—Madre, ella usó un método poco ortodoxo. ¡No tiene nada que ver con mi
recuperación! —exclamó Gu Jingze a medida que se le oscurecía la mirada.
Mu Wanqing lo miró y le confesó:
—¿Tú crees que jamás intenté eso contigo? Nunca funcionó. Cada vez, solo nos
quedó llamar al doctor para que se hiciera cargo. Pero a ella, tú la tocaste. Además,
tus subordinados dijeron que quedaste muy satisfecho con ella, y que lo hicieron
más de una vez durante toda la noche.
Gu Jingze suspiró, apretó el puño cerrado con fuerza sobre la mesa de vidrio
templado y expresó:
—Tal vez esta droga era diferente. En cualquier caso, no me casaré con esa loca
que no posee ni un gramo de moralidad. Madre, tienes que olvidarte de esa idea.
***
Mientras Lin Che caminaba por las calles y miraba el desastre que ella era misma,
maldijo en silencio, frustrada.
"Ese maldito vendedor de drogas".
Ella había sentido que algo estaba mal con él cuando compró las drogas. Todo lo
que le había dicho era que necesitaba hacer dormir a alguien, pero nunca mencionó
que quería drogas tan potentes.
Ahora, miren lo que el hombre le hizo después de consumirlas. Ella todavía podía
sentir dolor en todo su cuerpo mientras recordaba lo que había sucedido.
El intenso dolor en sus partes bajas le trajo a la memoria los eventos de la noche
anterior. Ese maldito hombre la había atormentado tantas veces que se terminó
desmayando, y ya no podía recordar nada más.
Lo único que recordaba era…
"—Lin Che, mírate. ¿Aún quieres ser famosa? Es mejor que escuches a tu
madrastra como se debe. Te encontraré a alguien de una buena familia para que te
cases. Una hija ilegítima nunca será más que eso; siempre serás de segunda
clase".
"—Lin Che, la madrastra está haciendo esto por tu bien. Tu hermana mayor, Lin Li,
ahora es una celebridad reconocida; tu segunda hermana también es una de las
mejores productoras. Y después de tantos años, tú todavía eres una celebridad de
la lista D. No tienes futuro".
"—Pequeña Che, esta vez, la compañía ya le ha dado el papel a otra persona.
Creemos que tu imagen no se ajusta al personaje".
Ella sonrió con amargura. Si no la hubieran puesto contra la pared, no habría
armado un complot tan siniestro. Todo lo que ella quería era sobrevivir, pero ahora...
Lin Che se apresuró para llegar la empresa; a pesar de lo que había sucedido, no
olvidó que tenía una audición ese día.
Al verla llegar, la cara de Yu Minmin se volvió sombría mientras la miraba con furia,
y le criticó:
—Así que viniste. ¡Pensé que ya no te importaba esta audición!
—Lo siento, hermana 1 Yu; llegué tarde —contestó Lin Che cubriendo rápido su ropa
desprolija.
Con un vistazo, Yu Minmin vio las marcas en su cuello. Bajó la cabeza e
inspeccionó la ropa de Lin Che. Tirando del cuello de la prenda, le advirtió a Lin
Che:
—Nos reuniremos con el director pronto. No me importa tu vida personal. Sin
embargo, si aún quieres este papel, ¡es mejor que te retoques para que no parezcas
una prostituta!
Lin Che se miró a sí misma. Solo entonces descubrió las marcas que dejaban poco
a la imaginación. Eran demasiado obvias y embarazosas.
"Ese hombre estúpido. ¡Era una bestia total!".
Lin Che de inmediato se inclinó disculpándose. Estirando su ropa, corrió al baño y
pensó para sí:
"Fue todo culpa de ese hombre. ¡Él básicamente le había puesto fin a mi vida y al
futuro que tenía!".
De repente, su teléfono comenzó a sonar. Lin Che tomó el teléfono, exasperada.
—¿Hola?
—Lin Che, ¿dónde estuviste anoche?
Lin Youcai sonaba enojado a través del teléfono. Él rara vez la llamaba, a menos
que algo pasara.
Durante muchos años, fue prescindible como padre, pero Lin Che no podía fingir
que no existía. Después de todo, ella todavía necesitaba vivir en la residencia de la
familia Lin.
Lin Che pensó en lo que había pasado la noche anterior. Sintiéndose culpable,
respondió:
—A-anoche me surgió algo.
1 En este contexto, el término "hermana" se utiliza de forma respetuosa.
—No me importa lo que te mantuvo ocupada. Tu hermana, Lin Li, quiere hablar hoy
con la familia sobre su compromiso. ¿Cómo te atreves a quedarte fuera toda la
noche? —protestó Lin Youcai con ferocidad.
"Sí, Lin Li se está por comprometer, pero eso no es asunto mío".
Lin Che escuchó tranquila el sermón colérico de su padre sin una pizca de tristeza
en su corazón. Después de tantos años, ya se había acostumbrado a sus regaños.
—No me importa lo que estés haciendo. Debes regresar ahora. Si descubro que no
has vuelto, sacaré las cenizas de la tumba de la familia Lin y las arrojaré al mar para
que nunca puedas ver ninguna parte de tu madre por el resto de tu vida.
Cuando terminó de hablar, Lin Youcai colgó el teléfono.
***
En la residencia Lin, Han Caiying observó cómo Lin Youcai colgaba el teléfono.
Luego, ella le preguntó con entusiasmo:
—¿Volverá?
—Ella va a volver —aseguró Lin Youcai.
Han Caiying extendió una mano para acariciar el pecho de Lin Youcai en un intento
de apaciguarlo.
—Viejo amo, debe hablar con ella para que esté de acuerdo con esta propuesta de
matrimonio. Me sorprendió mucho cuando, de repente, la familia Cheng lo propuso.
Lin Yu es una chica excepcional; es hermosa y sensible, así que ¿cómo podría
dejarla casarse con ese retrasado? Incluso escuché que padece incontinencia. Solo
quieren que Lin Yu se emparente con su familia para que puedan tener una criada.
En cuanto a Lin Che, ella es una hija ilegítima de todos modos. ¿Quién debería
comprometerse con él sino ella?
—No te preocupes —aseguró Lin Youcai—; tampoco puedo soportar que Lin Yu
sufra. Pero Lin Che también es mi hija.
—Bien, ¿entonces quieres decir que harías que Lin Yu limpie las heces y la orina de
otra persona en lugar de Lin Che? Si es así, Lin Youcai, en serio no estás pensando
con claridad. Hace tiempo, cuando tuviste a esta hija con otra mujer, la dejé
quedarse en la residencia Lin y la crié. Ahora que ha crecido, ni siquiera la dejaste
ayudarme. Dada su naturaleza, dejarla emparentarse con la familia Cheng para
disfrutar de su riqueza ya es un honor para ella.
—Bien, bien.
Viendo que Han Caiying había empezado a sacar cuestiones del pasado y estaba
fastidiando sin cesar, Lin Youcai la detuvo en seguida y le manifestó:
—Haré que se vaya. Ella se irá.
Lin Youcai con certeza había dudado, pero al meditar sobre el asunto, no había
nadie más a quien elegir aparte de Lin Che.
No podían permitirse ofender a la familia Cheng. Aunque su hijo era un retrasado, al
menos, estaban nadando en dinero. El casamiento de Lin Che para ser parte de esa
familia podría considerarse un trato bastante justo para ella.
Luego, el ama de llaves llamó desde afuera:
—Viejo maestro, madame, la tercera señorita ya volvió.
***
—El viejo maestro y la señora la esperan dentro. La primera señorita va a conversar
sobre su compromiso hoy, así que su cuñado también está aquí—le explicó el ama
de llaves a Lin Che.
Lin Che miró al ama de llaves con asombro.
—¿Qin Qing está aquí?
—Sí, entró justo antes que usted —respondió el ama de llaves.
Gratamente sorprendida, Lin Che corrió hacia la casa y se detuvo al llegar apenas
un momento después. Adentro, Qin Qing y Lin Li estaban de pie, juntos, en el
pasillo.
Se encontraban apoyados uno en el otro, y sus labios casi se rozaban. Era un mal
momento para molestarlos.
Lin Che se quedó allí, estupefacta, olvidando incluso alejarse.
Cuando por fin intentó darse la vuelta, sintió una bofetada en su rostro que casi la
hizo caer. Con su mejilla ardiendo, Han Caiying la agarró y la arrastró a una
habitación.
Tras cerrar puerta, Han Caiying se dio la vuelta para mirar a Lin Che. La señaló de
modo acusador y le reclamó:
—Puta desvergonzada. No creas que no vi lo que estabas haciendo. Ese es tu
cuñado. ¿Cuán descarada puedes ser como para atreverte a intentar seducirlo?
Lin Che quedó atónita. Cubriendo su mejilla ardiente, le sonrió burlona a Han
Caiying y aseguró:
—Madrastra, si de verdad quisiera seducirlo, no estaría de pie, tan solo observando.