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Mundo Shinobi - Amigos - 75

La mujer de los rizos grises que antes utilizaba la máscara de búho se llamaba Mari Hatake. Hija de un matrimonio político de un tío de Hashirama y Tobirama Senju. Dicho matrimonio se formó para crear otra rama familiar y de ahí nació el apellido. Sin embargo, con la muerte de los padres de Mari, dicha rama jamás se creó. Ella creció a la par con los herederos del clan Senju y como la mayoría de los afiliados al clan, se le educo para que fuera una seguidora del patriarca. En este caso, Hashirama. Por otro lado, desde joven se le había dijo a Mari que tenía un compromiso matrimonial con Tobirama, pero ambos nunca lo tomaron en serio. Tobirama siempre estuvo enfocado en sus estudios y experimentos. Mari estuvo enfocada en el camino de la espada. Solo una vez que Hashirama Senju se planteó disolver el clan, Tobirama y Mari se plantearon tomar en serio el compromiso. Sin embargo, ambos eran personas enfocadas en lo que querían. Nunca se casaron formalmente, pero optaron por tener un hijo. Ahí es donde la relación cambio de forma cualitativa. Mari se empezó a preocuparse por el tipo de secretos que guardaba Tobirama y como resultado de eso, alejo a Sakumo. De esa manera, Sakumo creció alejado de su padre hasta que este último se volvió hokage. El título le confirió numerosos privilegios y uno de ellos fue, designar a ciertos shinobis para que recibieran su tutela. De ahí que vienen las preocupaciones de Sakumo, ya que su padre lo está instruyendo para que se haga cargo de la nueva rama de operaciones especiales, llamada Raíz.

Sin embargo, mientras Hashirama observaba a Mari conversar con Kain, notaba como Sakumo se ponía celoso y lo encuentra menos apto para tal tarea. En su mente, por mucho que lo entrene Tobirama, Sakumo será un shinobi que luchara en la luz. Por otro lado, y al mismo tiempo, esto le genera cierta incertidumbre a Hashirama. Solo se enteró por los servicios de espionaje de las serpientes de Orochi de lo que estaba haciendo Tobirama. Se sintió traicionado en un principio, pero pensó que su hermano tendría sus razones para crear tal fuerza militar.

-¿Quién sigue?- preguntó Hashirama, tratando de apartar las preocupaciones de su mente.

-Yo- dijo Akane a vivida voz y con rostro serio. Hashirama asintió y miró a Kain, pero este estaba exhorto en el camino de la espada, hablando de forma animada con Mari y Sakumo.

-Está bien- dijo Hashirama, miró al anbu que llevaba una máscara con forma de pájaro y le dijo -ayuda a Akane, trata de presionarla en lo que es más débil, pero no seas muy brusco-

-¡Sí!- grito el anbu, su voz se oía más joven que la del anbu con máscara de zorro. Parecía estar entre catorce y quince años.

Akane y el anbu caminaron con dirección al centro del patio mientras Hashirama pensaba en la situación crítica que atravesaba el país del Fuego. Gracias a los últimos incidentes habían cambiado a dos de sus escoltas y los habían mandado a buscar a la persona secuestrada, familiar del actual señor feudal del país del Fuego.

Por otro lado, Mari notó a la niña del clan Uchiha y miró en su dirección. Sakumo y Kain la notaron y se callaron y miraron a Akane.

Kain hizo un cono con sus manos y grito -vamos, Akane, tú puedes-

-Sí, tú puedes- grito Sakumo de la misma forma -no importa que te vistas horrible-

Akane se detuvo al instante y se volteo para gritarle de vuelta -¿Qué dijiste, estúpido Sakumo? Por lo menos yo no le tengo miedo a mi mamá-

Sakumo se enojó por el comentario y le grito -¿Qué? ¿Quieres pelear?-

-Ya déjalo Sakumo- dijo Kain a su lado, noto que Akane estaba a punto de devolverse para darle una buena lección. Después miró a Akane y le dijo con una sonrisa -no es nada Akane, era un broma-

Akane bufo hacia un lado, ignorando a ambos y camino meciendo su largo cabello oscuro. Se detuvo en el centro del patio, frente al anbu y tomo una postura de combate.

El anbu con la máscara de pájaro le dijo en un tono amable -puedes ocupar kunais-

-Así está bien- dijo Akane en tono serio -no vayas suave o te comerás tu gentileza-

-Lo qué tu digas-

El anbu se apresuró hacia adelante, con su mano izquierda por delante, manteniendo la defensa y su mano derecha retraída y apegada a sus costillas. Llego frente a Akane y avanzo con su palma derecha hacía la cara, con los dedos recogidos como si fuera la palma de un tigre y la golpeo en la mandíbula, mandándola a volar hacia atrás. Akane cayó al suelo y se deslizo cinco metros hasta que se detuvo.

-Pájaro, te dije que moderaras tu fuerza- grito Hashirama furioso por el uso desmedido de la fuerza. Pero Kain camino y le puso la mano sobre la suya.

-Déjalo, tío- dijo Kain -ella se está levantando y le dará la golpiza de su vida-

Akane apoyo sus manos, mareada por la fuerte sacudida a su cerebro. Soltó unos gemidos de dolor y se puso de pie con dificultad. Miró al anbu de la máscara de pájaro y asintió, como entendiendo que esto sería serio. Parece que a diferencia de Kain y Hashirama, el resto de los Senju y Uchihas, nunca estarían en paz. Ese ataque había sido con la intención de romperle la mandíbula.

Akane se lanzó de frente y el anbu se lanzó contra ella en la misma postura que antes. Con la mano izquierda soportando la guardia por delante y la derecha recogida, como si fuera una espada que iba a lanzar una poderosa estocada. Sin embargo, esta vez se apuró lanzando el golpe a la cara, como una especie de ofensa. Como insinuándole que a menos que se tome enserio esta pelea y active su sharingan, todo será inútil.

Akane vio la sombra de la palma que se apresuraba a su cara, canalizo chakra a sus pies y manos y dio un salto. Paso por encima de la palma, se apoyó con las manos sobre el ante brazo del anbu y le lanzó una patada doble a la cara. Después del impacto, Akane se impulsó con sus manos, dando una pirueta hacia atrás y cayendo de pie en el suelo y mirando al anbu con un claro enojo en su mirada. Al mismo tiempo, el anbu dio dos pasos hacia atrás y su mascara de pájaro se quebró a la mitad. Como resultado del impacto, tenía la nariz chueca y un hilillo de sangre bajaba por su fosa nasal. Acerco sus manos al tabique de su nariz y en un gesto simple, pero efectivo, alineo su nariz.

-Aprendes rápido para ser Uchiha, pensé que tu orgullo te había podrido el cerebro- dijo el anbu. Por debajo de la capucha negra se pudo ver un cabello corto, de color castaño. Solo era un joven de unos quince años. Con facciones y piel demasiado perfectas para ser un shinobi de nacimiento.

-Cállate y pelea- dijo Akane enojada -¿No querías jugar rudo? Entonces sigue adelante-

A unos metros de distancia, Kain le sujetaba la mano a Hashirama y este le daba pequeñas miradas -¿seguro que es buena idea?- pregunto Hashirama -no quiero problemas entre los Senju y los Uchihas-

-Los Senju ya no existen, tío- dijo Kain -esto solo pasa cuando un montón de viejos testarudos traspasan su odio a las futuras generaciones-

-Sigo pensando que es mala idea-

-Los detendré si pasa algo malo-

A Hashirama solo le quedo asentir y esperar a que esto terminara bien.

Volviendo al anbu, este tomo una postura de combate y una expresión seria. Al parecer, su estilo se basaba en golpear con las palmas. Diferente de los Hyuga, que lo hacen imbuyendo chakra, el anbu lo hacía solo con la fuerza bruta. Akane también tomo la postura de combate rígida, similar a la del karate. Con el brazo izquierdo semi extendido hacia adelante y el puño derecho pegado a la cadera.

-Un Uchiha sin su sharingan no es nada- dijo el anbu

-Eso ya lo veremos, tengo un buen sensei, ya verás- respondió Akane con una sonrisa.

Akane se lanzó de frente y el anbu contrarresto su avance lanzando poderosos golpes de palma a la cara. Akane los evito, sintiendo el roce de las ásperas palmas cerca de su rostro. Solo veía la sombra de los golpes, pero una vez que agarro el ritmo, empezó a esquivar los golpes con un margen mayor. El anbu cambio su foco de atención y lanzó un golpe al estómago con su mano derecha, el cual se convertiría en un golpe ganador si acertaba. Akane se hizo a un lado, evito el golpe, espero a que el anbu retrajera su brazo y avanzo en la misma dirección que el brazo. Tomo postura con su brazo apegado a su cintura, el puño firme y lanzó un poderoso puñetazo en las costillas. El anbu sintió como sus huesos crujieron, pero solo apretó los dientes y lanzó otra palmada a la cara con su otra mano. Akane tiro su rostro hacia atrás y cuando el anbu intento retraer su mano, Akane avanzo una vez más y le dio otro puñetazo. El anbu dio un grito ahogado y dio dos pasos hacia atrás, para al final ponerse en cuclillas y abrazarse las costillas con ambos brazos.

-Vamos- dijo Akane con una sonrisa arrogante -ni siquiera me has forzado a ocupar mi sharingan, si te rindes será algo demasiado lamentable. Se supone que eres Senju, como Hashirama-sama-

-¡Cállate, estúpida- grito el anbu, se puso de pie y junto sus palmas. Después realizo una seguidilla de sellos de mano a un ritmo rápido para un genin.

A la distancia, Kain frunció el ceño y comenzó a enumerar los sellos que hacia el anbu: buey, mono, liebre, rata, jabalí… Siguió contando sello uno detrás de otros y cuando ya noto el patrón, recordó a que tipo de jutsu pertenecían todos esos sellos. Al mismo tiempo, Akane se paraba muy segura de sí misma delante del anbu y preparo su contra al jutsu que pudiera venir. Kain se enojó con ella, soltó la mano de Hashirama y corrió a toda velocidad.

Kain apareció delante del anbu, puso su mano derecha sobre la del anbu y le apretó los dedos para impedirle seguir haciendo sellos de mano. Akane delante de ellos, se detuvo, impresionada por la rápida respuesta y dejo de hacer sellos para hacer la bola de fuego.

-Sale de aquí, mocoso- grito el anbu furioso, trato de mover sus dedos, pero estos estaban aprisionados. Ni hablar de mover su mano.

-Hacer un jutsu de rango B contra un genin está fuera de discusión. No sé quién te enseño, pero debería haberte dicho algo así ¿o no?-

-Yo no…- dijo bajando la voz

-Suiryudan no jutsu ¿cierto?- Kain le empujo la mano que le sostenía como si se la devolviera y le dijo -mucho cuidado porque, aunque seas un anbu, las leyes de Konoha están para ser seguidas sin importar tu asociación o descendencia. Ahora ve con mi tío-

-Solo eres el hijo de un demonio…- murmuro el anbu y le dio la espalda a Kain.

Kain hizo una sonrisa burlesca y le dijo -¿demonio? Trae a tu hermana o a tu madre y veremos si dicen lo mismo-

El anbu se detuvo durante un instante y apretó los dientes y los puños para no saltar sobre el niño. Era ahijado del hombre al que escoltaba, si lo hería, sería malo para su relación laboral. Sin embargo, en su inconciencia, ignoro la presencia de Mari Hatake, quien se acercó a él y con su mano derecha, le dio una bofetada.

-¿Por qué?- pregunto el anbu con el rostro volteado y la mejilla roja. Sin embargo, antes de que pudieran responderle continúo gritando -¿Sabes quién soy, perra?- y volteó su rostro para mirarla de frente.

Mari Hatake le dio otras dos bofetadas y le dejo el rostro hinchado -vete a tu casa- dijo en tono serio -solo te acepte en mi escuadrón porque Tobirama-sama puso una buena palabra a tu favor. Sin embargo, estas descalificado como shinobi-

-Somos Senju- grito el anbu

-Tu no, Yahiko- dijo Mari -yo podría serlo por descendencia. Pero tu sangre es solo un decima de la mía. Solo recalcas tu trasfondo como una forma de apegarte a la gloria de Hashirama-sama. En un par de generaciones los Senju seremos olvidados y no vas a querer ser parte de este clan. Por otro lado, tienes talento, pero eres tan consiente de que eres el príncipe heredero que es inútil. Jamás serás un shinobi como nosotros-

-¿Estas segura? Algún día seré el señor feudal- le pregunto Yahiko con una mirada furiosa.

Mari hizo una pequeña sonrisa y le dijo -a nadie le interesa tu abuelo. Mantenemos una relación de beneficio mutuo. Konoha no le pertenece al señor feudal y tampoco te pertenecerá a ti. Recuérdalo-

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