Después de regañar a Lu Benlai, Lin Jiage se volvió a Xia Shangzhou y dijo: —Viejo Xia, ignóralo. Su boca sucia es incapaz de decir algo bueno.
Xia Shangzhou no pudo evitar dar una mirada de agradecimiento hacia Lin Jiage. Dejando a un lado todo lo que había pasado, parecía que el jefe seguiría al lado de él cuando se trataba de algo que realmente importaba...
Pero desafortunadamente, su ilusión ni siquiera duró tres segundos antes de que fuera destrozada sin compasión por el 'dulce sonido' de la voz de Lin Jiage: —Viejo Xia, pensé en ello, y creo que tienes razón. Vengo de buenos orígenes y también soy bueno en lo académico. Incluso sin trabajar duro, puedo alcanzar fácilmente las alturas que otras personas luchan por escalar. Más importante aún, fui bendecido con mi otra mitad incluso antes de nacer. De hecho, parece como si los cielos me favorecieran, y mucho en eso, o si no, ¿cómo podría la Hermana Yao resultar ser Yaoyao?
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