Apenas después de que una palabra escapara de su boca, el joven sentado a su lado de repente estiró su mano hacia adelante y bloqueó la parte posterior de su cabeza en su lugar.
Su cuerpo se congeló. Antes de que pudiera darse cuenta de lo que estaba sucediendo, una sombra ya había cubierto su rostro y una sensación cálida y suave entró en contacto con sus labios.
La fragancia refrescante y única que el joven exudaba, rápidamente abrumó todos sus sentidos. Mirando fijamente sus hermosas cejas y ojos en cuartos cerrados, sus ojos se abrieron gradualmente al límite.
Dos segundos después, una sensación de adormecimiento se deslizó rápidamente de sus labios a su corazón.
Como si la hubiera golpeado un rayo, su cuerpo se sacudió, inconscientemente, intentó huir.
Pero como si sintiera su intención, la mano detrás de su cabeza la inmovilizó en su sitio con una fuerza aún mayor.
Incapaz de moverse o escapar, sólo pudo mantener su posición actual en un estado de aturdimiento.
La suite era extremadamente ruidosa, hubo exclamaciones escandalosas, gritos estridentes, discusiones silenciosas y gritos de asombro.
Pero en ese mismo momento, el mundo se quedó completamente en silencio para Shi Yao, como si todos los sonidos hubieran dejado de existir.
Sus ojos estaban bien abiertos, pero la vista ante ella se nubló gradualmente, hasta el punto de que finalmente no pudo ver nada en absoluto.
No tenía ni idea de cuánto tiempo duró esto. Quizás fue un momento corto, quizás fue una eternidad, pero sus labios finalmente dejaron los de ella.
Ella permaneció congelada en la misma posición, mirándole aturdida.
Era como si su mente se hubiera derretido, haciéndola incapaz de pensar o procesar lo que acababa de experimentar hace un momento.
Vagamente, vio sus labios moverse.
Y entonces, las múltiples voces en la suite la golpearon todas a la vez.
Con un parpadeo, intentó escuchar lo que decían, pero a pesar de sus esfuerzos, sólo pudo escuchar sus palabras: —Estoy cansado, me iré primero, ustedes continúen.
Mientras hablaba, Lin Jiage se levantó, tomó su chaqueta y se la puso.
—Hermano Jia, ¿te vas tan pronto? ¿Por qué no juegas con nosotros un poco más?
—Sí, aún es temprano.
Lin Jiage ignoró las voces que trataban de persuadirlo. Después de ponerse la chaqueta, echó un vistazo a Shi Yao y vio que seguía petrificada en su lugar, sin responder a todo lo que la rodeaba. Sin pensarlo, puso su mano sobre la cabeza de ella y la volteó un poco.
—Es hora de irse. Nos vamos a casa.
La mente de Shi Yao seguía siendo un desastre, pero de alguna manera se las arregló para comprender sus palabras. Ella asintió con firmeza antes de ponerse de pie con su bolso en su abrazo.
Vio a Lin Jiage moverse, así que ella también lo hizo.
Apenas después de dar unos pasos hacia la puerta de la suite, Lin Jiage se detuvo repentinamente, como si fuera una marioneta controlada por él, Shi Yao también se detuvo.
—Oh, casi lo olvido. Liang Jiusi, te traje las cosas que querías.
Lin Jiage dijo mientras se metía la mano en su bolsillo y sacaba una tarjeta de comidas. La lanzó hacia Liang Jiusi, pero en vez de dirigirse a su destino previsto, aterrizó en la cara de una mujer a un metro de Liang Jiusi.
Lin Jiage siguió buscando a tientas en su bolsillo mientras se disculpaba a medias con la mujer que se cubría la cara después de haber sido golpeada por la tarjeta.
—Perdóname, parece que accidentalmente te he golpeado la cara.
Después de decir esas palabras, sacó las llaves de su dormitorio y también las tiró.