—¡Uwaaaah! ¡Está demasiado alto!

—No te preocupes, no te soltaré.

Llevé a Dianka a mi mundo original y se lo estaba enseñando.

En este momento estábamos flotando en el aire, observando mi ciudad natal.

—Bueno... Aquí nací... Un mundo mágico... ¿Quieres que te enseñe la ciudad?

—¡Sí, por favor!

No me tiene miedo... Bueno, considerando que gracias a mí recuperó las partes de su cuerpo y soy su novio, creo que era obvio que me seguiría tratando igual.

Usualmente llego volando a la ciudad y aterrizo en un callejón.

Mi velocidad es increíble, así que no soy visto, pero Dianka no puede soportar mi velocidad... Y tampoco puedo llamar la atención.

Debemos entrar a la ciudad de la manera común... Por la entrada principal.

No se le permite la entrada a personas sin identificación, para evitar que ladrones o personas expulsadas de la ciudad puedan entrar.

Mi familia es dueña de la ciudad, así que puedo entrar sin problemas si entro con mi forma normal... Pero lo haré sigilosamente.

—Zei... ¿Eso es un Elfo?

Nos dirigíamos a la entrada caminando.

Todos están haciendo fila, pero no es necesario para mí, soy el hijo de los dueños de la ciudad... Oh, ¿a esto se le llama: privilegios de ricos? No lo sé... Casi nunca salía, así que no sé nada.

Y Dianka está observando a las personas con curiosidad y sorprendida.

—Elfos, Enanos, Gigantes, hombres bestia... Existe una gran cantidad de diferentes razas humanas... Y no hay discriminación por raza... Es muy diferente al otro mundo, en donde los humanos se discriminan entre ellos por el tono de piel... Los humanos del otro mundo son raros... Sin ofender.

—No te preocupes.

Llegamos a la entrada y me paro frente a un guardia.

—Queremos entrar.

—¡Oye, debes hacer...!

Me quité la capucha y mostré mi rostro.

—¡D-disculpe mi estúpido error, señor Zei! ¡Pase!

—Gracias.

—... ¿Gracias?

... ¿Por qué me ve tan raro...?

Ah... ¿La chica que se hace pasar por mí los trata mal? Maldita sea, está arruinando mi reputación... Bueno, aunque mi reputación era una mierda, así que no importa.

Sin perder más tiempo, Dianka y yo entramos a la ciudad.

—Fetoca.

—Sí

Fetoca, en su forma como polvo, salió de mi cuerpo y se alejó de mí.

—... Zei, dijiste que Fetoca siempre está dentro de ti, ¿verdad?

—Sí. Vive dentro de mí.

—... ¿I-incluso cuando nosotros... tenemos sexo?

—No te preocupes, él duerme cuando lo hacemos. No nos espía, de eso me aseguro yo.

—Ah... Menos mal.

Suspiró aliviada y sonrió.

—¡Muéstrame todo!

Me abrazó el brazo y le acaricié la cabeza.

—Claro, vamos. Te enseñaré el gremio.

—¿Zei?

... Esa voz.

Volteé a mi derecha.

—... Se ve diferente.

—Sí... ¿Por qué la está tratando bien?

... Ah... Lana y Kiasan.

Fetoca entró por mi oreja izquierda.

—Está dormida. Tomaré el control de tu cuerpo, analicé los recuerdos del Zei falso.

Sí.

Fetoca tomó mi cuerpo y me acerqué a ellas.

—¿Qué quieren? ¿Les gusto? No estoy interesado en estúpidas plebeyas.

Las empujé y cayeron al suelo.

—Largo de aquí.

Me alejé de ellas y recuperé el control de mi cuerpo.

Ah... Me dolió hacerlo, pero no quiero que me descubran.

—¿Y por qué no vamos a otra ciudad?

... Fetoca, me di cuenta de que soy un idiota.

Tomé de la mano a Dianka y me alejé corriendo.

—Perdón por eso, era necesario... No quiero que descubran que soy el verdadero.

—No te preocupes.

Solo a mí se me ocurre venir a mi ciudad natal... Soy un idiota.

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