Huo Mian sonrió y miró a Huo Siqian.
—Está exagerando, señor Huo. Su Yu no es capaz de ser tan despreciable como usted y nunca conspiraría contra los demás. Las personas son diferentes, ¿no lo cree? Señor Huo, usted tiene la habilidad de robar a todos los artistas de GK en un abrir y cerrar de ojos, pero eso también significa que usted tiene autoridad. Espero que su empresa pueda tener éxito en el futuro. Que tenga una gran cena con esta hermosa mujer... Oh, cierto, ya está casado. ¿La señora Song Yishi no se enfadará por su cena con otra mujer?
Entonces, Huo Mian se marchó antes de que Huo Siqian tuviera la posibilidad de responder. Lo único que quedó fueron los 300 yuanes que ella había dejado sobre la mesa.
Huo Siqian no se enfureció; estaba tan acostumbrado a ver a Huo Mian enojada que le parecía tierna.
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