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Capítulo 11 ­- Expuesta en público (3)

Editor: Nyoi-Bo Studio

—Tú sabrás perfectamente si me lo he inventado —le contestó fríamente Su Qianci mientras la miraba.

Tang Mengying vio sus ojos y se puso nerviosa. En ese momento, fue como si algo saliera de los ojos de Su Qianci y la atravesaran.

¡Era odio!

El odio era espeso como la sangre y helaba hasta los huesos. Sin embargo, cuando Tang Mengying miró de nuevo, lo que había visto desapareció. Le pareció que había sido solo una ilusión. Pero, ¿lo había sido?

Su Qianci reprimió las ganas de abalanzarse sobre Tang Mengying y añadió con calma:

—La mujer del señor Ai es árabe y su nombre significa "felicidad", así que, cada vez que él terminaba un vestido, firmaba por dentro del cuello con la palabra "felicidad" en árabe.

—¡Eso es mentira! ¿Acaso tú sabes árabe? —se burló la señora Tang.

—Compruébalo y verás si estoy mintiendo.

Su Qianci le dio la vuelta al cuello del vestido.

Al ver las letras negras firmadas en él, la señora Tang exclamó inmediatamente:

—Es un simple bordado. ¿Cómo puedes demostrar que es árabe?

Es la pregunta que Su Qianci estaba esperando. Llamó:

—Liu Sao.

A Liu Sao, la sirvienta, le impresionó lo calmada que estaba Su Qianci. Al ser reclamada repentinamente, respondió con rapidez:

—Aquí.

—¿Puedes buscar a Sicheng por mí? —dijo, mirando a la señora Li—. Puedes elegir no creerme a mí pero debes creer a tu hijo. Habla ocho idiomas y quizá el árabe es uno de ellos. Dejemos que él nos diga si es árabe o no.

La señora Tang sollozó:

—¿Qué quieres decir? ¿Crees que mi Mengying está mintiendo?

Su Qianci resopló:

—No sé si ella miente. Pero esto es definitivamente el trabajo del señor Ai.

—Olvídalo, madre —dijo Tang Mengying—, Qianci, esto no tiene importancia. ¿Por qué tienes que ser tan agresiva? Si tú dices que lo es, asunto solucionado.

—No —a Su Qianci le temblaba todo el cuerpo—. No tendrá importancia para ti, pero las palabras de tu madre me han hecho mucho daño. 

Tang Mengying se mantuvo en silencio, mirando acusadoramente a su madre. Todo el mundo escuchó lo que había dicho la señora Tang y había sido demasiado. Nadie pensaba que Su Qianci se lo mereciera. Incluso la señora Li estaba enfadada. No importaba cuánto despreciara a Su Qianci, al fin y al cabo, seguía siendo su nuera. Ella también quedaba mal si a Su Qianci le trataban así.

—Si se demuestra que tengo razón, señora Tang, debería usted disculparse conmigo —dijo Su Qianci.

La señora Tang estaba muy disgustada.

—¿Disculparme por qué?

—No te atreves, ¿verdad? Te da miedo que exponga tus mentiras ¿no?

La señora Tang estaba extremadamente disgustada. Si insistía en que Liu Sao no llamara a Sicheng, estaría admitiendo que mentía. De esa manera, no solo su reputación, sino la reputación de la familia Tang y Tang Mengying lo lamentarían.

Sin embargo, si Li Sicheng venía y reconocía la palabra "felicidad" en árabe, ¿qué pasaría? Su Qianci había dicho que Li Sicheng hablaba ocho idiomas pero quizá el árabe no era uno de ellos ¿verdad?

La señora Tang apretó los dientes y gritó:

—Tonterías, ¿quién tiene miedo?

—Entonces llama a Li Sicheng —dijo finalmente la señora Li—. Dejemos que vea si es cierto y tendrás tu respuesta.

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