Luego de un momento de silencio, Huo Mian preguntó dejando en claro cada palabra: —¿Nadie te enseñó que no debes desperdiciar comida?
—¿Y? —pregunto provocativamente He Man, y le sostuvo la mirada a Huo Mian.
—Y, quien sea que desperdicie la comida, debe comérsela toda —finalizó Huo Mian y tomó el plato de Huang Yue y se lo arrojó a He Man.
En unos momentos, el cuerpo entero de He Man se encontraba cubierto de comida.
—Vaya Mian, eres tan… increíble —dijo Huang Yue, dándole un pulgar arriba mientras se levantaba.
—Huo Mian, ¿cómo te atreves a hacerme esto? —dijo He Man, atónita.
—No soy tu madre, ¿por qué debería excusar tu comportamiento retardado? —respondió con desdén Huo Mian.
—Voy a matarte, maldita —gritó He Man juntando energía para abofetearla.
Cuando su mano se encontraba a unos 5 cm del rostro de Huo Mian, se detuvo abruptamente.
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