—Está bien, sé que hiciste todo eso por nosotros. Pero ahora que sabemos lo que pasó, al menos no venimos aquí buscando a nuestra nieta como idiotas. Mian, ya que nos contaste todo. Ya no te molestaremos ahora.
Entonces, la pareja de ancianos se levantó.
La tía Ning le dio a Huo Mian la bolsa sucia que tenía en la mano.
—Trajimos esto desde la ladera de la montaña, solo son hongos silvestres y helechos. Los recogimos y los secamos para el invierno. Como no pudimos verlos a ninguno de ellos, toma estos. Espero que pienses que son lo suficientemente buenos para ti.
—No, tío, tía. No es que crea que no suficientemente buenos para mí, es solo que me siento mal. Ustedes se esforzaron tanto en recogerlos de las montañas, deberían guardarlos para ustedes mismos.
—No, está bien, no tenemos mucho, pero sí tenemos muchas de estas cosas. Son lo que los habitantes de las ciudades llaman 'productos orgánicos'. Acepta esto, todavía nos queda mucho.
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