Reinaba el silencio afuera de Ciudad Esperanza.
En ese momento, este objeto en el cielo le había robado el protagonismo a los cinco Dragones Negros. Todos observaban a esta pieza de metal que había aparecido de repente.
El polvo flotaba en el aire, llenando toda el área.
Tlorin estaba aturdida y molesta. Apareció sobre la cabeza de un Dragón Negro y evaluaba cuidadosamente la estatua en la nube de polvo. Mientras tanto, un fuerte rugido los alcanzó desde el norte. ¡Era del colapso de Saruha y el cohete que volaba en el cielo!
—Titán Mecánico… la marca del Antiguo Dios del Sol…¿Podría ser Saruha?
Tlorin no podía evitar temblar.
¿Cómo podrían reaparecer de pronto los Antiguos Gnomos que habían desaparecido hacía tanto tiempo?
Tlorin sintió algo de miedo.
¡Pero todos se sorprendieron al escuchar que la voz que salía del Titán Mecánico era Humana!
…
En el muro de Ciudad Esperanza, todos sentían dudas.
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