Nie Li no pudo evitar encontrar divertido el berrinche de Xiao Yu. Nunca se imaginó que la situación iba a terminar en eso. Siempre había considerado a Xiao Yu como un hombre. Quién se iba a imaginar que había escondido la verdad tan bien.
Probablemente, eso tenía que ver con los patrones de inscripción de su pecho.
Nie Li miró a Xiao Yu y le preguntó:
—¿Cómo están tus heridas?
Las escenas previas se cruzaron como un destello por la mente de Xiao Yu. Se dio vuelta con el rostro encendido.
—Estoy bien —respondió Xiao Yu con discreción.
—¡Eso es bueno! —asintió Nie Li—. Como tus heridas ya sanaron, ¡regresemos!
—Bien —respondió Xiao Yu.
Justo cuando Nie Li se estaba poniendo de pie y se preparaba para irse, varias auras ponderosas se abalanzaron hacia ellos.
—¡Cuidado!
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