Cuando Duan Ling Tian y Qin Xiang descendieron desde el cielo y regresaron a la casa, advirtieron que había muchas personas dentro.
Entre ellos, Xiao Lan y la Princesa Bi Yao eran las más llamativas.
Las dos estaban allí de pie como dos hadas salidas de un cuadro.
Cuando Duan Ling Tian apareció, la angustia en los rostros bellos de las dos jovencitas se dispersó por completo y se llenaron de sonrisas que parecían poder conquistar a todo ser vivo...
Esto hizo que Qin Xiang no pudiera evitar sacudir su cabeza y suspirar.
Parece que el hombre de su discípula de veras era bienvenido.
Como persona experimentada que era, por supuesto advirtió el enamoramiento en la mirada de las dos muchachas antes de ella misma mirar a Duan Ling Tian.
Lo más importante, en términos de apariencia, estas dos jovencitas eran igual de lindas que su discípula, Ke Er.
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