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Capítulo 69 – Amuleto De Protección

Editor: Nyoi-Bo Studio

Miró y vio a la persona preguntando por dientes de vaca paeonol.

El hombre se encontraba a menos de un metro de él. Vestía un traje negro y un sombrero de copa del mismo color. Tenía un bastón adornado con plata en su mano y un par de anteojos con monturas de oro en su cara. Tenía un aura refinada.

—Sí, ¿lo necesitas? Eso puede costar tres solis.

El propietario del puesto vestía una larga túnica negra, llena de características de misticismo.

El cliente el cual tenía las patillas amarillas pensó por un momento antes de decir: —¿Puede ser más barato? También necesito comprar otros ingredientes. Por ejemplo, esa botella de pétalos de girasol con bordes plancos.

El vendedor del puesto lo consideró por algunos segundos antes de contestar gruñendo: —Dos soli y seis peniques. No creo que puedas encontrar un precio más barato que ese.

Inmediatamente sintió que estaba pensando de más después de ver como el hombre con anteojos estaba comprando otros ingredientes aparte de los dientes de vaca paeonol.

Sin embargo, igual tocó su glabela dos veces como acto de precaución. Revisó al hombre con su Visión Espiritual.

«No hay problemas. Luce muy saludable. Sus emociones también están bien. Caballero, necesita seguir así…»

Retractó su mirada, se dio la vuelta y miró al puesto vendiendo amuletos caseros una vez más.

Los amuletos estaban colocados en orden frente él. Algunos estaban hechos de plata pura, algunos con metal, otros con oro.

Pero solo unos pocos amuletos tenían una débil aura emanando de ellos, unos carmesí, algunos un blanco tenue, otros dorados.

¡Eso significaba que algunos de ellos tenían un débil rastro de espiritualidad y definitivamente eran efectivos hasta cierto punto!

Miró los amuletos cuidadosamente y confirmó que el vendedor del puesto haciendo los amuletos tenía cierta base del misticismo.

El dueño no cometió ningún error combinando las diferentes fuentes de energías a los distintos conjuros. También era extremamente acertado eligiendo los materiales que corresponden a las diferentes fuentes de energía.

Desde luego, un mero entusiasta del misticismo definitivamente cometería algunos errores. Notó que el dueño del puesto no entendía por completo los conjuros. Uno no podía crear un conjuro con simplemente traducir el contenido de la oración al Hermes. Los conjuros tenían que seguir cierto formato que sigue reglas únicas.

El otro problema era que había cometido errores de varios grados cuando estaba eligiendo el símbolo apropiado para las fuentes de energía. Eso explicaba por qué solo había dos o tres amuletos en frente liberando una luz tenue.

En cuanto a que tan efectivo los dos o tres amuletos serían, solo podía decir que era mejor que nada.

¡Un amuleto que realmente estuviese equipado con efectos obvios necesitaba que el artesano liberase su espiritualidad desde una cuchilla mientras tallaba los símbolos y conjuros!

Si uno incluso quería mejores resultados, tendrían que suplementarlo con magia ritualista.

Y esas dos cosas no eran algo que una persona ordinaria pudiese lograr.

Se tocó la glabela dos veces, luego señaló la esquina superior izquierda del puesto con su bastón negro.

—¿Cuánto por estos dos?

No preguntó por los amuletos que tenían un color de aura rudimentario, sino por los objetos medio-completados. O por lo otros que la forma externa no había sido tallada con conjuros o símbolos.

Para Klein, no había ningún uso para esos amuletos que tenían efectos débiles. Lo que quería hacer era transformar los amuletos medio-completos en verdaderos amuletos.

«Hmm, haré amuletos que puedan proteger a una persona del peligro, uno para Benson y Melissa. En cuanto a mí, puedo pedirles a los Halcones Nocturnos que me den los ingredientes… Viejo, debo de haber sido influenciado por el Viejo Neil. No siento ninguna culpa haciendo algo como esto…»

Su mente deambuló mientras veía al vendedor recoger los amuletos de plata.

El primer amuleto de plata estaba alargado y tenía una cavidad en el medio. A su alrededor había diseños como de alas de ángeles. El acabado era enrevesado y muy hermoso. El otro era simple, casi sin ninguna decoración adicional o algún tallado. Tenía una línea vertical representando la noche y un círculo representando la luna carmesí.

A él, que le prestaba mucha atención a las apariencias, le gustó de inmediato.

—Este son seis solis —dijo el hombre de mediana edad; señalando al amuleto enrevesado.

Después de callarse por un momento, estrujó la pieza simple y dijo: —Este son cinco soli tres peniques.

—Es muy costoso. Están muy lejos de ser amuletos.

Klein había sido influenciado lentamente por Benson y Melissa, así que había comenzado a cultivar el hábito de regatear.

Tras una lucha de palabras, compró los dos accesorios de plata a cinco soli con seis peniques y cuatro soli con nueve peniques respectivamente.

«Sí, solo pueden ser considerados accesorios de plata por los momentos…»

Tenía eso en mente.

Los diez soli con tres peniques fueron deducidos del reembolso recibido por la membresía del Club de Adivinación.

Recibió los dos accesorios y los colocó en su bolsillo. Estaba por dirigirse a otro puesto cuando escuchó una gentil voz.

—Señor, ¿por qué no está comprando un amuleto completo?

Giró su cabeza y encontró a una adolecente haciéndole la pregunta. Tenía alrededor de quince años y cargaba un vestido amarillo mientras sostenía un sombrero de velo con un lazo.

—Es porque pretendo crear mis propios amuletos. Como sabes, es el deseo de cada entusiasta del misticismo —picó sus palabras y contestó.

No deseaba hacer que el dueño del puesto pensase que le estaba tratando de quitar su negocio, aunque había considerado usar su 'habilidad' para ganarse un dinero rápido.

La adolecente tenía cabello rulo de color marrón natural y su rostro era adorable debido a su grasa de bebe. Lo miró con sus ojos azul claro y preguntó con sinceridad: —¿Puedo pedir su consejo para elegir un amuleto? Bueno, una amiga me habló de este lugar. He estado aquí varias veces y tengo un profundo interés en el misticismo. Pero aun no sé mucho acerca de esto y ella, mi amiga, va a cumplir dieciséis pronto. Deseo seleccionar un amuleto como regalo. Como quiero que sea una sorpresa no la traje… anteriormente había pedido sus consejos, pero no puedo recordar muchos de los puntos críticos.

Mostró una gentil sonrisa.

—¿Qué tipo de amuletos de protección estás buscando? ¿Algo para alejar desastres? ¿Algo para evadir enfermedades? ¿Algo que de suerte? Diferentes requerimientos requieren diferentes fuentes de energía lo cual significa que tienen que dirigirse a diferentes dioses. Diferentes dioses tendrán distintas constelaciones correspondientes y las distintas constelaciones significan que diferentes materiales tendrán que ser usados.

—Por ejemplo, el conjuro para alejar desastres pertenecería a la Emperatriz del Desastre y el Horror, que es la Diosa de la Nocheterna. Como entusiastas del misticismo, todos sabemos que el símbolo de la Diosa de la Nocheterna es la luna. El metal correspondiente por ende será plata pura.

—Por lo tanto, si esperamos alejar desastres, es mejor que elijamos un amuleto que esté hecho de plata pura y tenga los conjuros correspondientes.

«También nos tendremos que asegurar que los conjuros están en el lenguaje y formato correcto. El símbolo correspondiente de la Emperatriz del Desastre y el Horror se refiere al Número de Sendero, las características del hechizo y la posición relativa de los símbolos, etc, también debe ser correcta… Pero eso es demasiado complicado y no hay necesidad de que te lo explique…»

Añadió en su interior.

Los ojos de la chica brillaron. Preguntó con algo de duda: —¿Puede un seguidor de la Diosa usar un amuleto perteneciente a otro dios?

—Sin problema. Los dioses no prestan atención a tales asuntos tan simples —consoló.

No era un problema para la persona usando el amuleto, pero la persona que lo creaba tenía que ser cuidadosa. Si un creyente del Señor de las Tormentas fuese a crear un amuleto del Eterno Sol Ardiente, probablemente recibiría algo malicioso.

Desde luego, eso se refería a amuletos que requerían la asistencia de magia ritualista. El artesano no necesitaba prestar mucha atención a eso de otra manera.

La adolecente suspiro aliviada.

—Espero conseguirle un amuleto para la buena salud; ¿qué deidad debería elegir? ¿El Eterno Sol Ardiente, Madre Tierra o el Dios del Conocimiento y la Sabiduría?

—No debería de haber problema con el Eterno Sol Ardiente y Madre Tierra. El primero es representado por el sol mientras la última es representada por la Estrella Marrón —sonrió mientras decía—: El material del sol es el oro, mientras que el material que simboliza a la Estrella Marrón es el plomo. Yo recomendaría el sol, pero no sé si traes suficiente dinero contigo.

La razón para su sugerencia era porque se había dado cuenta que, entre los tres amuletos con brillo espiritual rudimentario, uno de ellos era un amuleto de vida que estaba bajo el dominio del sol.

—Eso no es…

Antes que la adolecente terminara su oración, se detuvo y vio al dueño del puesto con cautela, quien estaba esperando en silencio.

Pensó por un momento antes de preguntar: —Después que me decida por el material, ¿cómo debería distinguir el conjuro y los símbolos correspondientes?

—¿Sabes Hermes? —preguntó.

—Justo comencé a aprenderlo —respondió, un poco apenada.

Entonces déjame elegir uno por ti —señaló al amuleto de vida hecho de oro y dijo—: Este no tiene problemas, ya sea el conjuro o el símbolo que representa.

La chica levantó los bordes de su vestido y se agachó frente al amuleto. Tomó el amuleto de vida con diseños de rayos solares en sus bordes. Sintió como que el amuleto la estuviese alimentando, haciéndola sentirse completamente relajada.

—Gracias, gracias.

Se levantó e hizo una reverencia en agradecimiento.

Klein se rio y dijo: —Te dejare el resto a ti y al vendedor. Tengo otras cosas a las que atender.

Miró al dueño del puesto mientras hablaba y notó que el hombre tenía una extraña mirada en sus ojos, como si estuviese decidiendo si tenía que darle una parte de las ganancias.

Con una sonrisa, no se preocupó por el asunto. Continuó visitando el mercado clandestino, pero no notó ningún material extraordinario.

En ese punto, el Viejo Neil ya había pagado su deuda. Sostenía una caja negra en sus manos.

Señaló a la habitación de atrás y dijo después de notar su mirada dudosa: —Ve allí si necesitas comprar o vender materiales extraordinarios. Después de todo, nadie desea dejar a otros saber que objetos están comprando.

—Entiendo —asintió considerándolo.

No había necesidad de que fuese allí por el momento. Se dirigió hacia la salida del mercado junto con Neil.

—¿Cuánto por esas flores de elfo?

Una pregunta entró de repente a sus oídos.

«Flores de Elfo… Ese también es un ingrediente para la poción de Espectador…»

Pensó mientras miraba de reojo. Una vez más vio al refinado hombre de anteojos.

—¿Qué ocurre? —preguntó con curiosidad Neil.

—No mucho —retractó su mirada.

A pesar de que era un casi miembro de los Halcones Nocturnos, no sentía que todos los Beyonders tenían que ser absorbidos por las Iglesias o ser encarcelados. Creía que debía depender de la situación. Los Espectadores definitivamente poseían poco peligro para la sociedad o el reino y las probabilidades de perder el control en la 9ª Secuencia eran bastante bajas.

Después de dejar el Bar Dragón Maligno, Klein y el Viejo Neil tomaron un carruaje público y dejaron el puerto. Luego tomaron caminos separados hacia el Municipio Norte y se dirigieron de regreso a sus respectivos hogares.

El transporte público aparcó en la Calle Daffodil, al lado del caminó. Klein estaba por bajar cuando de pronto vio a una joven usando un vestido blanco grisáceo apunto de abordar el carruaje.

Esa señorita tenía cabello negro tercio, su cara era un poco redonda. Tenía ojos pequeños y rasgos sin pretensiones. Pero unidos, daba la sensación de que era dulce y gentil.

La notó no por su belleza, sino que descubrió que su cuerpo estaba temblando un poco. Era un temblor poco natural.

—Señorita, ¿se encuentra bien? —preguntó preocupado.

La joven sacudió su cabeza abruptamente.

—No, y-yo solo estoy cansada.

Las personas atrás de Klein lo estaban presionando para que se bajase, así que solo pudo dejar el carruaje.

Cuando se paró, prestó atención a la situación de antes. Se tocó la glabela dos veces planeando determinar si la señorita en verdad estaba bien.

Tenía intenciones de enviarla al hospital si tenía una grave enfermedad que iba a actuar pronto.

Activando su Visión Espiritual, los colores de las auras comenzaron a aparecer. Se dio la vuelta y se preparó para observar a la dulce y gentil jovencita.

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