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Mundo Shinobi - Mokujin CIA. - 330

Kain volvió a la casa, se puso a trabajar en sus cosas y una vez que los clones terminaron con los procesos de corrección. Se reunieron, debatieron los cambios y los implementaron. Lo que debería haber sido una jornada de dos horas de trabajo en diez clones, se convirtió en cinco horas de trabajo por cada uno. Kain desvaneció a los diez clones y el conocimiento y experiencia fluyo a su mente como si fuera aguja que cocía las redes neuronales formando conexiones. Eran cincuenta horas de duro trabajo entrando en su mente y reorganizando las conexiones nerviosas en su cerebro. Él se agarró la cabeza con ambas manos, le sangro la nariz y los oídos. Era demasiado conocimiento de golpe. Si él fuera una persona normal, hubiera caído inconsciente durante varios días, pero con su alta taza de recuperación solo fue una aguda agonía que duro dos minutos, pero que se sintieron como dos horas.

Kain soltó un largo suspiro, se puso de pie, metió su mano derecha en la manga izquierda de su haori. Sacó un pañuelo, no era la primera vez que le pasaba esto. Llevo el pañuelo a la nariz y se limpió la sangre. Al mismo tiempo, dijo —Guardián, realiza un escáner a mi cerebro y dime si encuentras anormalidades o daños—

—Procesando— respondió Guardián con voz femenina, suave y metálica. Después de diez segundo respondió —como siempre, tiene un cerebro prístino y en perfecto estado—

—Mmm, es bueno recordarlo— respondió Kain, termino de limpiarse la sangre de la nariz y tomo una parte limpia del pañuelo para limpiarse la sangre de los oídos. Tomo una profunda respiración y camino hasta el centro del campo de entrenamiento. Se detuvo frente al calado en el suelo por donde debería emerger el pedestal. Kain realizo una seguidilla de sellos, junto sus palmas y dijo —kai—. El calado en el suelo se abrió y dejo salir una luz celestial. Entonces se elevó el pedestal con el diamante gris en la punta. Una vez que el pedestal alcanzó el metro de altura, Kain acercó su mano y retiro el diamante gris. La luz y todos los sistemas se cortaron exceptuando los que mantenían las partes humanas y órganos en el agua verde dentro de los tubos de vidrio.

A los pocos segundos se escucharon las turbinas y volvió la energía. Todas las luces se encendieron y Kain miró el diamante en su mano. Se dio la vuelta sin activar el modo asistente de Guardián, no necesitaba que la inteligencia artificial estuviera levitando a su alrededor. Para empezar, necesitaba abrirla y cambiar varios circuitos de sellos para mejorar los procesos y la precisión.

Kain fue a su laboratorio, coloco a Guardián encima de la mesa de trabajo y miró el reloj en la pared. Eran las once de la noche. Entonces se enfocó en el diamante gris, realizo una seguidilla de sellos y al terminarla, dijo —Kai— el diamante se descompuso en varias placas de metal de un centímetro de grosor. Todas tenían intrincados grabados de sellos que se conectaban entre sí y unidos le daban vida a Guardián, la inteligencia artificial de escaneo y gestión de la información.

Kain termino todo el proceso a las tres de la mañana. Tomo el diamante gris en su mano derecha, busco el ojo y lo presiono. Al instante siguiente emitió una luz roja, el diamante levito encima de la mano de Kain y pasado unos segundos, la luz paso de roja a amarilla.

—¿Cómo estás Guardián?— preguntó Kain medio en broma —¿Estás viva o te mate?—

—Para su mala suerte, todavía estoy viva— respondió Guardián —recuperando procesos de la anterior sesión…—

Guardián continúo enumerando procesos uno a uno hasta que dos minutos después, la luz amarilla de su ojo paso a verde y por último, celestial —todos los procesos iniciados correctamente— dijo —Guardián está habilitado para el escaneo y gestión de la información—

—Genial, realiza un proceso de escaneo a tu propio circuito y dime su nivel de eficiencia— respondió Kain

—Procesando— respondió Guardián

Kain fue a buscar una silla, se sentó frente al diamante gris que flotaba en el aire y lo quedó mirando. La luz celestial del ojo parpadeaba a medida que realizaba el proceso y dejo de parpadear cuando termino —los niveles de eficiencia se han optimizados en un quince por ciento—

—¡¿Qué?!— protesto Kain —pero si debía mejorar en un treinta por ciento— Kain agacho su rostro, apoyo las manos en la mesa de trabajo y miró suelo plano de piedra —¿Dónde está el error?— soltó una exhalación, se acarició el cuello y lo doblo de lado a lado haciendo crujir sus vertebras —estoy cansado, mejor sigo mañana—

Kain se levantó de la silla, tomo a guardián en su mano derecha y salió del laboratorio. Volvió al centro del campo de prácticas y vio el pedestal por delante de él. Se detuvo, entrecerró los ojos y frunció la boca. Lo quedó pensando por un momento y cerró los ojos con fuerza para luego darse una fuerte palmada en la frente que reverbero por todo el subterráneo —sistema de escaneo y gestión de información— dijo con un tono de voz firme, como si se estuviera regañando a sí mismo. Miró el diamante gris en su mano derecha, levantó la vista al techo sintiéndose el más idiota del mundo y soltó un suspiro. Después dejo el diamante en el pedestal y el pedestal volvió a emitir el brillo celestial. El pedestal comenzó a bajar, se ocultó bajo tierra y quedó oculto.

Entonces se escuchó la voz de Guardián —Señor—

—¿Sí?— preguntó Kain

—Considerando la hora ¿Desea cambiar la programación de mañana?—

—Sí, deseo cambiar la programación de mañana. Primero, construyamos un cerebro para mi—

—¿Perdón?—

—Nada, era broma, lo siento. Mueve el horario para empezar a trabajar desde las doce del día. No creo que me levante antes que eso. Además, tengo asuntos que atender—

—Lo programare como usted diga—

—Gracias— dijo Kain sintiéndose derrotado, camino al área de transferencia y volvió a su habitación. Se sentía muy cansado, las luces estaban apagadas. Lo cual era raro porque al llegar él debería haberse encendido la luz.

Kain activo su sharingan al primer tomoe y vio la razón de porque la luz estaba apagada. Alguien lo había solicitado así. Mito estaba acostada en su cama. Kain hizo una pequeña sonrisa y susurro —Guardián, regula la luz a nivel tres, por favor—

—Procesando— respondió Guardián en el mismo nivel de voz que Kain. La luz se encendió a un nivel bajo, donde apenas era visible lo que había a su alrededor. Kain se movió con naturalidad y camino a la puerta a tres metros de su cama. La abrió y vio el baño, se fue a dar una ducha y volvió treinta minutos después, ya más renovado gracias al agua caliente.

—¿Kain?— murmuro Mito medio dormida

—Sí, soy yo, lo siento, estaba ocupado trabajando— respondió Kain —¿vamos a dormir?—

—Sí, ven—

Mito abrió el cobertor y Kain se quitó la bata. Se acostó desnudo. Mito también estaba desnuda. Kain la abrazó por detrás y le dio un beso en el cuello. Mito soltó un gemido de agrado y cerró los ojos para continuar durmiendo. Kain levantó el rostro al techo y dijo —Guardián, apaga la luz—

—Buenas noches, Kain— respondió Guardián, Kain asintió, después de todo, era el único que podía responder a Guardián.

La oscuridad cayó y Kain y Mito cayeron dormidos.

Kain se despertó a las nueve de la mañana, abrió los ojos y se encontró con un cabello rojo. Era el de Mito. Los hombros expuestos, delicados, con la piel lechosa, pero un poco suelta por el hecho de que el sello estaba perdiendo su fuerza. Kain beso el hombro derecho y bajo hasta el cuello.

—Mmm— gimió Mito —¿Ahora sí?—

—Sí, ahora sí. Tenemos que coordinarnos mejor—

—Está época del año me vuelve perezosa—

—Lo sé, en verano podrías estar haciéndolo todo el día ¿no?—

—No recuerdo que te quejes—

—Nunca me he quejado— respondió Kain deslizando sus manos por debajo de las sábanas y alcanzando las piernas de Mito. Largas, suaves, con los muslos llenos y el trasero grande. Mito se volteó para besar a Kain y este respondió a su movimiento. Mito tenía los senos pequeños como dos limones, la piel suave y blanda. Kain llevo su mano derecha al estómago mientras la besaba. Le acaricio el estómago y bajo al pubis donde había un pequeño triangulo de cabello rojo. Acaricio el interior de los muslos y tomo la vagina con la mano abierta. La acaricio por encima con suavidad mientras besaba a Mito.

Por otro lado, Mito llevaba su mano al pene de Kain y lo acariciaba de arriba abajo. Ella bajo por la mandíbula y lo beso en el cuello. Kain se posó encima de Mito, se miraron a los ojos con la respiración agitada y continuaron besándose mientras Kain frotaba su pene con la entrepierna de Mito. Lo pasaba por entremedio de los labios y presionaba el clítoris.

Bajo las frazadas, ellos se tocaron y se unieron. La respiración agitada, el pecho subiendo y bajando. Dos cuerpos convertidos en uno. Los gemidos llenando la habitación. El deseo carnal mezclado con la necesidad de realizar un proceso más complicado. Después de diez minutos, Kain estaba en su límite y no sabía si lo iba a poder hacer. Tomo a Mito de la cintura, se sentó en la cama con ella encima de él. Ella lo abrazó con brazos y piernas. Kain la miró a los ojos mientras detenía sus besos. Tomo una profunda respiración y cerró los ojos canalizando chakra del tipo madera a su esperma. Mito también se preparó cerrando los ojos y conecto los puntos de chakra desde el sello con forma de diamante en su frente hasta su útero.

Kain termino en ella y Mito sintió el calor en su útero. Fue como si un montón de agua caliente llenara su estómago. Eso fue canalizado a través de los puntos de chakra y fluyo hasta su sello. En menos de un minuto todo fue absorbido, las arrugas disminuyeron, la piel se volvió tersa y el cabello volvió a quedar completamente rojo. Esta era la primera vez que llenaban de chakra el sello en un mes. Las otras veces que lo hicieron fue solo por placer. Lo cual indicaba que liberar el alma de Kurama y transportarla a un cuerpo falso disminuía el esfuerzo del sello.

—Genial— dijo Kain con una sonrisa

Mito también sonreía, esto indicaba que su vida sería más tranquila y menos preocupante. Sin embargo, no resolvía el problema de fondo. Ella estaba envejeciendo y Kurama iba a necesitar un nuevo anfitrión para poder continuar con su vida sin convertirse en la fuerza de la naturaleza llamada Zorro de Nueve Colas.

—Kain— susurro Mito con el pecho subiendo y bajando mientras lo abrazaba.

—Lo sé— susurro Kain —tratare de buscar una solución, tengo varias ideas ¿Te gustaría escucharlas?—

Mito asintió y Kain se las nombro una a una. La última le pareció la más descabellada de todas porque podría poner en peligro a todos si no podía controlar al Zorro de Nueve Colas.

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