—Muy bien, iré a cazarlos con vosotros dos después del desayuno.
Las palabras de Yale convencieron a Aiwai. Yale ya había demostrado que él era despiadado y fue él quien propuso matar a los restos de la organización, incluso si Aiwai ya estaba planeando hacerlo. Aiwai estaba un poco preocupada por Wyba, pero dado que había viajado con Yale y por lo que había escuchado de Yale, ella no debería tener problemas para acompañarlos.
—Hermano mayor, hermana mayor, buenos días. El desayuno huele muy bien.
Wyba con ojos soñolientos apareció en la entrada de la cocina atraída por el desayuno que estaba haciendo Aiwai.
Yale iba a responder cuando descubrió que Wyba no estaba allí. Utilizó su sentido espiritual de inmediato y detectó que Wyba todavía estaba en la cama.
—Creo que estoy muy cansado.
Yale dijo eso en voz alta y Aiwai lo escuchó.
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