Su cuerpo estaba suspendido, Nian Xiaomu se puso nerviosa al instante y abrazó el cuello de él fuertemente.
Al segundo siguiente, ambos cayeron juntos en la cama.
Justo cuando Nian Xiaomu quiso levantarse, Yu Yuehan se volcó. Presionando sobre el cuerpo de ella, él selló sus labios con precisión.
La temperatura dentro la habitación se elevó.
Un rayo de luz denso apareció en la oscura mirada de Yu Yuehan.
Había agotado la paciencia de toda su vida con ella.
Él la persuadió suavemente hasta que ella se adaptó.
Conjuntamente con la ropa que había caído en el suelo, perdió por completo el último vestigio de razón que tenía en su cerebro mientras la devoró toda...
…
El primer rayo de sol se filtraba por la madre tierra.
El fin de semana era propicio para dormir hasta tarde.
En comparación con un día típico en la mansión de la Familia Yu, en éste instante, estaba significativamente más silenciosa.
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