Capítulo 14 — Ciudad Yushui

Los dos subieron al tren. El asiento al lado de Zhao Yali estaba ocupado, así que Luo Yuan pidió intercambiar asientos con la persona sentada allí.

Ayudó a Zhao Yali a acomodar su equipaje y se sentó a su lado. Había dos chicas y un chico sentados frente a ellos, naturalmente prestó más atención a las chicas. 

Parecían haber estado llorando, sus ojos estaban rojos y parecían asustadas. El tipo era alto y flaco, con la cara llena de espinillas. Él las consolaba suavemente. Los tres parecían muy cercanos entre sí, Luo Yuan suponía que estaban estudiando juntos en la universidad.

—¿Qué le pasó al tren? ¿Por qué había tanta sangre? —Luo Yuan golpeó suavemente la mesa, preguntándole al tipo.

El chico miró a Luo Yuan y explicó:

—Un gran grupo de pájaros voló hacia nosotros y golpeó el tren de la nada. Fue una suerte que las cabinas sean gruesas y lo suficientemente resistentes, y que las ventanas sean a prueba de balas, de lo contrario, todos habríamos resultado heridos.

—¿Un gran grupo? ¿Qué tan grande? —Luo Yuan, no creía del todo.

Un tipo de traje sentado junto a él se unió a la conversación:

—No está exagerando en absoluto. El cielo de pronto se oscureció y cuando levanté la vista había pájaros cubriendo el Sol. Luego unos sonidos extraños venían de las ventanas, el tren entero estaba temblando y al final tuvo que detenerse durante más de diez minutos hasta que los pájaros se fueron. Mira, todavía hay manchas de sangre en las ventanas mientras hablamos. Pude ver al menos cinco aves frente a nosotros, fue aterrador. Por suerte, este es un tren y no un avión, de lo contrario nos habríamos estrellado y todo el mundo estaría muerto.

El hombre de negocios sacudió la cabeza, parecía asustado.

Luo Yuan miró la ventana cuidadosamente y descubrió que había también seis marcas blancas al lado de las manchas de sangre. Al parecer, habían sido causadas ​​por los picos de las aves durante la colisión.

—Gracias a Dios pudimos subir al tren a tiempo o hubiéramos asustado terriblemente —dijo Luo Yuan, sonriendo.

El hombre de negocios prosiguió:

—Las cosas están empeorando y no podemos predecir el futuro, China ha sido reportada como el país más estable en este momento. África prácticamente ha perdido el contacto, Europa y los E.E.U.U. también son un desastre, bueno, he oído decir que muchas bestias gigantes han aparecido —dijo suspirando.

—China tiene una población muy grande y un área forestal pequeña, no es comparable a otros países —el joven universitario se unió a la conversación.

—Todavía estás en la universidad, ¿verdad? ¿Ya terminaron las clases? —Preguntó Zhao Yali cuando se recuperó del shock.

—Algunas personas han muerto en el campus y se vieron obligados a detener las clases. Lo tomamos como un descanso de invierno, pero no creo que vayamos a volver —dijo el joven, impotente, mirando a Zhao Yali.

Ella le hizo más preguntas:

—¿Y el título? ¿Ya no tiene sentido?

Las dos chicas empezaron a llorar de nuevo.

—¿A quién le importa el título ahora? No habría puestos de trabajo disponibles, aunque tuviéramos un título —dijo el joven. Zhao Yali se quedó sin habla con la boca ligeramente abierta.

El tren se movía lentamente pero cada vez más rápido. Todos los picos de las montañas del camino habían sido quemados, pero ya había nuevos brotes. Tal vez habría un nuevo bosque en poco tiempo. 

Una hora y media más tarde, finalmente llegaron a la ciudad de Yushui. El tren se movió lentamente en las vías, la puerta se abrió cuando llegó a la plataforma.

Luo Yuan y Zhao Yali desembarcaron siguiendo a los otros pasajeros. Lou Yuan fue hasta el mostrador de servicio de mensajería para recoger su caja de madera. Abrió la caja en silencio, aliviado al ver la espada dentro. Abrió su tablero de atributos y asignó los cinco puntos restantes a sus habilidades con el machete.

Cerró los ojos y se sintió instantáneamente enérgico. Los abrió de nuevo lentamente y dijo:

—¡Vámonos!

—Está bien —Zhao Yali respondió y comenzó a caminar. Después de un rato, preguntó—: ¿Qué fue lo que te pasó?, te veías aterrador.

—¿Aterrador? ¿Segura que viste bien? —Preguntó Luo Yuan.

—No estoy segura, pero se sintió raro. Quizá mis ojos me engañaron —Zhao Yali miró a Luo Yuan dudando de sí misma. Luo Yuan se preguntó si había algo malo en él.

Recordó las diferencias y pronto sintió los cambios. Aparte de ganar una comprensión más profunda de la habilidad con el machete, también estaba más sensible y alerta al mundo exterior. Además, podía concentrar su mente muy fácilmente ahora. 

Se preguntó si actualizar la habilidad con el machete también podría afectar su comportamiento psicológico. De repente, se dio la vuelta y miró a Zhao Yali con seriedad:

—¿Me veía así ahora?

Zhao Yali lo miró a los ojos durante unos segundos y apartó la vista rápidamente, parecía estresada y se cubría los ojos. Le dio un golpe diciendo enojada:

—¡No intentes asustarme otra vez!

—Muy bien, de acuerdo —dijo Luo Yuan, sonriendo. Estaba encantado.

Aunque era un efecto complementario de mejorar la habilidad con el machete, era eficaz. La gente se asustaría de él incluso antes de que comenzaran a luchar.

—¿Cómo lo hiciste? —Preguntó Zhao Yali.

—Practicaba artes marciales cuando estaba en la universidad, tal vez también afectó mi mente. De todos modos, la gente suele tenerme miedo cuando me mira a los ojos —dijo Luo Yuan con calma.

—Entonces debes ser muy poderoso, ¿verdad? —Zhao Yali estaba sorprendida e intrigada.

—Depende de quién sea mi oponente. La gente normal no es rival para mí.

Luo Yuan no estaba tratando de ser humilde, sabía que Zhao Yali carecía de determinación y necesitaba aumentar su confianza. Esta misión sería un desafío y les esperaba un viaje peligroso e impredecible. Pensó que sería bueno prepararla psicológicamente para tal situación para evitar distracciones mientras luchaba.

—Guau, ¡no lo sabría si no me lo dirías!, seguro que sabes mantener un secreto —Zhao Yali sonaba como si lo estuviera culpando pero se sintió aliviada y pensó que no habría nada de que temer mientras se quedara con él.

Los dos hablaron mientras caminaban hacia estación de autobuses más cercana. 

Luo Yuan notó que los carros eran extraños comparados a los carros en otros lugares. Tenías barrotes instalados en sus parabrisas y ventanas y gruesas placas de hierro alrededor de la carrocería que también cubría los neumáticos, parecían monstruos de hierro. 

Zhao Yali estaba atónita, podía adivinar lo mal que estaba la situación en la ciudad de Yushui solo mirando los carros modificados.

—Vamos, no pienses en eso. ¿Qué autobús debemos tomar para ir a tu casa?, tú dime —dijo Luo Yuan mientras la alejaba.

—No hay una línea directo a mi aldea, tenemos que tomar el autobús 203 hasta la Estación Este y luego tomar otro —dijo recuperándose del shock y señalando el autobús. Subieron y se sentaron. El autobús partió después de un rato.

La ciudad de Yushui parecía desolada, había pocas personas caminando por las calles y la mayoría de las tiendas estaban cerradas. Las pocas que todavía estaban abiertas tenían sus puertas y cortinas medio cerradas.

Nadie parecía estar limpiando las calles, había basura por todas partes y manchas de sangre oscurecidas visibles en el asfalto, seguro de algún tipo de incidente sucedido no hacía mucho. 

Varios jeeps de combate pasaron transportando soldados completamente armados. El sonido de los disparos se oía en la distancia, Lou Yuan estaba incómodo. 

Algunos pasajeros que bajaron del autobús vieron la escena y se asustaron, sus rostros se pusieron pálidos, no entendían cómo la ciudad había terminado así.

Zhao Yali miró por la ventana y permaneció en silencio. Luo Yuan tocó su mano y ella agarró su brazo antes de que pudiera sacarlo. Todo el mundo parecía deprimido y estaba en silencio.

Afortunadamente, nada ocurrió en el camino a la Estación Este. La estación estaba desierta, casi no había gente caminando y unas cuantas bolsas de plástico volaban con el viento. Recobró un poco de vida cuando una docena de pasajeros bajó del autobús.

—Tomaremos el autobús a Shuimen, son unos 30 minutos hasta nuestro destino —dijo Zhao Yali mientras guiaba el camino. 

Solo había un autobús a Shuimen y parecía un poco diferente. Tenía manchas de sangre y carne aplastada en el frente, agujeros todo a lo largo, era tétrico.

Luo Yuan de repente pregunto

—¿El autobús pasa por Yushan?

Zhao Yali parecía sorprendida:

—Sí, pasa a unos tres o cuatro kilómetros.

Luo Yuan, pensativo, subió al autobús. Zhao Yali introdujo cuatro monedas en el buzón y se sentaron en la parte de atrás. 

Solo había ocho pasajeros en el autobús. El conductor parecía frustrado y no paraba de revisar su teléfono. Salió a hacer una llamada. Nadie podía oír lo que decía, pero volvió después de un minuto con los ojos rojos. 

Luo Yuan notó que había un hacha dentro del compartimiento del conductor. Unos cinco minutos más tarde, dos chicas subieron al autobús y se sentaron frente a él. Tuvieron hablaron un rato y luego se quedaron totalmente calladas.

Un momento después sonó un teléfono. El conductor revisó su teléfono, pero no atendió la llamada. Encendió el motor y se alejó de la estación de autobuses. Luo Yuan pensó que el autobús estaba mal ventilado y trató de abrir la ventana.

Una de las chicas de que tenía enfrente gritó:

—¡No abras la ventana!

El conductor pisó los frenos y le gritó en un dialecto. Aunque Luo Yuan no entendió lo que había dicho, sabía que no era algo bueno, rápidamente se disculpó y cerró la ventana. El conductor siguió mirándolo durante un rato y volvió a conducir.

Luo Yuan estaba confundido y volteó para preguntarle a Zhao Yali:

—¿Qué dijo?

Zhao Yali se mordió el labio:

—Te dijo que no abras la ventana porque eso atraería a las ratas.

Luo Yuan estaba aterrorizado. Rápidamente miró por la ventana, una montaña a la distancia rodeada de niebla con un montón de agujeros en el centro que exponían la piedra gris amarillenta del centro, incluso salía humo en algunos lugares. 

Eso tenía que ser de las bombas, recordó los rumores sobre la entrada de camiones armados en la ciudad. Se sorprendió y preguntó por qué Yushan estaba siendo bombardeado. Luego conectó los puntos que unían a Yushan, los ataques de roedores y los camiones armados. Yushan tenía que ser de dónde venían las ratas.