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Dear (III)

El impacto de los diversos bloques, termino por formar una nube de humo que oscureció el lugar, el Cazador no podía creer que Dear se suicidara o que su hechizó de manipulación de hielo saliera mal, y sus dudas fueron contestadas cuando vio una enorme sombra entre la nube que empezaba a disiparse, pero su calma tampoco duro demasiado, la sombra era demasiado grande para ser la sombra de una joven maga, entonces escucho un fuerte crujido, mientras Dear empezaba a moverse, tanto el Cazador como Álvarez, se quedaron impactados, al verla, su cuerpo había Sido recubierto por completo, con una armadura gigante, hecha de hielo, media al menos dos metros y medio, parecía un golem de hielo, la única diferencia era la forma, que se asemeja a una armadura metálica. Antes, de que el Cazador pudiera pensar en algo, Dear lanzo una de las manos de su armadura helada, la cual logro atrapar al Cazador, mientras esté saltaba en el aire. Rápidamente la mano de hielo que flotaba en el aire, se reincorporo a la armadura, el Cazador se retorcía como podía, intento liberarse, entonces el brazo se elevó con rapidez hasta que la altura de la mano rozara la cabeza de la armadura.

- ¡E-Espera! - Grito con desesperación, pero antes de que el Cazador logro ver a través de la rendija de los ojos, Dear se encontraba en una especie de trance o tal vez dormida. Se dio cuenta, que no tendría sentido rogar, y, mientras el brazo descendía con fuerza, el volvió a encantar su cuerpo para resistir el violento impacto que terminó por levantar unos pedazos de polvo y roca.

Al menos unas cuantas costillas se habían agrietado por el impacto, su cuerpo había rebotado contra el suelo, el Cazador se encontraba aturdido por la fuerza del mismo; mientras Álvarez veía desde lo lejos con una mezcla de miedo y admiración; Dear sostuvo con rapidez una de las piernas del Cazador antes de que llegara al suelo, y lo lanzó de manera estrepitosa contra el muro de hielo. El cuerpo del Cazador cayo contra el suelo de manera pesada, "Si no me hubiera reforzado, estaría muerto" pensó, mientras luchaba por ponerse en pie; la armadura de hielo se acercaba cada vez más, aunque a un paso lento en comparación a la rapidez de sus extremidades, cuando al fin logro incorporarse, su cuerpo tambaleó y casi volvió al suelo. El Cazador decidió retirar su espada de su vaina y apuntar con ella el cuerpo de hielo que se alzaba frente a él.

La espada que sostenía el Cazador, era enorme, una Claymore o espada bastarda de dos manos con un largo de 168 centímetros y un espesor de 1,2 centímetros, su potente hoja relucía sin problemas. La mayoría de las espadas, tenían un nombre o una firma en la hoja o empuñadura, pero la espada del Cazador solo mostraba una serie de marcas de encantamientos, a lo largo de su hoja, mientras la armadura se preparaba para abalanzarse sobre el Cazador, este activo varios de las marcas de encantamiento, en instante una extraña aura lo envolvió, y su espada fue cubierta por completo en fuego.

La armadura volvió a disparar su brazo contra el Cazador, pero solo logró atrapar una imagen residual, su velocidad había aumentado de manera exponencial, e incluso producía imágenes residuales con sus movimientos, y antes de que la armadura pudiera preparar un ataque, el Cazador se lanzó sobre ella y moviéndose con toda su velocidad logró realizar cinco cortes profundos sobre la armadura, derritiendo sus articulaciones, y aprovechando las aperturas dentro de la armadura, el Cazador gritó - Reacción - y unas pequeñas explosiones empezaron a desmoronar la estructura de hielo, al mismo tiempo el aura que envolvía al Cazador se disipó y este cayó al suelo escupiendo sangre y soportando un enorme dolor en su pecho, su cabeza le daba vueltas, intento caminar un poco en dirección a la cabaña en dónde tenía sus pertenencias, pero su cuerpo cayo rendido y sin conciencia a tan solo unos pasos de llegar.

Lo primero que sintió fue una gélida brisa, que lo hizo saltar de su cama; entonces vio a Dear y Álvarez que se encontraban alrededor suyo, no podía recordar con mucho detalles como había terminado en ese lugar; así que entendió que había pasado. Las expresiones de ambos mostraban una fuerte preocupación ante lo que había pasado.

- L-Lo siento mucho - Exclamo la joven que desviaba su mirada - Cuando te desmayaste nos asustaste bastante, no respondías a nada; durante unos instantes pensaba que habías muerto, por suerte en el hospital, nos confirmaron que estabas vivo, aunque no detectaron que te pasaba.

- Entonces, ¿estoy en el hospital? - Pregunto el Cazador, ambos respondieron afirmando con un movimiento de cabeza - Tranquilos, lo que paso es consumí toda mi mana - Ante la respuesta del Cazador tanto Dear como Álvarez se quedaron pensativos - Mi cuerpo, no puede generar mucho mano, por lo cual, si lo consumo todo de manera rápida, me desmayo de sobre-esfuerzo; por eso siempre ando con una poción de vigor, aunque esta vez no tenia una mano - Exclamo el Cazador en un tono de disculpa; una vez despierto ambos ayudaron al Cazador a volver a su habitación, a pesar de las negativas de los doctores, este prefería descansar en ese pequeño cuarto - A fin de cuentas no es nada grave, como para usar estas instalaciones - Expreso ante de partir de regreso. Una vez frente a la cabaña, Dear se adelanto para preparar una sopa que le ayude a recuperarse, quedando solo el Cazador y Álvarez en la habitación.

- Lo siento - Expreso el caballero con sinceridad - No debí haberte atacado de esa manera, no fue nada honorable, ni digno de un caballero - El Cazador, se le quedo mirando durante unos instantes.

- La verdad - Respondió - no fue tan grave; pero, ¿Porque lo hiciste?, no ganabas nada, tampoco te he hecho nada como para que me odies - El caballero trago saliva antes de responder a las preguntas que le habían realizado.

- Fue por frustración - Termino por admitir - Todo mi linaje familiar han sido caballeros; todos grandes héroes que ayudaron a la formación de este país, pero lo máximo que he logrado yo, es poner a prueba un prototipo, es gracioso, ni siquiera destaco dentro de la jerarquía de caballeros; así que cuando escuche que te habían escogido, no pude aguantar la frustración que sentía... Yo, lo siento - El Cazador se quedo meditando sobre aquellas palabras, hasta que el caballero se levanto sin previo aviso - Es extraño, ni siquiera se porque estoy contando tanto; en fin, ya te he molestado suficiente; así que me retirare Cazador - Sus ultimas palabras estaban acompañadas de una sonrisa forzada.

- ¡Álvarez! - Expreso el Cazador sin saber muy bien como continuar, cuando el caballero se giro tuvo que pensar rápidamente como expresar lo que tenia en mente - Escucha, no creo que seas tan malo como aparentas; es mas, creo que puedes ser una gran pareja de entrenamiento para mi y para Dear, si mantienes la cabeza fría; aun falta unos días para que inicie el torneo, me encantaría que vengas a ayudarnos - El caballero se quedo pensativo por unos segundos y entonces esbozo una sonrisa aun mas forzada y solamente respondió un "Me lo pensare", antes de partir y perderse por la densa niebla que se forma en las noches.

El Cazador, no se sorprendió cuando Dear ingreso a su habitación con un plato de sopa caliente con una sonrisa un poco escurridiza en sus labios.

- Lo siento, por causar que te desmayaras y todo eso - Respondió con ligero tono de vergüenza.

- No te preocupes - Replico el Cazador, mientras recibía el plato - también tengo la culpa de lo que sucedió; de hecho... eres bastante fuerte, lo siento por haberte infravalorado.

- No es necesario que lo menciones - Respondió la joven - Aunque ahora que lo pienso, eres el segundo que lo reconoce.

-¿Quien fue el primero? - Pregunto con curiosidad el Cazador.

- El general - Respondió Dear sin mucho entusiasmo; a su vez, el Cazador sintió un pequeño dolor de estomago al escuchar su nombre - Aunque también digo cosas extrañas como que me parezco a su hija o algo así - aparentemente ser comparada no le agradaba; puesto que su expresión volvía a marcar un ligero disgusto al recordar esa escena - Bueno... no voy a molestarte mas por ahora - Termino por pronunciar la joven, para luego despedirse con un apretón de manos y salir cerrando la puerta de la habitación.

"Así que el bastardo tiene hija" pensó; el Cazador, mientras miraba su reflejo distorsionado.

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