Tengamos otro hijo, señora Li.

Será que…

Su Qianci sintió que Li Sicheng ya había adivinado el motivo. Al fin y al cabo, era una persona muy inteligente. Pero sus siguientes palabras casi la hicieron desmayarse.

"¿Podría ser que dormiste demasiado tarde anoche?" preguntó.

El rostro de Su Qianci se calentó. Ella le golpeó el brazo mientras exclamaba: "¡Piérdete!".

Li Sicheng se rió entre dientes y la acercó a él mientras le hablaba al oído: "¿Nuestros hijos van a tener un nuevo hermano?".

Su Qianci se congeló en mitad de la acción y levantó la vista para mirarlo. Sus enormes y brillantes ojos parpadearon.

Cuando Li Sicheng vio eso, levantó las cejas y sus labios se alzaron en una sonrisa. Plantó un beso en la comisura de la boca de Su Qianci y la rodeó con fuerza con sus brazos. Él preguntó gentilmente: "¿Es eso cierto? ¿Es realmente así?".

Su Qianci no supo qué decir. Sólo sabía que se sentía como al comienzo de su embarazo anterior, pero no podía estar segura.