—Hermana... Deja de hablar, digamos la verdad. Sé que eres mi hermana mayor y quieres protegerme, pero quiero asumir la responsabilidad... así que voy a hablar con mamá. Porotito miró a Pudín y dijo lentamente.
—Pero... —Pudín parecía que tenía algo que decir.
—No hay peros. Digamos la verdad. —Porotito estaba decidida a asumir la culpa.
—¿Por qué hicieron eso, no saben que es peligroso salir solo? —preguntó Huo Mian.
—Pensé que estaría bien aquí... Son los Estados Unidos, los chicos malos todavía están en China. —Porotito pensó en lo que su hermana le dijo.
—Estás bromeando, hay chicos malos por todas partes. No saben dónde están... Si algo les sucedía a ustedes, ¿cómo nos enfrentarían su tía y abuelo? Estuvieron bajo mucho estrés... Desaparecieron durante cuatro horas e hicieron que su abuelo alertara al Departamento de Policía de Los Ángeles. Realmente fueron demasiado lejos.
Las gemelas bajaron la cabeza y permanecieron en silencio...
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