El aleteo del Fénix sacó a Clémentine de su meditación y ella abrió los ojos deleitándose con este mundo púrpura.
La energía psiónica de este mundo hacía que meditar fuera extremadamente beneficioso para su desarrollo y si bien no podía usar sus habilidades abiertamente, el Fénix le explicaba y respondía cada una de sus dudas.
Tenía un profesor teórico sin igual y un lugar perfecto para meditar… Ahora se daba cuenta de que este viaje no solamente era para explorar y entender como ella podía 'viajar', sino que también para mejorar y estaba mejorando.
"Sss…"
Ella escuchó el siseo de una serpiente y su piel se puso de punta. El siseo era penetrante y escalofriante y más cuando uno pensaba que estaban viajando por el Plano Astral del universo.
De cierta forma estaban viajando por el espacio y cada estructura representaba a civilizaciones y planetas enteros… Si es que no eran restos de la destrucción.
Sin embargo, a veces representaba algo más y Clémentine giró lentamente hacia el ruido y notó a la distancia un huevo y en el interior los ojos de una serpiente que los observaba y siseaba amenazante.
El siseo era temible y cuando ella se encontró con los ojos, su cuerpo se congeló y sintió que a su alrededor serpientes trataban de subir para morderla.
"Estamos de paso."
La voz del Fénix se extendió hacia la serpiente, alejando esa sensación escalofriante y a la vez permitiendo que Clémentine se liberara.
Antes se había encontrado con 'Pesadillas' o con ruinas que ocultaban vestigios peligrosos, pero aquí era diferente. Ese huevo representaba a un mundo y la serpiente… Clémentine tragó al tener la idea.
"Ese era… ¿Un Dios?" Preguntó Clémentine para aclarar su duda.
"Lo es." Respondió el Fénix y riendo al sentir su silencio, agregó. "¿En el segundo portal la expedición no se encontró con Dioses? Escuche que en el Décimo Portal existía una diosa que habló con los miembros de la expedición. Es normal que existan."
Si era normal que existieran. Cada portal dirigía a otro mundo en el que podía existir dioses y Clémentine que tuvo tiempo de reflexionar le costaba aceptar todo eso y más que ella pudiera viajar entre mundos.
Ser una Viajera no simplemente se trataba de moverse de un lado a otro en el planeta, sino que moverse entre planetas y… Clémentine miró al cielo en donde podía ver lejanas formas.
"…"
El fénix aleteó y ambos se elevaron velozmente cientos si no es que miles de kilómetros y a pesar de que viajaban a toda velocidad, el velo parecía inimaginablemente lejos.
De repente, el Fénix estabilizó su vuelo y todo se acercó de manera tan misteriosa como fascinante y extraña.
El velo de este universo tan brillante y resplandeciente estaba a la vista y ella entrecerró los ojos para mirar las formas que lentamente adquieran sentido desde el otro lado del velo.
Entre las distintas formas ella vio dos pilares que parecían conectar la tierra y el cielo… No, para ser preciso conectaba el punto más bajo de con el más alto. Como si estuviera sosteniendo el mismo plano.
"Este es el Reino Astral. Esos dos pilares que ves son 'Trascendentales'. Seres de inimaginable poder que pueden manipular la realidad a voluntad. Su fuerza en el Reino Astral es quizás menor a los Primordiales, aunque difícil de estar seguro cuando nunca los he visto luchar." Dijo el Fénix mientras volaba. "Ellos se debilitan al entrar en los diferentes universos, dimensiones o realidades. Son seres de la mente obligados por leyes físicas, pero incluso los más débiles son aterradores."
Clémentine miró como una niña oyendo cuento sobre dioses o mitos, pero aquí no eran mitos inventados y al igual que los dioses, esos seres existían.
"¿Los psiónicos pueden alcanzar esas posiciones?" Preguntó Clémentine no con ambición, sino que con curiosidad.
Había escuchado historias sobre algunas religiones y dioses de Terra Nova, en donde seres humanos habían alcanzado la divinidad. Eran historias que ella nunca le había dado importancia y desconocía la verdad, pero la posibilidad existía.
Sin embargo, era probable que aquellos que alcanzaran esas alturas fueran humanos del tipo mágico y no seres psiónicos como ellos.
"Sí y no. Ellos nacen siendo trascendentales. Similares como algunos dioses han nacido siendo dioses, pero hay otros que trascienden y alcanzan un estatus parecido." Respondió Fenghuang y moviendo la cabeza para mirar el velo, explicó. "Mira más de cerca. El Pilar Rojo que parece girar alrededor del blanco es el Trascendental más rencoroso de todos y el Pilar Blanco es el Trascendental más fuerte de todos. Ellos son 'Pilares' que mantienen el Reino Astral, pero hay un gobernante. Un trascendental que administra el Reino Astral. El Elegido."
La misma energía psiónica tembló al escuchar la última palabra y Clémentine se aferró a las plumas del Fénix.
Los dos pilares eran lo único visible desde este lado. El Pilar rojo y el Pilar Blanco en el centro. Pilares que parecían mantener la misma realidad.
Eran historias, pero el Fénix hablaba con tanta certeza que era imposible dudar.
"Hay más pilares, pero desde este universo únicamente podemos ver dos. El Pilar Rojo que está más cerca y el Pilar Blanco que es visto desde todas partes." Murmuró Fenghuang y volviendo a aletear para moverse, reveló. "Los trascendentales que no trascienden desde mortales como nosotros son únicos. Lo reconocerás ya que cada uno de ellos tienen títulos únicos y cada uno de ellos terminan como 'de todos'."
¿Por qué le estaba explicando todo? Clémentine volvió a mirar hacia arriba y vio los pilares, pero también las formas alejadas que no podía discernir y lo supo.
Ella apenas podía ocultar su emoción e imaginación. Había aceptado acompañar a Fenghuang a este mundo, porque deseaba viajar y quería hacerlo.
Viajar entre mundos sonaba como una locura, pero aquí estaba otra posibilidad… Viajar entre universos. ¿Qué tan descabellado sonaba eso?
Aun así, ella no pudo ocultar que quería hacerlo.
Quizás muy lejano en el futuro, pero algún día ella viajaría por los planetas y los universos. Clémentine sonrió ante tal pensamiento.
"Gracias." Murmuró Clémentine a Fenghuang.
Fenghuang aleteó y se dejó caer de picada para continuar con el viaje.
Ella estaba agradecida, ya que el Fénix no le mostraba esto para advertirle del peligro, sino que para mostrarle las posibilidades de lo que ella podría lograr y darle una razón para que ella buscara mejorar.
Una razón que iba más allá de la ambición de poder o el deseo de fuerza para luchar, si no que un motivo que la empujara a lograr convertirse en una viajera.
Porque por más que ella viera esos pilares y escuchara todos esos títulos, lo que a ella lo atrajo fue las posibilidades de conocer nuevos universos, culturas y mundos.
Las posibilidades de viajar.
******
En una habitación a oscuras, Érica cuyos ojos estaban cerrados, analizó en su mente su hechizo.
"Érica hemos encontrado rastros de la Directora Meredith."
La voz vino desde el otro lado de la puerta y ella abrió los ojos y las luces se encendieron iluminando la habitación de su carpa.
Al sentir que la presencia al otro lado la esperaba, ella se puso su túnica de maga y luego de revisar sus artefactos, abrió la entrada notando a Sasha esperándola.
A diferencia de antes cuando estuvieron solos, esta vez Sasha no tenía esa palidez de muerte y llevaba una sonrisa al verla salir. La razón de la falta de palidez no era las pociones, sino que una nube blanca que estaba volando a su lado.
La nube al recibir su mirada reveló un ojo desde el interior y luego lo cerró creciendo varios centímetros más.
Sasha al ver que crecía con su mano desgarró parte de la nube y la comió como si fuera algodón de azúcar
"¿Quieres? Por perturbador que sea es delicioso y curativo." Reveló Sasha al ser observada.
Esa criatura voladora era de rango A y fue invocada por Cécile. Luego de que ella se encontrara con Morgan e hiciera el trato, la mujer los llevó al campamento principal en donde estaba la invocadora con otros miembros.
"No, gracias. Disfrútalo tú." Dijo Érica y mientras caminaba para salir de la carpa, miró de reojo a su compañero y preguntó. "¿Cómo lo llevas?"
Al reagruparse no fue todo alegría, ya que los miembros del grupo se enteraron de que Dennis había muerto, mientras que Sasha se enteró de que Spencer, el mago de oscuridad, también murió. Su grupo tenía el alma, pero habían perdido su cuerpo durante su escapatoria.
"¿Aparte de sentirme como una inútil?" Preguntó Sasha y dando una media sonrisa ligeramente deprimida, reveló. "Bien. Estoy mejorando y mis órganos se regeneran gracias a una nube con sabor a frutilla. Espero que encontremos a la Directora Meredith, quiero que ella me ayude a recuperarme."
La única que faltaba de entre todos los miembros, además de aquellos fallecidos, era la Directora Meredith. La única curandera y uno de los dos rangos SS de la expedición.
Cécile al invocar una criatura que le ayudara a Sasha a recuperarse aceleró el proceso de curación, pero su compañera había terminado tan malherida que un mago de curación de rango SS era necesario o un rango S muy talentoso.
"No quiero ser una carga. No tengo miedo a morir, no si recuperan mi cuerpo y alma. Pero no quiero morir siendo una carga." Reveló Sasha en calma.
Su grupo vino preparado para sobrevivir… O revivir luego de morir y si bien Sasha trataba de tomar la muerte con indiferencia, le daba miedo, como a cualquiera.
Sin embargo, temer a la muerte era un asunto y enfrentarla era otro. Eran usuarios de habilidades que alcanzaron el rango S y que vinieron preparado para lo que fuera que ocurriera en esta expedición.
Aun así, nadie quería morir sin poder hacer nada siendo una carga.
"Has sido una gran ayuda." Dijo Érica palmeándole la espalda y al ver que ella se giraba para mirarla, le dio un guiño y señaló. "Incluso si están en tu mejor estado no será necesario. No con mi ejército de magas de luz."
A pesar de que no había podido probar completamente sus soldados de hielo, Sasha le había permitido crear una réplica de ella y por ende Érica tenía una réplica de un mago de luz de rango S… Así que no era mentira que podía tener magas de luz, aunque no era un ejército.
Sasha sonrió alegremente al escucharla.
"Pero no hay nada mejor que el original." Exclamó Sasha mientras ambas continuaban hacia la carpa principal.
Ellos estaban bajo tierra en un túnel creado por un gusano gigante que había invocado Cécile y las carpas estaban instaladas aquí.
Los diferentes agujeros permitían moverse a todas partes dentro de los acantilados y como perdieron a Dennis, el mago espacial, instalaron varios círculos mágicos para movimiento rápido.
Érica al ver que su compañera estaba más cómoda, entró a la carpa principal y notó al grupo rodeando la mesa principal donde Cécile se encontraba.
Lo primero que notó fue el brazo perdido de Noah, quien llevaba una expresión solemne y más seria que los primeros días de la expedición. Ese joven hombre había perdido su brazo protegiendo a Gabriel y ambos pagaron precios para sobrevivir.
Noah perdió su brazo izquierdo y Gabriel el ojo derecho.
En cierto sentido, cuando fueron emboscados todo pagaron precios, incluso ella, que fue quemada cruelmente y si bien se había curado, de vez en cuando recordaba el dolor.
Luego estaba Artorius que se encontraba impoluto y Morgan quien al verla le dio un asentimiento casual, provocando que el príncipe se girara hacia ella.
"Nuestra segunda mejor miembro. Te hemos estado esperando." Dijo Artorius dando una sonrisa.
Érica se encontró con los ojos del príncipe, pero simplemente asintió y se acercó a la mesa, ignorándolo por completo.
Todavía recordaba el día de la emboscada y si bien estaba molesta con su propio lancero de hielo, no iba a negar que había perdido el respeto por el príncipe.
Al final sus emociones personales no tenían que influir en la misión.
"¿Qué noticias hay de la Directora Meredith?" Preguntó Érica con curiosidad.
Lo primero que decidieron hacer no era buscar el portal, sino que encontrar a la Directora Meredith y ver su estado. Lo bueno era que el grupo venía siguiendo los rostros de la directora durante unos días, pero por la expresión de Cécile recién ahora se había dado cuenta del estado.
A lo que se enfrentó la directora era una calamidad… No, siguiendo la historia de Morgan se enfrentaban a un fracaso para llenar la necesidad y el poder podía ser mayor que una simple calamidad.
"Antes, al seguir los rastros de destrucción, imagine que Meredith estaba huyendo y siendo perseguida, pero… Ella está luchando." Reveló Cécile y proyectando en el centro de la mesa un mapa, señaló con su dedo a diferentes puntos. "Su batalla ha causado una inmensa destrucción por todos los acantilados y esas fueron las huellas que hemos seguido."
Érica vio los puntos en el mapa y las fotos que se proyectaban de acantilados derrumbados, cráteres y montañas destruidas. El rastro que siguieron fue el de la destrucción y si al principio suponían que era de la directora huyendo de la criatura, ahora se daban cuenta del error.
"¿Cuántos días han pasado?" Murmuró Sasha anonadada.
La criatura a la que Meredith se enfrentaba era una calamidad, pero ella no solamente sobrevivió, sino que le estaba dando batalla… Durante días enteros.
"¿Es posible? Quizás usa la táctica de golpear y huir." Dijo Artorius sin comprender.
"Lo dudo." Murmuró Morgan en voz baja.
Golpear y correr… Tal táctica se había usado antes para enfrentarse a monstruos o criaturas de alto rango.
No obstante, a lo que la Directora Meredith se enfrentaba no era una simple bestia de alto rango. Era una calamidad cuyo poder podía destruir ciudades.
Érica le dio una mirada de reojo a Morgan por el murmullo, pero luego se concentró en Cécile que no mostraba sorpresa.
"La Directora Meredith es la mejor en su campo. Puede transformarse en lo que sea y más aún, puede combinar diferentes partes de cuerpo de varias criaturas. Entre ellas el corazón de un dragón, lo que le permite tener energía mágica casi ilimitada." Explicó Cécile en modo casual.
La Directora Meredith tenía una reputación única por su capacidad de transformarse y antes ellos lo habían visto, pero ahora se daban cuenta de que lo que vieron fue menor comparado a la verdad.
Érica no pudo ocultar su sorpresa, no al escuchar de que podía transformarse en varias criaturas, sino que pudiera convertirse su corazón en el de un dragón.
Los dragones eran seres conocidos por su poderío y la base de leyendas, y si uno leía escritos de Terra nova, también se darían cuenta de que sus cuerpos eran extremadamente valiosos. Con las escamas de dragones se creaban las más resistentes armaduras, con los colmillos las más afiladas armas, su sangre era útil para reforzar cuerpos y crear pócimas alquímicas.
El corazón en particular, si se obtenía en condiciones adecuadas, podía convertirse en una batería de 'energía ilimitada' y para magos antiguos era el mejor artículo para mantener torres mágicas o golems de alta capacidad. En ese sentido, para guerreros o espadachines también era útil como un elixir para aumentar la fuerza.
Y Meredith había logrado convertir su corazón en el de un dragón y al hacerlo ella posiblemente tenía una fuente de energía mágica ilimitada.
Si lo combinaba con partes de otras bestias mágicas, ella podría ser indestructible… Si es que ya no lo era.
"Dudó que ella no tenga consecuencias por el uso de su magia. Es una magia demasiado poderosa y no hay buenas historias sobre las quimeras." Dijo Morgan volviendo a centrar la atención.
Las quimeras eran combinaciones de múltiples criaturas y si bien la directora prácticamente se podía llamar quimera cuando se transformaba… No era algo que se pudiera decir abiertamente.
Sin embargo, nadie le dijo nada, ya que la preocupación fue clara.
Las quimeras existían porque los magos no podían unir los diferentes genes y por más que Meredith fuera prestigiosa en su campo, nadie sabía cuál era su límite.
¿Qué pasaba si esa magia de transformación tenía un límite o una consecuencia?
"Esa es parte de la razón por la cual nos moveremos para apoyarla. Ella se enfrenta a un poderoso enemigo y necesitamos ayudarla." Dijo Cécile y al ver la tensión en Sasha, Noah y Gabriel, reveló. "Mataremos a esa serpiente que nos emboscó. Esa serpiente ha estado siguiendo la batalla. Una vez que la matemos puedo apoyar a Meredith."
El grupo de Sasha estaba tenso al escuchar que Meredith se enfrentaba a un enemigo poderoso y aún más tenso de que ellos tuvieran que enfrentarlo.
Como rangos S, ellos no harían nada en contra de rangos SSS, pero era un asunto diferente en contra de un rango SS. Si bien necesitaban mucho trabajo en equipo para vencerlo podrían derribar el dragón oriental y una vez que tuvieran éxito, Cécile tendría espacio libre para apoyar a Meredith.
El costo era alto, pero si dudaban y tenían miedo jamás saldrían.
"Preparen su mente para lo que está por venir." Dijo Cécile agitando su mano para que se fueran y mirándola a ella, pidió. "Quédate, Érica."
Érica obedeció y notó que Morgan la miraba de reojo antes de sonreírle al salir. Esa mujer estaba curiosa por la conversación y Érica también, así que se concentró en Cécile que activó un artefacto.
El interior de la carpa se selló completamente y Cécile luego de reflexionar suspiró.
"¿Cuán confiadas estás en tu nuevo hechizo?" Preguntó Cécile con seriedad.
A pesar de que Érica ocultó a Morgan cuando reveló sobre el mural, no ocultó su nuevo hechizo y sus nuevas capacidades. Ocultar el desarrollo de hechizo mientras estaban en este portal era suicida y ella fue honesta con su capacidad.
"No creo que pueda invocar un ejército." Respondió Érica y viendo que Cécile esperaba, reveló. "He logrado conseguir sesenta y cinco núcleos de rango S. He robado la reserva de la expedición y los demás me dieron los núcleos que tenían para círculos mágicos. Llevando a que con los míos alcance los ciento doce núcleos. He experimentado con ellos y puedo usarlos a todos. Aunque son de un solo uso y si se gasta la energía mágica les demorará días regenerarse."
Ciento doce núcleos de rango S tenía en su poder y podía usar cada uno de ellos y si bien el número era alto como los núcleos estaban diseñados para otras funciones como mantener barreras o círculos mágicos, ella no podía aprovecharlos totalmente.
Un clon de hielo podría lanzar todos los hechizos de rango S que quisiera, pero cuando se agotara no podría recuperarse como lo hacía un cuerpo normal. No tenía la capacidad y a pesar de que ella había instalado círculos mágicos en los clones para reunir energía mágica, el proceso era lento y no lo suficiente rápido para ser usado en esta situación.
Así que ella lo tomó como núcleos de un solo uso.
"Tengo diez baterías de la Empresa Cosmos. También de rango S y estas baterías están diseñadas para recuperarse automáticamente, pero ya los he usado y no puedo deshacer los hechizos." Murmuró Érica dando una media sonrisa de disculpa.
Las baterías que había conseguido podían recuperar la energía mágica con rapidez y ella logró que funcionaran para sus clones de hielo y eran útiles. La regeneración permitía que los clones pudieran recuperarse y fueran similar a los golem magos con capacidad de regeneración de energía mágica.
No obstante, ella al crear clones de hielo no podía deshacerse de ellos y volver a utilizarlo. No importa cuánto tiempo le dedicará a mejorar su hechizo, sin una torre mágica altamente capacitada no lo lograría.
Cécile asintió.
"Puedo invocar una criatura de rango SS." Reveló Cécile y al ver que ella parpadeaba sorprendida, continuó. "El problema es que no estará bajo mi control ni puedo manipularlo o utilizarlo. No importa cuánto mejore mi hechizo, solamente abro una puerta y no sé si lo que viene es amigo o enemigo."
Érica estaba sorprendida de que Cécile le contara ese secreto y también la debilidad. Un asunto era que la gente creyera que ella podía invocar una criatura de rango SS, pero como carta secreta perdía su fuerza cuando uno se daba cuenta de la debilidad.
Invocaría algo que no podría controlar ni manipular y que podría convertirse en un enemigo.
"También puedo controlar diez bestias de rango S, cien de rango A y mil de rangos B. Esas puedo controlar. El inconveniente es que el terreno en donde luchemos puede jugarme en contra." Dijo Cécile y mirándola, preguntó. "¿Qué te parece si mato mis invocaciones y usamos sus núcleos mágicos como soldados de hielo?"
Cécile fue clara. Controlaba diez bestias de rango S, pero no significaba que estaba limitada a cuanto podía invocar.
¿Qué tal descabellado era eso? ¡Estaban hablando de obtener un ejército ilimitado mientras se tuviera la energía mágica para invocar!
A diferencia de otros invocadores que usaban círculos mágicos o realizaban contratos, Cécile no necesitaba nada de eso.
Érica parpadeó impresionada.
"No me mires de esa forma, tú has logrado lo mismo. Me hace preguntarme si conseguimos las notas de la misma persona." Dijo Cécile con una sonrisa intrigada.
Érica controló su expresión tal como su madre le había enseñado hace ya años e ignoró la curiosidad de Cécile.
A pesar de que no estaba en la corte, había escuchado rumores de la fuente de las notas de Cécile que fue lo que le permitió ascender de rango y… Ella sonrió deteniendo su hilo de pensamiento.
"¿Importa? Podemos crear un ejército juntas." Respondió Érica y sonriendo de manera brillante, murmuró. "Un ejército gratis."
Si Cécile invocaba criaturas de manera ilimitada y las mataban, podrían conseguir los núcleos que ella podría usar en clones de hielo, pero todavía podían ir más allá.
"Aun así, no será suficiente." Dijo Érica y sonriendo astutamente, comentó. "Debemos obtener el apoyo de los demás. Para reducir el riesgo, ellos tienen que cooperar."
Junto a esas palabras puso el artefacto para crear réplicas que la Luz de Plata le dio.
Cécile al sacrificar sus invocaciones podía darle los núcleos y esa mujer no se notaba preocupada sobre sacrificar bestias mágicas para obtener lo que quería. Érica tuvo que admitir que estaba siendo egoísta, pero quería sobrevivir a cualquier costo y aceptaría sacrificar bestias mágicas desconocidas.
Si ambas se juntaban para hacer este plan, las posibilidades de que todos salieran aumentaría enormemente, pero esas posibilidades podían aumentar aún más.
"Ellos no entregarán sus secretos." Dijo Cécile pareciendo dudosa.
Si le pedían a los demás que se dejaran hacer réplicas para usarlas en clones de hielo, no aceptarían al no querer entregar sus secretos.
Sin embargo…
"No quiero sus secretos. Quiero su experiencia de combate y habilidades." Respondió Érica y sin controlar la sonrisa que amenazaba por salir, agregó. "Un precio justo para la supervivencia."
Érica desde las notas aprendió mucho y entre todo lo que aprendió lo más importante era que no había límites en la magia. Existían hechizos que serían considerados extremadamente poderosos, aún nivel que iban en contra del sentido común y Cécile había logrado diseñar uno de esos hechizos permitiéndole invocar ilimitadamente y ahora ella tenía uno de esos hechizos y necesitaba réplicas de usuarios de habilidades para perfeccionarlo.
Y en esta expedición enviaron a varios brillantes genios y si ella conseguía las réplicas de ellos podría crear un ejército de genios.
Uno que ahora mismo le permitirían salir de este desastre.
Después de todo, en la historia de la humanidad se ha visto que numerosos rangos S ganen en contra de un rango SS y si bien aumentar el número no ayudaría para derrotar a un rango SSS, si eran lo suficiente molestos brindarían una oportunidad.
Ambas se miraron y sonrieron.