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Mundo Shinobi - Metamorphosis - capítulo 54

-Es imposible, imposible, imposible- grito Kain con todas sus fuerzas.

Estaba sentado en el muelle del lago en el bosque. Los árboles de frondosas ramas bordeaban el lago y el cielo estaba despejado. Al mismo tiempo, el lago se había recuperado y ahora se podían ver grandes peces moviéndose por la superficie. Sin embargo, con el gran grito de Kain la mayoría de los peces se escondieron en las profundidades o entre las rocas.

Por su parte, Kain llevaba una semana tratando de absorber la energía natural. El primer día, Hashirama lo guio en la meditación para identificar la energía natural. El segundo día Kain absorbió una gran cantidad de energía natural y esta le hizo sufrir algunas alteraciones en su cuerpo. Para ser más preciso, se produjeron escamas de serpiente sobre su piel. Sin embargo, estos cambios fueron momentáneos y todo regreso a la normalidad. El tercer día pudo absorber una pequeña cantidad de energía en su cuerpo y trato de mantenerla en su circuito de chakra, pero era inútil. El cuerpo humano es incapaz de almacenar la energía natural.

La energía natural entraba en el circuito de chakra, se almacenaba en los puntos de chakra, pero al instante siguiente se filtraba como si el cuerpo fuera incapaz de retenerla. Desde el cuarto al séptimo día, Kain estuvo tratando de retener la energía natural, pero era inútil. Solo aumentaba su frustración a medida que pasaban los días. Incluso llego a pensar que todo este entrenamiento era un fallo y tendría mejor resultado seguir practicando otras cosas. Sin embargo, su tío parecía tener un especial sentimiento con esta energía y le dijo que, si lograba dominar la energía natural, le enseñaría algo poderoso.

-Bien, solo una última vez- dijo Kain y junto sus manos como si estuviera rezando. El bosque se quedó en silencio y la brisa del día creo ondas sobre la superficie del lago. Kain continúo absorbiendo la energía natural y en su rostro aparecieron algunas marcas negras, como si fueran pinturas de guerra. En su frente se formó un círculo con un punto en su centro y bajo sus parpados dos largas líneas horizontales.

Al mismo tiempo, Hashirama recibía en la entrada de su casa un par de visitas inesperadas. Uno era el viejo Kazuto con su nieto Kazuhiko. Por otro lado, estaba Aoi y Kaoru. Ambos grupos venían juntos, pero el aire que emanaban los dividía en dos grupos inconfundibles. Hashirama se tapó la boca con la mano y tosió para romper el ambiente incómodo.

-Buenos días, Kazuto-kun- dijo Hashirama con una sonrisa incomoda -Buenos días a ustedes también, Aoi-san, Kazu-kun y Kaoru-chan-

-Buenos días, Hashirama-kun- dijo el viejo Kazuto con una sonrisa amigable, algo incomoda, pero tratando de guardar las apariencias.

Por otro lado, Aoi, Kazuhiko y Kaoru hicieron una reverencia y dijeron al unísono -buenos días, Hashirama-sama-

Aoi lo miró con rostro inusualmente serio y le pregunto -¿Estará disponible Naori-sama?-

-Sí, sí, claro- dijo Hashirama -ella esta despierta y de buen ánimo. Pasen, ustedes ya conocen el camino-

Aoi y Kaoru hicieron una reverencia y entraron a la casa sin mirar a Kazuhiko o a Kazuto. El viejo soltó un suspiro y el niño hizo una cara triste. Al mismo tiempo, Hashirama notó esto y se rasco la cara preguntándose qué habría pasado.

-Bueno ¿Y cuál es tu asunto, Kazuto-kun?- preguntó Hashirama

-Aaaaa, eeee- dijo Kazuto como si hubiera recordado su cometido, se dio un golpe en la frente con la palma de la mano y sonrió -la verdad es que quería arreglar una cosa contigo ¿Tienes tiempo para conversar?-

-Claro que tengo tiempo, pasa, vamos a una de las habitaciones y conversemos un poco-

De esa manera, los tres entraron a la casa. Hashirama condujo al viejo Kazuto a una de las habitaciones de reuniones mientras invitaba a Kazuhiko para que fuera a ver a Kain en el muelle del lago.

Una vez que llegaron a la sala de reuniones, Hashirama y Kazuto se sentaron a un metro de distancia, frente a frente, acompañados de una taza de té verde y un sentimiento de incomodidad. Hashirama guardaba silencio esperando al viejo Kazuto y este último buscaba las palabras adecuadas. Después de todo, era un poco difícil encontrar la manera de decir "Hey, he puesto a tu ahijado en un aprieto y ahora tiene que luchar con un guerrero experimentado". Kazuto sabía que Kain estaba crecido, y bajo la tutela de Hashirama y Mito, se estaba convirtiendo en un gran combatiente. Sin embargo, a Kazuto aún le quedaban dudas si el niño podría aguantar la pelea.

-¿Y bien?- pregunto Hashirama, tratando de romper el hielo -¿En qué lo puedo ayudar?-

Kazuto tosió como aclarándose la garganta y se dispuso a decir algo. Sin embargo, sus palabras se quedaron atascadas en su garganta. Sonrió a Hashirama y se rasco la cabeza.

Hashirama tomo una profunda respiración y negó algo asombrado por la indecisión. Él también había sido patriarca de su clan. Así que sabía que uno debía tener una fuerte personalidad y nunca titubear. Por lo tanto, se preguntaba que hacía dudar tanto a Kazuto. Hashirama levantó su taza de té verde y tomo un largo sorbo.

-Quisiera…- dijo Kazuto con algunos problemas para articular la solicitud -quisiera que Kain luchara contra Momotaro Hyuga-

Hashirama le escupió el té en la cara y tosió en reiteradas ocasiones. Kazuto saco un pañuelo de la manga de su kimono y se limpió la cara. Hashirama termino de toser y quedo mirando en un estado de confusión.

-Explíquese bien, por favor- dijo en tono serio

Kazuto ladeo la cabeza con una sonrisa incomoda y le dijo -hemos tenido algunos problemas en el clan. Nada serio que pueda traer inestabilidad a Konoha, pero problemas, al fin y al cabo. El hecho es que uno de los viejos del concilio del clan quiere realizar un compromiso con mi Kaoru-

-¿Y cuál es el problema?- pregunto Hashirama extrañado. Los compromisos entre parientes eran normales dentro del clan Hyuga. Sin embargo, de repente se acordó de Momotaro Hyuga y sus ojos se abrieron en un gesto de asombro -¿No quieres decir?-

-Así es- dijo Kazuto -el padre de Momotaro es el líder del concilió y propuso un compromiso entre su hijo y mi nieta- se detuvo por un momento, mirando a los alrededores en un gesto de inquietud y continuo, pero esta vez alzando la voz -¡Pero yo no puedo, nunca podría! Ya le falle a mi hijo criándolo de mala manera, no puedo fallarle en cuidar a su hija- agacho la cabeza como si fuera su culpa que su hijo se haya dado a la bebida y dijo en voz baja -así que le dije que nunca habría tal compromiso. Sin embargo, ese tipo no me dio opciones y tuve que salir con este plan- entonces se postro con la frente tocando el suelo y se disculpó -lo siento, realmente lo siento, pero nunca me perdonaría que mi Kaoru cayera en manos de ese tipo-

-Entiendo- dijo Hashirama con voz profunda, el viejo Kazuto levantó la cabeza, asombrado por la rápida respuesta, pero al ver el rostro serio, entendió que nada es tan fácil. Hashirama le dio una mirada fría y le dijo -permitiré que Kain luche contra ese tipo, pero usted debe decirme la historia completa-

Kazuto dejo su estado de postración y se sentó con la espalda recta. Entonces tomo una profunda respiración y le contó a Hashirama todo el asunto del sucesor del clan.

Al mismo tiempo en el que Kazuto hablaba con Hashirama, Kazuhiko caminaba hacia el patio trasero. Hashirama lo había notado extraño, con un ánimo decaído y un peso inconmensurable en sus hombros. En ese momento desconocía el problema, pero entendía que, para un niño de nueve años, cualquier tipo de desafió debe ser una cosa terrible. Así que Hashirama lo ánimo a ir a ver a Kain.

Kazuhiko caminaba con un ánimo sombrío, sintiéndose poca cosa y menos que un animal. Todos estos días a estado repasando lo que paso en la asamblea del clan Hyuga y lo que pudo haber hecho. Y siempre, a cada momento, se ha odiado por ser incapaz de proteger a su hermana. Ella lo ha sido todo para él estos años, su cariño y la luz que le indica lo que es bueno de lo que es malo. Sin embargo, ese día en la asamblea, se quedó sin palabras. Solo estuvo ahí, como una estatua mientras otros decidían sobre su destino. Ni siquiera pudo reprender al asqueroso anciano por querer comprometer a su hijo con Kaoru. Gracias a esto, Kazuhiko caminaba como si le pesaran las piernas y cargara el mundo sobre sus hombros. Atravesó el jardín trasero y llego a un árbol con el cual comenzaba el bosque. Apoyó la mano izquierda y descanso como si estuviera fatigado de la vida. Después apoyó su hombro sobre el tronco y comenzó a desmoronarse hasta quedar sentado en el suelo. Podía haber un cielo azul, escuchar las aves cantar y sentir la agradable brisa primaveral, pero fue incapaz de disfrutar de todas estas cosas. Era como si sus sentidos estuvieran muertos y estuviera mirando al mundo desde el interior de su cuerpo. Retrajo sus piernas y las abrazo contra su pecho.

-¿Por qué?- murmuro Kazuhiko. ¿Por qué era tan impotente? Se pregunto por dentro. El otro día se quedó callado y quieto como si estuviera muerto. Había sido un inútil de principio a fin y había dejado todo a su abuelo. Ni siquiera lucho por su título de futuro patriarca. A lo mejor, debería haberse parado, haber gritado que era más que digno, pero en ese momento las palabras se quedaron atascadas en su garganta. Se pregunto cómo alguien podía ser tan inútil. Incluso ahora que tocaba defender a su hermana, su abuelo tuvo que venir a pedir la ayuda de alguien más.

Kazuhiko tomo una profunda respiración y se puso de pie pensando en que, a lo mejor, Kain podía tener una respuesta. Kain siempre tenía algo que decir, o por último decirle que era un tonto. Entonces Kazuhiko camino como si estuviera muerto en vida y avanzó por el bosque. A veces tropezaba con las raíces de los árboles que sobresalían de la tierra. Otras veces con las piedras. Sin embargo, después de una caminata que le pareció casi eterna, pudo llegar a ver el lago. Desde una de las orillas se extendía un pequeño muelle hecho de madera. Este se adentraba cinco metros dentro del lago y al final de él, había un niño meditando. Estaba sentado en posición de loto, con su cabello blanco iluminado por los rayos del sol. El aire que emanaba parecía tan natural como si fuera una planta o un árbol. Imposible de decir que era lo que pensaba o lo que sentía. Él era uno con la naturaleza y la naturaleza una con él. Kazuhiko se sintió en paz de solo mirarlo y se apoyó en un árbol, observando durante un largo rato. Por alguna razón, Kain nunca se dio cuenta de su presencia. En otra ocasión, esto le hubiera parecido entretenido a Kazuhiko. Sin duda alguna hubiera tomado la oportunidad y se hubiera acercado a Kain para asustarlo, o hasta empujarlo al lago. Sin embargo, hoy se sentía demasiado débil como para pensar en bromas.

Después de media hora, Kazuhiko camino hasta el puente. Dio dos pasos sobre la madera, haciendo que esta rechinara, pero, aun así, Kain se quedó quieto. Entonces Kazuhiko entendió que Kain estaba haciendo algo más especial que solo meditar. Kazuhiko siguió avanzando por el pequeño muelle, cada paso hacia rechinar las tablas que conformaban la pasarela, pero nada perturbaba a Kain. Kazuhiko llego delante de Kain y le miró la cara. Tenía una marca en la frente similar a un círculo con un punto en su centro y bajo sus parpados había dos largas líneas horizontales, como si se las hubiera pintado con los dedos con tinta negra. Kazuhiko frunció el ceño y realizo un sello de mano para activar su byakugan. Entonces todo el mundo se volvió monocromático y los puntos de chakra de Kain fueron visibles como pequeñas luces y canales dentro de su cuerpo. Afuera de él todo permanecía normal, pero por dentro, parecía que un gran torrente de chakra circulaba en su interior. Por lo general, los canales de chakra deberían ser de un centímetro de espesor, pero los de Kain era de dos centímetros. A su vez, los sesenta y cuatro puntos de chakra parecían estar a punto de reventar de lo hinchados que estaban.

Kazuhiko se asustó tanto que perdió la concentración sobre su byukugan y este se desactivo. Tuvo la urgencia de mover a Kain para sacarlo de su estado de meditación, pero se preguntó ¿Y si eso solo empeora su situación?

-Dame un segundo, Kazu- dijo kain manteniendo su estado de meditación con los ojos cerrados -sé que estás ahí, pero es un poco difícil dominar esta energía-

Kazuhiko asintió y soltó un suspiro pensando en que Kain estaba bien. Kain siempre sería Kain, pensó. Kain era alguien increíble, aunque era menor, era más fuerte que él. Su percepción y su sentido del combate, todo.

Al mismo tiempo, Kain perdía ese sentimiento a naturaleza y tomaba un aire más a un ser humano. Las marcas en su rostro se fueron desvaneciendo a medida que abría los ojos y sonrió para Kazuhiko -¿En qué andas?- pregunto de buen humor -¿Vienes a luchar?-

-Yo, bueno- dijo Kazuhiko con duda, agacho la cabeza y se quedó callado.

Kain le dio una sola mirada e intuyo que le pasaba algo malo. Palmeo el suelo de madera y le dijo -ven, Kazu. Siéntate, conversemos-

Kazuhiko asintió y se sentó hombro con hombro. Miró el lago y después el cielo. Sin embargo, en vez de contar sus problemas, solo se quedó callado.

-¿Qué pasa, Kazu?- pregunto Kain insistiendo

-Yo, bueno, veras, soy inútil- dijo Kazuhiko y empezó a sollozar. Abrazo sus piernas apegándolas al pecho y lloro como si algo se hubiera rompido en su interior.

Kain se quedó callado y solo lo escucho llorar durante una larga media hora. Su llanto lleno el bosque y fue como un torrente de agua que lavaba un corazón cansado. Solo una vez que Kazuhiko termino de botar todas sus penas pudieron conversar.

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