El poder de la Creencia.

Dado que solo se había desbloqueado una capa del sello, Corona del Sol solo podía sentir en ese momento el fortísimo olor del Mundo de las Almas, y lo que sentía debía ser muy poderoso, lo que significaba que un horrible muerto viviente estaba mirando a Lucien.

No obstante, Lucien permaneció relativamente tranquilo, y cuando escaneó en secreto todo el estudio, no encontró a nadie más que a sí mismo.

Aunque el sol del invierno era agradable y cálido, Lucien sintió frío por dentro.

Haciendo todo lo posible por comportarse como siempre, Lucien cogió una carta y fingió que estaba leyendo cuidadosamente las notas sobre un elemento escrito en ella.

La Corona del Sol se estaba poniendo cada vez más caliente. Al mirar la carta, Lucien sintió que había una gran calavera blanca con ojos rojos y sangrientos que leía las notas con él junto a su cara.

En el espejo, no obstante, Lucien era el único en el estudio.