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"Hmm, ¿se están divirtiendo?"

La voz de Alexander sorprendió a las 5 niñas y niño, y Kunou parpadeó lindamente antes sonreír viendo a Alexander caminando hacia ellos.

"¡Tou-san~!"

"Jejeje, Kunou, espera, hace cosquillas."

Alexander rió porque Kunou corrió hacia él y se subió en sus hombros con la misma velocidad de una ardilla que se sube a un árbol.

"Hai, Smith-sama, hablar con Kunou-chan es muy divertido, ella es una muy buena chica."

Rías sonrió y habló con Alexander con gracia.

"Ya veo, muchas gracias por atender a Kunou, ya las conversaciones están terminando con Yasaka y Grayfia-san, así que después de eso, como el asunto ya está resuelto, tendrán un tiempo para visitar Kyoto, y también, si quieren no me llamen Smith-sama, eso suena bastante extraño, pueden decime Alex o Alexander sin problemas."

Rías no se sorprendió por tal cosa, ya que anteriormente Yasaka les había dicho que la razón por la que veían a investigar tenía que ver estrechamente con Alexander, más como si él fuera directamente la razón. Aunque hubo una cosa que sí llamó su atención.

"Podremos... ¡¿visitar Kyoto?!"

Rías se sorprendió y lindamente habló con una voz llena de expectativas, aunque, vió que había perdido su comportamiento, y con un tinte rojo en las mejillas, tosió, "Y-Ya veo, umu, es muy bueno escuchar eso."

'Jejeje.' Alexander sonrió mentalmente por lo simpática que era Rías tratando de parecer seria, como Aki cuando Olga se burlaba graciosamente de ella.

"Fufufu, Rías-sama está muy emocionada."

Y Akeno se puso la mano sobre la boca para reírse un poco. Todavía no tenía la presencia de ese "Ara~ Ara~" adulto que tenía en la serie, pero al parecer iba por el camino correcto.

"Muu."

Rías hizo un pequeño puchero.

Entonces, sin que nadie se diera cuenta, la pequeña Koneko caminó hacia el lado de Alexander, y luego le sujetó con los deditos, la manga de su (de Alexander) Yukata.

Alexander estaba sorprendido, "¿Eh?"

...

No sólo él, hasta Rías, Akeno y Kiba estaban igual, ya que desde que Koneko se hizo sierva de Rías, ella no había sido activa exactamente en nada social, o en llamar la atención del otro lado.

Incluso Venelana Gremory, anteriormente de apellido Bael, la mamá de Rías, también tenía mucho tacto al tratar con Koneko, ya que la niña parecía haber pasado una experiencia muy mala, y por eso es que a no ser en las ocasiones que Rías o Akeno pasaban tiempo con ella, o en las ocasiones que tenía que aprender la etiqueta noble u otro cocimiento relevante, la pequeña Koneko pasaba su tiempo en soledad en el Inframundo.

...

Koneko miró con su carita Loli a Alexander, y sus ojos estaban serios, pero el sonrojo en sus mejillas y orejas la hacía 20 veces más adorable.

"Alexander-sama... me puede dar... ¿palmaditas?"

Koneko no sabía porqué es que ella hacía esto, de hecho, a ella le parecía extraño que estuviera pidiendo algo así a alguien que ni siquiera conocía, tal vez era porque ella podía sentir una energía muy familiar en Alexander desde que lo vió... tal vez porque escuchó hablando a Kunou y algo hizo que ella se moviera sola... tal vez porque estaba algo celosa de los mimos que Alexander le daba a Kunou, cosa que era normal teniendo en cuenta su edad... como sea, Koneko tenía mucha vergüenza ahora mismo, y también un poco... de expectativas.

"¡Ah!"

Kunou parpadeó y se dió cuenta de algo, entonces ella sujetó el cabello de Alexander mientras le hablaba, "Tou-san, yo le dije a Koneko-sama que tú dabas las mejores palmaditas del mundo, tou-san, Koneko-sama se ve triste, ¿puedes darle palmaditas para que esté contenta?"

"Es así, ¿eh?"

Alexander vió con calma a la pequeña Koneko, y sólo después de casi derretirse de azúcar diez veces en un segundo, él sonrió y estiró la mano sobre la cabeza de Koneko.

Manos del Renacimiento.

"No sé porque estás triste, Koneko-chan, pero no hay que estar triste, porque cuando uno está triste, entonces tiene menos tiempo de vida para ser feliz, aquí."

"..."

Alexander le dió unas palmaditas a Koneko en la cabeza, y ella entonces bajó la cabecita sin poder verse su cara, hasta que...

"Nyanhh~"

Ella cerró sus ojos y sonrió levantando la cabeza con una expresión de alegría, luego acercó su cabeza más a la mano de Alexander, como una gatita que se arrimaba a su dueño.

"Koneko..."

La expresión de Rías mirando a Koneko era... complicada, si se podía decir, ya que por un lado estaba contenta de ver la sonrisa de Koneko que nunca había visto, pero por otro lado... estaba algo celosa de que no era ella, su ama, quien estaba haciendo sonreír a Koneko de esa forma, y para el registro... también estaba celosa porque esas palmaditas que daba Alexander se veían muy ricas...

"Fufufu~ Koneko-chan es muy linda cuando sonríe."

"Si, es verdad."

Akeno y Kiba también sonrieron en ese momento. La escena era muy tierna cuando todos veían a Koneko reaccionando lindamente a las manos de Alexander en su pequeña cabeza.

Alexander terminó de darle palmaditas a Koneko, y ella entonces, toda roja, se escondió detrás de Rías, luego asomó sólo los ojos desde la espalda de su ama, y susurró, (Gracias...)

'Me quieres matar... ¡¿de tanta ternuraaaaaaaaaaaaaaaaaaaa?!'

Alexander sonrió suavemente con una expresión normal, pero dentro de su mente soltó un rugido por la Kawaisidad de Koneko.

'En serio... soy muy débil con este tipo de cosas...'

Parecía ser algo sacado de algún Anime, pero en el modo de ver de Alexander parecía extremadamente real, y este detalle, en lugar de quitarle ternura, lo que hacía era sumarle más, por eso se podía imaginar como Alexander ahora mismo tenía el colesterol en sus límites.

En ese momento, Akeno vió la cara de Rías y las muecas que esta hacía, y sonrió traviesamente, "Jejeje~ Viendo la cara Rías-sama, al parecer ella también quiere unas palmaditas, fufufu."

"¡A-Akeno! ¡Mouu!"

.....

"Ah, Alexander-sama, ¿está conversando con Rías-ojou-sama y su nobleza?"

Grayfia vino desde el interior de la mansión junto a Yasaka, y vió que Alexander hablaba con el grupo de Demonios y con Kunou que estaba sentada en sus anchos hombros. Ella preguntó, aunque le pareció extraño que Rías y Akeno estuvieran sonrojadas, Koneko estuviera con una pequeña sonrisa, y Kiba con una expresión feliz pero también complicada. Había que decir que era algo muy raro que Akeno se sonrojara, y que Koneko sonriera como lo estuviera haciendo, por lo que Grayfia estaba algo sorprendida. En especial en el caso de Akeno, esta pequeña adulta siempre tenía una sonrisa formal en su cara, y verla ahora sonrojada y actuando apenada era algo bastante inusual.

"Si, Rías-chan me estaba hablando de su familia y de su hermano mayor, que es uno de los Rey Demonio del Inframundo, debo decir que estoy sorprendido."

"Ya veo."

"¿Ya terminaron de conversar entre ustedes también?"

Yasaka avanzó y sostuvo el brazo de Alexander mientras decía, "Hai, querido, ahora Grayfia-sama y Rías-sama, así como su nobleza, se quedarán aquí hasta la noche, para visitar y hacer algo de turismo por Kyoto, y luego regresar contigo al Inframundo."

Yasaka dió un suspiro después de terminar de hablar, todavía no demasiado cómoda con la idea de Alexander visitando, literalmente, uno de los lugares más peligrosos de todo el mundo.

"¿Finalmente podremos visitar Kyoto?"

Rías, aguantando la emoción de su turista y amante de Japón interior, preguntó.

Grayfia la miró como si estuviera viendo a una hermana pequeña, y en una rara muestra de emociones, sonrió ligeramente, "Si, todo el día lo pasaremos visitando Kyoto."

"¡Hai!"

Rías sonrió burbujeantemente, ella no lo podía esperar.

Es casi como si la única razón para la que viniera a aquí a Kyoto fuera para hacer turismo y no investigar un suceso que llamó la atención de las Tres Grandes Facciones...

.......

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