Con este pensamiento en mente, la actitud de Charles cambió drásticamente en un instante. Bajó su alto mentón y dobló su espalda estirada humildemente. Su expresión elevada y arrogante fue reemplazada por el miedo y la conmoción. Con una voz temblorosa, preguntó:
—C-Capitán Sienna, ¿puede por favor decirme... decirme quién es exactamente este estimado Sr. Mago...?
Sienna tenía miedo de ese Mago Félico desde el fondo de su corazón. Aunque Félico no había mostrado ningún signo de disgusto, Sienna sabía muy bien que Félico podía matarlo fácilmente con la punta de su dedo. Cualquier poderoso talento emergente o cuerpo mercenario en la ciudad de Roland no era nada para el Mago Félico. Un Lich convocando a un Dragón Húmero era suficiente para destruir todo el cuerpo de mercenarios de Siena que él había construido tan cuidadosamente.
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