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Lista de asuntos raros.

En la gran Iglesia del Tiempo y el Espacio en la Ciudad Atlántida, una de la sala que estaba ocupada, se encontraba en total silencio.

"La corrupción ha aumentado… Si es como el Sumo Pontífice ha mencionado, entonces la dificultad de los portales aumentara con el tiempo." Murmuró la Cardenal Brousseau observando a la Cardenal Najjar y a la Capitana de los Guardianes del Tiempo, Esmeralda.

Estuvo investigando sobre los portales y la información que el Sumo Pontífice le había trasmitido.

En realidad, no fue demasiado, pero le mencionó que los portales mostrarían más corrupción entre más difícil fuera y en cada portal la corrupción estaba aumentando.

Lo que resaltaba en esas palabras era que ya no podían quedarse esperando como en los anteriores portales y debían actuar antes de que el peligro aumentara aún más.

Y la forma que se presentaría ese peligro no era tan difícil de analizar.

El otro lado podía estar en problemas que necesitaba soluciones rápidas y si ellos se retrasaban, la dificultad para encontrar la solución podía subir con el tiempo.

"La expedición tendrá que moverse." Murmuró la Cardenal Brousseau y mirando a la Cardenal Najjar, preguntó. "¿Te has preparado?"

Aurora iba a ser la jefa de la expedición y había tomado el liderazgo tanto público como de forma privada.

La razón era que había aceptado su título de Protectora de Zerzura y ya no necesitaba esconderse, pero la mayor razón fue que el bosque mágico, la dejo a ella organizar todo.

"Sí. He escuchado que Alba nos acompañara y el goblin Zrag también ha sido elegido." Respondió la Cardenal Najjar y con una mirada solemne, añadió. "Le faltan algunos nombres, pero escuché que el nombre Melgar ha resonado."

No habían cooperado tanto con el líder de los goblins Zrag, pero este goblin últimamente había estado trabajando para Zerzura limpiando mazmorras mientras su gente se adaptaba.

Que fuera a un portal abismal mostraría que los goblins trababan de defender este mundo que ahora ellos vivían, pero Aurora seguramente no estaba mirando eso.

"Zrag tiene un aura de espada que es perfecta para enfrentar a la 'corrupción' y el 'Caos'. Además, tiene la experiencia para sobrevivir en lugares inhóspitos." Dijo la Cardenal Brousseau y con un tono de duda, murmuró. "En cuanto a Melgar… Él es… Fuerte."

Melgar estuvo durante el tiempo que Sudan fue su objetivo y ese 'demonio de las sombras', en vez de irse, se quedó en Zerzura.

Pasaba desapercibido y ningún registro tenía su nombre o los detalles, pero si alguien se relacionaba a las autoridades policiales, él aparecería.

No era un policía, era el jefe criminal que controlaba el bajo mundo de Zerzura.

Eliminar el crimen en su totalidad era imposible y más cuando la ciudad empezó a crecer hasta un punto que la gestión se volvió complicada.

Por eso Melgar, fue seleccionado para que controlara el bajo mundo y mantuviera todo en control a un nivel mínimo.

Y ese demonio puro no solo era fuerte, sino que tenía una sombra con su misma fuerza… Eso significaba que, si iba, serian dos rangos S al 'precio' de uno.

"Me parece que se está preparando a extremos. Es bueno." Intervino Esmeralda y con su mirada plana, especificó. "Estos no parecen ser portales simples y que haya 'tiempo', es llamativo."

Si el Sumo Pontífice estaba correcto entonces los portales eran una carrera en contra reloj.

Era cierto que había que organizar la defensa, pero a diferencia de los portales anteriores no habría tiempo para que el equipo cooperara entre ellos y se preparara de esa manera.

Lo que significaba, que Aurora tendría que llevar expertos que pudieran mantenerse no importa la situación.

El único alivio de todo era que había seleccionado a dos rangos SS.

"No sabemos si la enseñanza se mostrara finalmente o si esto es solo un aumento de dificultad." Murmuró la Cardenal Brousseau y dando un suspiro, añadió. "Al final solo podemos esperar que la expedición se prepare."

Aurora le había enviado una fecha en la que entraría al portal abismal y no faltaba mucho tiempo para que llegara ese momento.

Lo hizo luego de que ella le enviara el informe y si bien los preparativos eran rápidos, la incertidumbre estaba presente.

"¿Y por qué no la insta a llevar a otros rangos SS?" Preguntó Esmeralda con curiosidad.

Esta expedición tuvo el mayor número de rangos SS que deseaban participar y la mayoría de ellos vinieron del bosque mágico, que estaban listos para defender sus tierras.

Dos de los rangos SS de la iglesia estaban a la espera y en la ciudad, estaba presente el General McLean que, a pesar de ser viejo, nunca detuvo su entrenamiento.

Sería bastante fácil llevar a tantos rangos SS como deseara, pero a la vez había complicaciones.

El bosque mágico era pacífico porque sus rangos SS y la Reina del Bosque estaba presente, por otra parte, el General McLean seguía siendo un símbolo de advertencia para las amenazas a la ciudad Zerzura.

Y luego estaba el mayor problema.

"Una fuerza grande puede ser una ventaja… O un gran problema." Respondió la Cardenal Brousseau y al ver que Esmeralda estaba curiosa, explicó. "Después de todo, no son fáciles de controlar."

La Cardenal Najjar estaba presente aquí escuchándola, pero esa mujer conocía a Aurora y concordaban en muchos temas, por eso no le molestaba aceptar las órdenes de alguien tan joven.

Alba también conoció a Aurora y esa gran Homotherium era amigable muy diferente a las otras bestias, que solo seguirían la voluntad de la Reina del Bosque.

¿Si llevaba a todos los rangos SS los podría controlar?

"Entiendo." Respondió Esmeralda con calma.

Fue inexpresiva al responder y entendió a lo que se refería… Y ni siquiera negó el hecho de que contrariaría a Aurora si lo creía necesario.

Era preferible llevar a personas que la seguirían a que se dividieran y causaran problemas.

"Cardenal Brousseau ha venido un visitante de la Iglesia del Orden." Dijo la voz de su secretaria que venía del otro lado de la puerta y antes de que ella mencionara que iría luego, añadió. "Parece venir con el 'visitante' que apareció en Los Ángeles."

El 'visitante'… El profeta que se había quedado en la Iglesia del Orden parecía estar visitándola.

Encontrando el asunto extraño, la Cardenal Brousseau le hizo una señal de disculpa a ambas mujeres y salió, siguiendo a su secretaria.

La Iglesia del Orden se encargaba de muchos temas y entre ellos estaban los asuntos relacionados con las almas de los Slaran y esos individuos psiónicos que aparecieron.

Sin tanta información de ese tema que no estaba en jurisdicción, la Cardenal Brousseau caminó hasta que entró a una sala, que estaba ocupada por dos personas.

Una de ellas era la Cardenal Pearson que parecía estar actuando como 'guía' y la otra persona era la visitante.

Esa mujer morocha la estaba observando mientras sus ojos púrpuras brillaban rebosantes de energía psiónica.

Había ocupado el cuerpo de una mujer llamada Amelia Tenorio, quien tuvo un accidente y quedo en un coma, que los doctores no sabían cuánto duraría.

La verdad era que, no estaba en simple coma, sino que el alma de esa mujer ya había dejado su cuerpo y ese cuerpo vacío fue perfecto para el profeta que no deseaba dañar a otros para volver a 'vivir'.

"¿Debería llamarte 'Profeta' o 'Amelia'?" Preguntó la Cardenal Brousseau, dando una señal a su secretaria para que trajera algo para tomar.

Ese profeta era alguien que podía ver el futuro… Era la prueba de que el Dios del Tiempo y el Espacio ya no era capaz de ver el futuro o incluso controlarlo.

Para la iglesia ese era un gran golpe y si se extendía, llevaría a que sus creyentes más fervientes dudaran sobre la situación.

Por supuesto, que la iglesia adoptara un enfoque libre a la hora de criticar a su dios, significaba que el núcleo de la iglesia se mantendría intacto, pero en términos de imagen sufrirían.

"He aceptado el nombre de este cuerpo. Dudo que pueda tomar el título de profeta, cuando no puedo garantizar los sucesos que veo." Respondió la mujer con un tono solemne.

¿Fue su fallo durante la aparición del portal en Los Ángeles?

Profetizó que Aurora seria tragada por el portal abismal, pero no sucedió y ahora ese portal estaba en manos de las autoridades de Estados Unidos.

"Aun así, acertó en algunas cosas. Hay que destacar ese punto." Precisó la Cardenal Brousseau con calma.

¿La iglesia tuvo alguien que había visto el futuro al menos, aunque sea una sola vez?

Si existía alguien de ese tipo, ella jamás lo había conocido y pensando en Agatha, muy posiblemente alguien con ese poder nunca hubiera existido.

Agatha era la primera en criticar las ventajas que su dios nunca mostró y era normal pensar que el Dios del Tiempo y el Espacio nunca le había dado ese poder a ninguno de ellos.

Este profeta no parecía estar regulado por medio de la magia ni tampoco parecía ser una bendición de su dios, sino que estaba relacionado con algo psiónico.

Sin importar la relación, era imposible negar que había acertado en la aparición del portal.

"¿Su 'Dios' no le ha avisado nada?" Preguntó el profeta con una mirada curiosa.

Había enviado el informe a las autoridades a cargo de los portales sobre que la corrupción podría representar el peligro del otro lado y entre más pasara tiempo, un mayor peligro podría surgir, no obstante, el profeta no se estaba refiriendo a eso.

¿Se trataba de otra profecía? La Cardenal Brousseau agitó su cabeza.

"Vi una escena… La misma joven de mi visión anterior, está presente." Dijo el profeta y al ver que ella ponía una expresión solemne, precisó. "No sé quiénes la rodean, ya que todo está lleno de oscuridad y solo ella es visible. Es en esa escena que ella entra a un portal en medio de un bosque."

La expresión de la Cardenal Brousseau cambio de múltiples formas al escuchar esa 'profecía' y se mantuvo atenta, instando a que esa mujer siguiera.

"Luego es difícil de ver… Hay escenas sin forma dentro de un mundo misterioso que no se detalla." Murmuró el profeta y frunciendo el ceño como si le disgustara su falta de precisión, añadió. "Recuerdo haber visto un árbol. Era gigantesco, tan alto como los edificios humanos y estaba rodeado de figuras, que parecían adorarlo… Ese árbol miraba una figura de blanco y negro, como si pidiera ayuda, pero esa figura estaba observando a la jovencita rodeada de oscuridad, como si quisiera saber cómo actuaria."

Frunciendo el ceño varias veces mientras contaba lo que había visto, estuvo claro que le era difícil precisar toda su visión y más difícil era encontrarle sentido.

No había visto un hecho concreto como su primera profecía, sino que esta vez fue más difícil, más incierto y borroso.

Si antes había parecido alguien que ve el futuro con certeza, esta vez parecía un 'profeta charlatán' y la Cardenal Brousseau no pensó en sentirse aliviada de que alguien no viera el futuro, sino que puso una expresión seria.

"Lamentablemente eso es lo único que pude captar." Dijo el profeta con un suspiro agobiado.

Era posible que antes sus 'profecías' fueran más certeras y más claras, pero igualmente la información que proporcionaba era alta.

"Estoy agradecido por esta información." Respondió la Cardenal Brousseau y con una sonrisa llena de calma, añadió. "Ha sido muy útil."

No importa cuán escasa la información fuera, siempre era bueno saber sobre el tema.

******

Golpe tras golpe, Aurora que estaba golpeando su mesa de forma rítmica con su dedo recibió la mirada de Alice, que estaba leyendo el informe.

"De verdad no te gustan las profecías." Murmuró Alice confirmando lo que estaba pensando.

"Ha hecho dos profecías y las dos son sobre mí. No es agradable." Respondió Aurora de forma honesta.

La Cardenal Brousseau le acababa de enviar el informe sobre el profeta y su profecía, que los expertos de la iglesia estaban estudiando.

En ese mismo informe había enviado su propia conclusión sobre el tema.

"Un gigantesco árbol rodeado de figuras que lo parecen adorar. La hipótesis de la Cardenal Brousseau es altamente posible." Dijo Alice con una mirada curiosa y dándole un vistazo, añadió. "Quizás están 'adorando' a un dios."

La profecía para Aurora no tuvo mucho sentido o para decirlo de otra manera, no era tan detallada como se esperaba.

Incluso cuando la Cardenal Brousseau consiguió que el profeta trasmitiera todos sus recuerdos de la profecía directa para 'verlo', solo aparecieron detalles difíciles de entender.

Y lo que más claro estaba era ella.

El árbol que era adorado por figuras fue clasificado por la Cardenal Brousseau como una posible deidad al igual que la luna en el segundo portal abismal.

La posibilidad era alta y al menos esta profecía dejaba en claro que ellos necesitaban ayuda… Ese era un punto positivo.

"Y mira a otra figura que puede ser un dios. Por lo blanco y negro que está ocupando la figura en su totalidad es posible que represente el 'equilibrio' y solo hay un dios que enfatiza el equilibrio." Añadió Aurora siguiendo la idea de su hermana y lo que la cardenal informó.

No era muy difícil identificar a la figura de blanco y negro que estaba en total equilibrio con sus dos colores… Era Zabathza la misma entidad que supuestamente creaba los portales.

Al final, esa entidad la estaba mirando a ella.

"Ni siquiera lo conozco o le he rezado. No tiene sentido que me mire." Dijo Aurora con un tono algo molesto.

Estaba molesta porque no le gustaban las profecías, y no le gustaba que alguien pareciera determinar su destino, como si todo estuviera preparado.

"Pero es posible que sea por algo que harás… O por una decisión que tomaras." Especificó Alice y dando una mirada atenta, precisó. "La profecía no muestra nada. Excepto las presencias que están ahí."

Las palabras de Alice fueron dichas con total calma y por su mirada trataba de que hacerle ver, que nada fue determinado.

Nada estaba preparado… Solo los 'actores' en este complejo suceso.

Y lo gracioso, era que ella podía evitarlo, de la misma forma que no había entrado al portal anterior, ahora podía alejarse y no intentarlo, solo que era 'imposible'.

Esa la razón por la cual a leer sobre la profecía le molestaba.

Iba a ir e iba a ser lo que creía correcto… Eso era algo que ella misma había decidido.

"Aun así, es…"

"¿Extraño?" Intervino Alice terminando su oración y cuando ella dio una expresión difícil, comentó. "Una segunda profecía de ti. Todo lo que está claro es que estás presente."

Alice le sacó las palabras de la boca y Aurora solo dio un largo suspiro.

Era imposible que no fuera extraño que en esta profecía también estuviera presente y lo más extraño era que mientras todo estaba borroso y parecía incierto, su presencia era la que tuvo mayor claridad.

Al menos así, era como los recuerdos del profeta la recordaban durante la profecía.

La profecía no parecía tratarse del portal abismal, sino que de ella y Aurora no podía quitarse su disgusto.

"Si, lo es. Otra cosa extraña que agregar a la larga lista de asuntos raros." Murmuró Aurora y levantándose, comentó. "Iré a entrenar durante una media hora. Quiero relajarme un rato."

Su hermana solo le dio una suave sonrisa y la dejo estar mientras que ella se levantaba de la silla y se dirigía a su habitación.

Como estaba en su propio edifico, al entrar reviso los mensajes que tenía y tras ver que en el grupo Nicole estaba emocionada por el concierto de Serafín, dio una sonrisa.

Al final, al darse cuenta de que Andrés estaba mejorando, activó los artefactos de seguridad y pensó en entrar al lugar de entrenamiento.

Su sistema que estaba presente la envió al lugar en donde quería y viendo este mundo blanco ilimitado y a su anciano maestro jugando ajedrez con su anciana maestra, dio una sonrisa.

"No se preocupen, solo vine a entrenar ligeramente." Dijo Aurora saludando y recordando que tenía algo de comida, lo sacó de su anillo espacial y lo dejo en una mesa que sacó.

Escuchando el agradecimiento de sus maestros, Aurora se puso ropa de ejercicio con cambio rápido y luego empezó a estirarse.

Cuando termino, empezó a trotar por este espacio blanco y luego empezó a correr mientras aumentaba su velocidad a cada segundo.

Su concepto de luchadora se activó de forma automática fortaleciendo su cuerpo y dándole mayor resistencia mientras que su velocidad de espadachín empezó a relucir.

Sintiendo su cuerpo agitado ante la velocidad que estaba utilizando, ella se sintió un poco relajada y cuando pensó en su espada, la sacó de su inventario y la balanceó en el aire.

"…"

No fue una vez, sino que varias veces y cada balanceó el aura cambio dejando una estela de diferente color.

Un corte verde que avanzó con velocidad, un corte rojo que tenía un mayor grosor y un corte celeste que dejo su aura a su paso y al final todo fue dividido por un corte incoloro que partió la realidad.

Sus auras dejaban estelas a su paso, pero era el aura celeste la que más destacaba, debido a la barrera que podía dejar a su paso y ver todo dividido logró que Aurora, viera belleza en su corte.

Dejando el tema de la profecía de lado, la extrañeza de que fuera ella otra vez el objetivo de una profecía y sus dudas sobre esos temas que estaban volviéndose cada vez más evidente, ella volvió a balancear su espada.

No fue un corte poderoso, solo fue un movimiento de entrenamiento y luego otra vez hizo lo mismo, hasta que comenzó a balancear su espada como si estuviera entrenando en el aire.

Lo estaba disfrutando… Estaba disfrutando sentir su espada en sus manos, esgrimirla y balancearla sintiendo la belleza de los cortes que realizaba.

No le gustaba admitirlo, pero ver la hoja de su espada balancearse con movimientos rápidos, era hermoso de una manera única y cuando su aura lo rodeaba, dejando estelas a su paso, lo volvía aún más bello.

¿Desde cuándo empezó a disfrutar de vuelta los cortes de su espada? ¿Hace cuánto dejo de ver su espada como un arma? ¿Cómo un medio para lograr sus objetivos?

Esas preguntas fueron dejadas de lado por ella, que solo quiso disfrutar este suave entrenamiento y no pensar en nada.

Quería relajarse y solo eso hizo… Balanceando su espada, una y otra vez, tan solo para volver a empezar cuando terminaba sus movimientos.

Sin pensamientos ociosos, sin preocupaciones y sin temores, era disfrutar de su espada.

Cuando empezó a sentirse cansada, el aura blanca la cubrió y revitalizo su cuerpo, haciendo como si el cansancio y la sed nunca hubiera aparecido.

Y siguió, disfrutando la calma que le traía su espada y el sonido de la hoja de espada cortando el aire.

¿Cuándo duro? Era imposible saber el tiempo en este lugar debido a que no había nada que pudiera mostrarle que el tiempo estaba transcurriendo.

Sin objetos ni nada en movimiento, su cuerpo se recuperaba de forma constantemente, y al final cuando ella pensó que se estaba haciendo tarde, dudó un momento y luego siguió.

Quince minutos más…

Ese pensamiento la impulso a seguir, esta vez no solo balanceando su espada, sino que realizando cortes más profundos rodeando por sus diversas auras.

Moviendo su cuerpo y gastando más energía en sus cortes, le gusto ver como su aura pintaban de cierta forma sus alrededores, dejando estelas a su paso.

Era una artista… Ese pensamiento la hizo detenerse cuando terminó balanceando su espada con su aura roja.

"…"

Su corte rojo avanzó por el aire, pintando el suelo blanco de rojo, como si ella estuviera pintando algún tipo de lienzo en blanco.

Un corte delicado que dividió la tierra partiéndola por la mitad y que hizo parecer como si estuviera dividiendo el aire.

Solo fue un corte más poderoso de lo normal, pero Aurora no pudo ocultar el sentimiento que no había sentido en mucho tiempo.

La belleza de un buen corte de su espada.

"Creo que estoy enloqueciendo." Murmuró Aurora y al girarse, pudo ver que su anciano maestro la estaba observando asintiendo con calma.

Era la mirada de un admirador del buen arte… La de un espadachín que amaba su espada y admiraba a otro igual.

"Tengo que retirarme." Murmuró Aurora antes de forzar en su mente a su sistema para que la moviera.

Al llegar a su habitación, simplemente dudó un momento de la razón por la cual su maestro estaba sonriendo.

Su anciano maestro había estado asintiendo con una sonrisa que muy pocas veces daba y eso, la avergonzó un poco.

Agitando su cabeza sin querer pensar en su espada, salió de su habitación y se dirigió a la sala.

En medio de ese lugar, pudo ver a su hermana llevando un pijama mientras estaba siguiendo a un dron que parecía preparar un desayuno.

"Alguien vino a dejarte algo. Parece ser de la Empresa Cosmos." Informó Alice al darse cuenta de que estaba siendo vista de forma extraña.

Los pijamas que usaba su hermana estaban diseñados para la comodidad, más que el atractivo y a elegancia, lo que hizo que su pijama de una sola pieza felpudo le quedara extraño… Bien, pero extraño.

Aurora curiosa por ver lo que le trajeron, fue a la mesa y al ver una caja, la abrió para encontrarse un reloj holográfico.

Estaba acomodado en el interior de la caja que claramente era valiosa y había una carta en el interior, que cuando fue leída, logró que ella sonriera.

"Me está regalando su reloj holográfico… Y parece que Minerva está activa." Murmuró Aurora al leer la carta y activando el reloj holográfico, preguntó. "En vez de aceptarlo, lo tomaré prestado. ¿Crees que tu maestro se enoje?"

Alice se detuvo, dejando de seguir al dron que le estaba preparando su desayuno y le dio una mirada rara.

Lo que estaba en la caja era el reloj holográfico de Kairos, que se lo había enviado como regalo, pero Aurora lo conocía y sabía que este reloj no era simple.

"No lo creo, estará satisfecho mientras su regalo sea aceptado en alguna medida." Respondió una voz mecánica desde el reloj holográfico.

Todavía recordaba que el Sabio Lucius había mencionado que este reloj holográfico tenía un espacio propio en donde se encontraba la armadura de poder de Kairos y a la vez en donde estaba Minerva.

Ahora esa inteligencia artificial que seguramente era muy avanzada, respondió a su pregunta.

Había rechazado su ayuda directa, pero no estaba mal aceptar a Minerva, ya que iba a ser un excelente añadido para la expedición en temas virtuales.

Después de todo, Kairos le gustaba la tecnología, pero no la entendía por completo y quien fue el principal apoyo del séptimo portal abismal fue el Sabio Lucius y Minerva.

Viendo que su hermana la seguía mirando, ella tosió varias veces, sintiéndose un poco avergonzada.

Había visto su sonrisa tonta… Feliz de haber recibido un regalo.

"¿No es muy tarde para desayunar? ¿Qué tal si me esperas y te hago la cena?" Preguntó Aurora con curiosidad.

Esta vez fue Alice quien le dio una mirada rara como si no les encontrara sentido a sus palabras.

"Aceptaré la cena ahora, pero luego no te arrepientas." Respondió Alice y al ver que ella no entendía, utilizó su reloj holográfico.

Las ventanas estaban cubiertas por cortinas que ocultaban lo que estaba del otro lado, pero en realidad, todo el edificio estaba cubierto por la barrera que utilizaban al dormir.

Cuando Alice desactivo esa función, la luz entró por la ventana y cuando las barreras se corrieron, Aurora vio que era de día.

No, no era simplemente de día… Era de mañana.

Había entrado a entrenar a la tarde y había pensado que se retrasó y había salido en la noche, pero… Esta no era la noche.

"¿Mi cena sigue en pie?" Preguntó Alice, ignorando que ella estaba aturdida.

Por la mirada de su hermana, estuvo claro que no tenía problemas que hubiera desaparecido entrenando toda la noche y la razón era simple.

Esta no era la primera vez que se desconectaba de todo y se quedaba durante varias horas entrenando.

El problema era que, Aurora lo sabía… El tiempo en el interior de ese lugar era diferente y últimamente había querido sacarle provecho a sus cortos descanso, lo que hizo que su maestro aumentara la diferencia.

Y ahora tenía una pregunta.

¿Cuántas horas estuvo en el otro lado? Una parte de ella, le decía que posiblemente fueron días.

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