—Mamá... a decir verdad, él... me trata muy bien. Realmente súper, súper bien.
Huo Mian usó dos 'súper', amplificando el 'bien' hasta el extremo...
Yang Meirong la conocía muy bien. A ella no le gustaba mentir, así que creía que lo que Huo Mian decía era verdad.
—Si ese es el caso, entonces me siento más aliviada. Al menos él no tiene una cara humana con el corazón de un animal como sus padres...
—Mamá... gracias por entenderlo.
—¿Y qué pasa si no entendiera? El incidente ocurrió hace mucho tiempo, y Zhixin estaba en lo cierto al decir que te habías cansado durante estos años. Yo también estoy cansada, todos estamos cansados. Si no lo dejas ir, siempre tendrás dolor. Soy tu madre, ¿por qué debería ocasionar dolor a mi propia hija?
—Mamá... gracias —dijo Huo Mian tomando las manos de Yang Meirong entre las suyas, temblando ligeramente.
Ella nunca pensó que recibiría la aprobación de su madre tan pronto...
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