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CAPÍTULO 15- Primera misión.

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 15

Llego al pueblo… Se ve vacío... Esperaba ver monstruos o algo así... No se ve nadie.

—Este debe ser el pueblo... Supongo.

Aterrizo y no veo a nadie en el pueblo.

... Qué raro.

—¿No hay nadie? ¡¡Hola!!

Unos cerdos gigantes con ropa salen de las casas.

... Wow... Con solo verlos puedo sentir su olor... Huelen horrible.

—Creo que esos son los Orcos… Son muy feos.

—¡Chicos, tenemos a otra chica!

—¡Es muy linda!

Me doy cuenta de que me ven con ojos pervertidos… Mierda, creo que intentarán algo.

Lo siento, solo me gustan las mujeres... Y solo mujeres humanas.

—Mierda… ¡Muslar asio!

Siento que mi fuerza aumenta... Wow... Me siento increíble.

—Se siente increíble…

Los Orcos se acercan a mí.

Fufu. ¿Creen que soy una dama que debe ser salvada? Si debo matar, no dudaré en hacerlo.

—Creo que debo matarlos… Supongo que debo hacerlo… ¡Espada Dix!

La espada de viento aparece en mi mano derecha.

—¡Vengan!

Los Orcos se acercan a mí corriendo. Son ocho Orcos. Ellos se acercan sin armas.

Me están subestimando demasiado... Perfecto.

—¡Ya quiero tener hijos contigo!

¡Mierda, intentarán violarme!

¡Qué asco!

Prefiero morir.

—¡¿Eh?!

Me alejo rápidamente de ellos.

—¡Vamos por ella!

Los Orcos se acercan a mí.

Bien, son rápidos, pero yo soy más rápida... Fufu. Tengo un plan.

—M-mierda... Y-ya me cansé.

Fingí cansancio y disminuí mi velocidad.

—¡Asquerosos! ¡No se acerquen a mí!

Uno de ellos se acerca demasiado a mí.

—¡Vete!

Le doy un golpe con la espada y le corto las piernas.

Fufu. Funcionó.

—¡¡Ahhh!!- Gritó con un desgarrador grito de dolor.

—¡Increíble, esta espada es muy filosa!

—¡Ataquen!

Todos los Orcos me intentan atacar.

—¡Mierda!

Corto a la mitad a dos Orcos y uno de ellos me abraza y no me deja ir.

—¡Eres muy linda!

Me da una lamida en la cara.

¡Maldito hijo de puta!

—¡Qué asco! ¡Arches Nexus!

Empiezo a volar muy alto.

—¡¿Eh?! ¡¿Puedes volar?!

Sigo volando, me estoy alejando bastante del suelo.

Espero que te pudras en el infierno.

—¡Me caeré!

El Orco me suelta y cae.

—¡¡Ahhhhh!!

Cae al suelo, su cabeza se estrella contra el suelo y explota.

... Qué asco... Fue asqueroso, pero satisfactorio.

—¡Te lo merecías, pervertido!

Bajo y los cuatro Orcos que siguen con vida huyen de mí.

—¡Miedosos!

Le lanzo la espada a uno de ellos y le atravieso el pecho, justo en el corazón.

El Orco cae al suelo… Supongo que está muerto.

¿Creyeron que no sé pelear...? Bueno, tengo experiencia en combate cuerpo a cuerpo gracias a mi padre. Él me enseñó a defenderme.

—¡Espada Dix!

La espada aparece en mi mano derecha de nuevo y le lanzo la espada a otro Orco. Le atravieso la cabeza y cae al suelo.

—¡Espada Dix!

La espada aparece en mi mano derecha de nuevo. Los dos Orcos con vida se meten en una casa.

Ah, esto fue fácil... Aunque me dan asco.

—Idiotas…

Me dirijo a la casa caminando.

—Soy una asesina, pero presiento que estoy haciendo lo correcto.

Entro en la casa y los Orcos se arrodillan ante mí… Están suplicando por su vida… Realmente están aterrados.

Se ven patéticos.

—¡Perdón!

—¡Déjanos vivir!

—Vaya, me gusta ver como se humillan.

Suelto la espada.

—Les daré un buen castigo.- Digo sonriendo.

Extiendo mis manos y levanto a los dos Orcos con mis poderes psíquicos.

—¡Genial, puedo levantarlos con facilidad!

—¡Déjanos!

—¡Por favor!

Salgo de la casa con los dos Orcos.

—¡Arches Nexus!

Me voy volando lo más alto posible... Genial, puedo llevarlos conmigo sin problemas... Fufu.

—¡No, por favor!

Después de alejarme bastante del suelo, los suelto y caen.

—¡Este anillo es increíble! Aunque me duele un poco la cabeza…

Supongo que usarlo demasiado tiene efectos negativos.

Bajo y reviso los cuerpos.

... Qué asco.

—Están muertos.

Varias mujeres salen de las casas.

—¿Están muertos?

—¡¡Estamos salvadas!!

—¡¡Gracias!!

Las mujeres están casi desnudas… Mierda… Ellas fueron violadas… Me siento mal por ellas.

—¿Ustedes fueron… violadas?

—Sí… Los Orcos mataron a todos los hombres y nos violaron.

... Ah... ¿Deberé acostumbrarme a esto? Espero que no.

Este mundo es salvaje y peligroso.

—¿Solo eran ellos? ¿No hay más Orcos?

—Solo eran ellos, no hay más Orcos.

... No soporto seguir viendo esto... Creo que voy a llorar si sigo aquí... Mejor me voy.

—Lo siento… Debo irme. ¡Arches Nexus!

Me voy volando del lugar.

—Pobres mujeres… Este mundo es muy salvaje… Es interesante, pero salvaje.

En el gremio.

Me dirijo a la empleada.

—Lo hice.

—Por favor, muéstrame tu tarjeta.

Le muestro mi tarjeta.

—¡Felicidades, realmente derrotaste a los Orcos!

—¿Lo sabe con solo ver mi tarjeta?

—Cuando aceptas una misión, esta aparece en tu tarjeta, y desaparece cuando la termines, mueras, o que nosotras la quitemos.

—Ya veo… Qué interesante.

(Presente.)

—Espera… ¿Aparece automáticamente?

—Sí… ¿En los gremios del continente 2 no pasa lo mismo?

—No, las empleadas de los gremios apuntan un número en la tarjeta, que también desaparece cuando terminas una misión.

—Ya veo… Bueno, te sigo contando. Después…

(Tiempo atrás.)

—Espera, iré por tu recompensa.

La empleada se va.

... Ah.

Pobres mujeres… Este mundo se ve interesante, pero es muy peligroso.

Suspiré... Espero no tener que ver más escenas de violación.

La empleada regresa con una bolsa con monedas.

—Tome, la recompensa son de 10 mil monedas de oro. El dinero del registro ya fue descontado.

(Presente.)

—¡E-espera! ¡¿Tanto dinero por matar a esos Orcos?!

—De hecho, no era mucho... Creo que el oro tiene diferente valor en cada continente... Se les llama oro, pero son diferentes monedas y cada moneda tiene un valor diferente. Está la moneda de oro original, media de oro, Cherl, etcétera. A mí me dieron el dinero con valor de 10 mil monedas de oro... Aunque sigue siendo bastante... Después me enteré de que esos Orcos tenían sangre demoníaca y tenían el poder de un demonio... Creo que eran demonios... Por eso me dieron tanto dinero. Esos Orcos eran imposibles de derrotar para los aventureros.

—Ah, ya entendí... Ya veo... Sigue, por favor.

(Tiempo atrás.)

El oro en mi mundo es muy valioso… ¡Con esto me alcanzaría para comprar una mansión…! Pero supongo que aquí no vale tanto.

—¡Gracias!

—Por cierto, me llamo Zeis.

—Me llamo Daniela… ¿Sabe en dónde puedo dormir? ¿Por aquí no hay un hotel?

—¿Hotel? No sé qué es un hotel, pero hay una posada en donde puede dormir, es aquí en frente, es barato.

Tomo la bolsa con monedas.

—Muchas gracias.

Salgo del gremio y veo la posada. Es un gran establecimiento, pero se ve algo sucio.

—Se ve un poco… sucia.

Entro y veo a una chica. La chica es alta, tiene el cabello blanco y largo, y usa un vestido negro... Qué lindo cabello tiene.

—Hola, disculpe, ¿tiene habitaciones disponibles?

—Sí, claro. ¿Por cuánto tiempo se quedará?

—No lo sé… Realmente no lo sé, tal vez 3 o 4 años.

—¡¿3 o 4 años?!

—Sí.

—E-está bien.

—¿Cuánto sería?

—Espere… Serían 3,600 monedas de oro por 3 años.

... No sé el valor del dinero todavía, pero puedo pagarlo.

—Está bien.

Abro la bolsa con monedas... Ah, ¿no existen billetes?

20 minutos después.

Termino de pagar... ¡¿Por qué no existen billetes?!

—¡Muchas gracias!

Me entrega unas llaves.

—Tu habitación es la número 13.

—Gracias.

—Las habitaciones están por tu derecha.

—Gracias.

Me dirijo a las habitaciones y las voy contando porque tienen un símbolo en la puerta que no entiendo.

—Esos símbolos deben ser números…

Sigo caminando mientras cuento.

—…10, 11, 12 y 13. Esta debe ser la habitación número 13.

Meto la llave y la puerta se abre.

—Bien, sí es… Es muy barato el lugar, espero que la habitación esté bien.

Entro en mi habitación.

—No está nada mal.

Hay una cama, un ropero y un escritorio… Sencillo, pero cómodo.

—Es cómodo… ¿Habrá baños?

Salgo de la habitación y me dirijo con la encargada de la posada.

—Disculpe, ¿tiene baños?

—Por tu izquierda, la primera puerta es el baño de mujeres.

—Gracias.

Entro al baño… Es sencillo también.

—Bueno…

Hay una piscina en el baño.

—Supongo que así se bañan en este mundo.

Veo una puerta al lado de la piscina.

—¿Una puerta?

Abro la puerta y veo que hay un agujero en el suelo y huele horrible. Me tapo la nariz… Realmente apesta.

—Supongo que aquí hacen sus necesidades… Sí, son salvajes.

Ah, será difícil vivir aquí.

Salgo del baño y me destapo la nariz.

—Tengo que acostumbrarme a este mundo.

Salgo de la posada… Iré a comprar ropa.

—Bueno… Creo que tengo que comprar ropa.

Un día de compras después.

Regreso a la posada, tengo una caja llena de ropa.

—Para ser un mundo raro, la ropa es muy linda.

Entro a mi habitación y guardo la ropa en el ropero

—Bien, a dormir.

Me acuesto e intento dormir.

—Es cómoda.

Tocan a mi puerta… Mierda… Tengo que abrir.

—¡¿Quién es?!

—¡Soy tu vecina!

—Qué flojera, tengo que socializar.- Digo susurrando.

Me levanto, abro la puerta y veo a una chica. La chica tiene el cabello negro y corto, y usa una armadura gris.

—¿Qué quieres?

—¡Solo quería conocerte!

La chica es una aventurera, la reconocí por la armadura en su cuerpo.

—Bien, ya me conoces, adiós.

—¡Espera, es que según Zeis, tú tienes todos los tipos de magia!

—Sí, ¿por qué?

—¡Increíble!

Me toca el rostro y los pechos… Maldita loca, ¡¿por qué me tocas?! ¡No eres de mi tipo!

—¡¿Qué te pasa?!

—¡Solo quiero saber cómo es tu cuerpo!

Me alejo de ella… No me siento tan incómoda porque es una chica, pero, aun así, es muy raro.

—¡Deja de tocarme!

—¡¿Puedo unirme a tu equipo?!

—¿Equipo?

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