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CAPÍTULO 44- Soy una decepción.

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 44

Aparezco frente a mi abuela.

—¿Qué pasó?

—Dios quería darnos una información… Mi poder mágico disminuyó bastante otra vez.

—¿Te quitó poder mágico?

—Sí… Pero supongo que no hay nada que pueda hacer… Volvamos a la fiesta.

Ah… Mi vida será más difícil sin todo el enorme poder mágico que tenía.

Continente 1.

Al lado de una pequeña casa de dos pisos verde, se encuentra un bosque.

Neim está sentada bajo un árbol. Al lado de ella está un hombre con el cabello blanco y largo, ojos completamente negros y usa un traje de noble de color rosa.

—Entonces eso pasó… Es una pena, Crisma.

—Neim…

Se levanta y le da un gran golpe en la cara al hombre.

—¡Te he dicho que me llamo Neim!

El hombre simplemente sonríe.

—Sí, sí, lo siento, lo olvidé.

Neim se aleja caminando.

—Debemos entrenar aún más que antes, así que mueve tu trasero.

—Sí, hermanita.

(Continente 2.)

Estoy sentado en una mesa con Daniela. En la fiesta hay música, comida y bebidas. Es una buena fiesta… Aunque realmente, no la estoy disfrutando.

Ya no soy tan poderoso como era antes. No seré capaz de proteger a mis amigas… Debo alejarme de ellas.

—Daniela, he tomado una decisión… Cuando termine la fiesta, nos regresaremos a nuestra casa en el reino del Rey Finder… Y nos saldremos del equipo.

—¿Realmente lo harás?

—Sí… Mi abuela, Cris, Sonia, tú y yo, nos iremos a vivir muy lejos de este país… Tal vez también Sandro, un guerrero como él nos vendría bien.

Y él es fuerte, será de mucha ayuda.

Saco mi teléfono y abro la aplicación de mapa.

—Hay 7 países en este continente, nos iremos a vivir a "Mismar" o a "Ejico"… Ese lugar suena como México, país donde nací… Mismar es un país en donde siempre hay nieve, y en Ejico hay lugares en donde el calor predomina… Ambos países son lugares peligrosos, pero suenan interesantes. Son lugares perfectos para entrenar.

—Sí, está bien.

Meibis se acerca a nosotros.

—¡Daniel, vamos a bailar!

Me levanto y le extiendo la mano derecha.

—Claro.

Le sonrío y se sonroja.

Esta puede ser la última vez que nos veamos, Meibis.

Me siento un poco triste… Conocí personas muy amables e interesantes en este mundo… Ah… Desearía recuperar mi gran poder mágico.

3 horas después.

Todos mis compañeros, Rose, Rocco, Meibis, los reyes y mis nuevas esposas, estamos sentados en una gran mesa rectangular, en un comedor. Estamos solamente nosotros.

Yo estoy sentado junto con Daniela y mi abuela.

El Rey Finder levanta una copa de vino.

—¡Por Daniel, el que hace posible lo imposible!

Esa frase… Siendo sincero, solo la utilizo para crear una escena épica… Pero que otros la digan, es un poco incómodo.

Todos levantan copas de vino y yo levanto una copa con agua… No me gusta el alcohol… Creo que el vino es alcohol… No lo sé… Pero no me gusta el vino.

—¡¡Por Daniel!!- Gritan todos menos yo.

—Aunque estamos aquí para celebrar la boda, no mi victoria.

Mi abuela voltea a verme y me sonríe.

—No seas tan serio, disfruta el momento.

—Derrotaste al Rey Demonio. Debemos festejarlo.- Dijo Sandro sonriendo.

—Eres alguien increíble, Daniel.- Dijo Sara.

—¡Eres genial, Daniel!- Dijo Alex.

Oh no… Empezaron con las palabras lindas… Esto me pone rojo.

—¡Derrotar a todos esos demonios tú solo, es algo casi imposible de imaginar!- Dijo Liz.

—Por eso Daniel es el guerrero que hace posible lo imposible, hermana.- Dijo Rose.

¡Uwaaaah! ¡Esa frase da pena ajena! ¡Ya no volveré a usarla!

—Arriesgaste tu vida por salvarnos, eres realmente un héroe.- Dijo Rem.

—La verdad es que nunca me imaginé que derrotarías a unos demonios… Eso es algo inimaginable para nosotros que somos de otro mundo… Pero lo hiciste, y tú solo… Eso es algo verdaderamente increíble, Daniel.- Dijo Sonia.

—Y pensar que hace unas semanas estábamos jugando fútbol y ahora estamos en otro mundo en donde existen hadas y otros seres de fantasía… Este mundo es realmente interesante… Quiero que me enseñes a pelear, Daniel, quiero ser de ayuda y no un estorbo.- Dijo Cris.

—Gracias a ti, mi hermana y yo estamos vivos… Muchas gracias, Daniel.- Dijo Zero.

—¡Eres lindo, fuerte y valiente! ¡Eres el guerrero perfecto!- Dijo Molly.

—Y pensar que serías capaz de lograr algo como derrotar al Rey Demonio… Simplemente increíble.- Dijo Rocco.

—Eres alguien muy bueno y fuerte, eso es algo muy raro en los humanos… Eres increíble.- Dijo Meibis.

—Mis hijas son muy afortunadas de ser esposas de un guerrero como tú.- Dijo el Rey de Soular.

—¡Te haré muy feliz, Daniel!- Dijo Esmeralda.

—¡Pero yo más!- Dijo Charlotte.

—¡No, yo!

—¡Yo!

—¡Yo!

—¡Te odio!

—¡Yo más!

Empiezan a pelear y el Rey intenta separarlas.

Bajo la mirada… Esas palabras son muy lindas… Me incomoda un poco.

—Gracias por sus palabras… T-tengo algo importante que decirles… L-l-lo que pasa es q-que… N-nos… N-nos…

—Nos iremos a Mismar o a Ejico.- Dijo Daniela.

Ah, gracias, Daniela. No me atrevía a decirlo.

—¡¡¿Se irán?!!- Gritó el Rey Finder.

—¡¡¿Por qué nos iremos?!!- Gritó Alex.

Suspiro y me levanto… Están gritando… No es necesario gritar.

—Por motivos secretos, debo entrenar arduamente y esos países parecen adecuados… Y, lamentablemente, solo iremos mi abuela, Daniela, Cris, Sonia, y Sandro también si quiere acompañarnos, y yo… En pocas palabras, dejaré el equipo, Alex.

Todas se levantan de la mesa rápidamente… Supongo que van a querer impedirlo.

—¡¡¿Por qué?!!- Gritó Alex.

—¡¡¿Por qué dices eso tan de repente?!!- Gritó Sara.

—Lo siento… Tengo motivos para hacerlo… Realmente lo siento.

Me alejo caminando… Debo pensar mejor las cosas… Debo tomar aire.

—¡¡Daniel, por favor, déjanos ir contigo!!- Gritó Rem.

Me detengo… Supongo que puedo decirles lo que pasa.

—Yo tenía un corazón puro… Lo acabo de perder recientemente… Ese corazón me obligaba a hacer cosas buenas y no me permitía hacer cosas malas… Ahora que lo perdí, mi personalidad real quedó libre.

—¿Personalidad real? ¿A qué te refieres, Daniel?- Dijo Rose.

—Mi destino… Mi destino es ser un pervertido… No me pregunten cómo lo sé, pero es la verdad… Mi corazón puro evitaba que lo sea… Pero ahora que lo perdí, lo seré… Seré un pervertido… Rem, si aún tuviera mi corazón puro, no habría aceptado hacerlo contigo… Acepté hacerlo con alguien que apenas conozco… Eso significa que realmente soy un pervertido.

Hay un silencio incómodo de unos 5 segundos… Creo que no debía decir eso… Simplemente lo dije, no lo pensé.

—¿H-hacerlo?- Dijo Sara confundida.

—¿A qué se refiere con hacerlo?- Dijo Alex.

—¿Hacerlo…? Eso significa…- Dijo Rose.

—Hacerlo… Eso significa que tuvieron relaciones sexuales.- Dijo Sandro.

Todos voltean a ver a Rem.

—¡¿Lo hiciste con Daniel?!- Dicen todos.

Rem baja la mirada sonrojada… Está incómoda.

—Lo siento, sé que ustedes están…

—¡Daniel!

Mi abuela se acerca a mí y me da una cachetada.

—¡¿Te metiste con alguien que apenas conoces?! ¡Me decepcionas! ¡Yo no crié a un chico que se aprovecha de una chica! ¡Te enseñé a respetar a las mujeres, Daniel! ¡¿Por qué hiciste eso?!

—¡Yo le pedí a Daniel que lo hiciéramos, él no me lo pidió!- Dijo Rem.

—¡Es cierto, Rem lo provocó! ¡Daniel perdió su corazón puro, no pudo negarse!- Dijo Daniela.

… Ese golpe no me dolió… Me dolieron sus palabras.

Empiezo a llorar… Decepcioné a mi abuela… Mi abuela está decepcionada de mí… La persona que más amo, me golpeó y me dijo algo muy doloroso… No lo soporto… Me duele el corazón.

—Lo siento… Realmente lo siento, abuela… Odio a las personas pervertidas… y me convertí en uno de ellos… ¡Perdóname!

Me dirijo a una ventana abierta corriendo… ¡Necesito alejarme de ella!

—¡¡Espera, Daniel!!- Gritó mi abuela.

Salto por la ventana.

—¡Arches Nexus!

Me voy volando, pero mi velocidad es lenta a comparación a como volaba antes.

—Maldita sea… Realmente soy lento.

Aterrizo en el suelo.

—¡Caballo divino, ven a mí!

Un círculo blanco aparece en el suelo frente a mí y Treis aparece.

—¡Hola, Daniel!

Me subo a Treis.

—¡Llévame lejos de aquí, por favor!

—¡Sí!

Empieza a correr y me limpio las lágrimas.

Debo esforzarme… Debo cambiar… No seré un pervertido… No lo seré.

Quiero volver a ser el mismo chico de antes… Quiero que mi abuela no se decepcione de mí.

—Lo siento, abuela… Perdón por decepcionarte… Lo siento.

Las compañeras de Daniel lo observan desde la ventana.

—Daniel… Si lo que dice es verdad, realmente le está afectando.- Dijo Sandro.

—Daniel odia a los pervertidos… Desde que tenía 13 años, él los odia.- Dijo la abuela de Daniel.

—¿Le pasó algo? ¿Por qué los odia tanto?- Dijo Rose.

—Les contaré una pequeña historia… Cuando Daniel tenía 13 años, intentaron asesinarlo.

—¿En serio…? ¿Tanto odias a los pervertidos?

—Sí.

—… Y-yo tengo 7 esposas, pero las amo. No soy un pervertido. Todas ellas se enamoraron de mí y siempre las rechacé… Aunque lograron convencerme de casarme con todas ellas.

—… ¿Un Unicornio con harem? Vaya, vaya… Eso suena raro… No te preocupes, si tú las amas y no las engañas, no te odiaré.

Estaba sentado bajo un árbol, hablando con Treis… Necesito hablar con alguien para contarle mis problemas.

—Gracias… Mis esposas son las personas que más amo… Por cierto, ¿quieres verlas?

—¿Eh? Claro.

Una fotografía apareció frente a mí… ¿Q-qué? ¡¿Sus esposas son humanas?!

—E-espera… ¡¿Son chicas humanas?!

—¿No sabías que yo tengo forma humana? Los Unicornios tenemos formas humanas también.

Otra fotografía apareció frente a mí… Unicornios.

—Son ellas en su forma normal.

—Vaya, vaya... Así suena menos enfermo... ¿Me enseñas tu forma humana?

—No puedo usarla en este mundo, solo en mi mundo.

Una fotografía apareció frente a mí... ¿Un niño pequeño? No... Tiene como 15 años.

—Ese soy yo.

... ¿Eh?

Qué raro... En la fotografía está con sus esposas... Pero... Sus esposas son enormes comparado con él.

—¿Tus esposas son enormes?

—Todas miden 3 metros.

—V-vaya, vaya... Pareces un niño pequeño al lado de ellas.

—Bueno... Yo mido 1:50 en mi forma humana... Pero en nuestra forma normal somos iguales.

—Ya veo... ¿Y tienes hijos?

—Todas están embarazadas.

—Wow... Felicidades.

—Gracias... Por cierto, ¿por qué odias tanto a los pervertidos?

—... Te contaré una pequeña historia... Cuando yo tenía 13 años...

(Tiempo atrás.)

Yo, de 13 años, salí de mi pequeña casa sin color, con mi mochila y tenía puesto mi uniforme escolar.

Bostecé y me rasqué la cabeza. Eran las 6:58 de la mañana… Tenía mucho sueño.

Y heredé la flojera de mi padre.

—Qué flojera…

Empecé a caminar y a lo lejos vi a Sonia y a Cris (De 13 años también).

—¡¡Chicos, espérenme!!

Me dirigí a ellos corriendo.

—¡¡Hola, Daniel!!- Gritó Sonia sonrojada.

Los alcancé rápidamente y me paré al lado de ellos.

—Vámonos.- Dije sonriendo.

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