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CHAPTER 1

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 DAY Z

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Narra Protagonista.

He muerto, y cuando vi la luz al final del túnel... creí que eso sería todo, mi fin había llegado.

Pero en cambio, desperté en una niñez muy diferente a la que recordaba, con 5 años de edad y un nombre completamente nuevo; Leonardo Scott Kennedy. Un nombre que me resultaba familiar de mi vida pasada, al menos gran parte de él me recordaba a un personaje de videojuego. 

Al principio no me había centrado mucho en ello, ya que estaba muy feliz de esta nueva oportunidad dada por Dios. Creí que podía ser un nuevo comienzo, donde podía intentar mejorar mi vida como nunca lo fue la primera. Logrando fama, fortuna, riqueza y mucho más.

Tenía un nuevo padre de nombre; Nathaniel, una nueva madre que se parecía extrañamente a una actriz para adultos; Leonor. Y una hermana mayor de nombre Nicole. Éramos una familia realmente unida, al menos por mi parte junto a mi madre y hermana... mi padre era un hombre mucho más estricto, un ex-militar, severo y traumado.

Aun así, mi mente estaba en lograr mis objetivos, y darles una buena vida a mi madre y hermana.

Pero esas esperanzas... dieron un gran giro cuando me di cuenta de que mundo me encontraba.

Resulta que vivía en una Granja en un condado que no existía en mi mundo anterior; Met County. Y era extremadamente familiar, y todo se aclaró más cuando conocía a la familia Greene en una granja cercana, debido a mi nuevo padre.

Quería creer que era una casualidad pero la verdad fue otra cuando conocí a la familia. Hershel y su esposa Annette, y sus siete hijos; Shawn, Arnold, Margaret, Billy, Beth, Lana y Ashley.

De alguna manera había terminado en The Walking Dead, en una fusión o realidad alterna de dicha ficción. Debido que en el comic no se encontraban Annette, Beth, Lana y Ashley. Y en la serie no se encontraban Arnold, Billy, Lana y Ashley... de hecho estas últimas parecían ser alguna clase de efecto mariposa, ya que eran completamente nuevas incluso para mi.

A pesar de que esto complicaba una vida tranquila, tenía más temor sí fuera el caso donde hubieran cosas de Resident Evil... ya que sabía que debía tener mucho más cuidado con eso.

Yo era Leon Kennedy... o al menos, una versión alterna.

Era complicado de pensar, y dejo de importar poco después de que me acostumbre a dicho cambió.

Lo que tenía claro era que debía prepararme para sobrevivir, y sobre todo lograr que las personas que me llegarán a importar sobrevivieran conmigo y estuvieran a salvo. Ya no importaba la gloria o la fama... ahora tenía una meta en mente, sobrevivir.

Resulta que la Granja Greene eran una rara fusión entre el comic y la serie. La Granja se encuentra rodeada del espeso y extenso bosque por el que cruzan varios arroyos y riachuelos, el lugar era realmente grande con varias hectáreas de terreno, en el camino hacía la casa de los Greene se encontraba un buzón con su apellido. Estaba la porción del terreno que está llena de arboles y estaba seguro que ese sería el lugar donde los sobrevivientes de Atlanta instalarían su campamento.

Realmente me había encantado de este lugar, no solo por que las personas que conocí y mientras pasaban los años establecí una muy buena relación con todos ellos. 

Y realmente quería hacer todo para asegurar este lugar para el peligro futuro.

Aunque no contaba que a la edad de 15 años, mi padre; Nathan. Decidiera vender nuestra Granja y fue un impacto negativo en mi familia, ya que a todos nos gustaba el lugar y nuestra vida en ella.

Debido a esto, mi relación con mi padre se deterioro mucho más, nos hizo mudarnos a una casa en Atlanta... y puede ser uno de los peores lugares que se me pueden ocurrir para estar.

Fue algo triste despedirse de la familia Greene, ya que me había vuelto amigos de los hijos hombres de Hershel, así cómo hice un gran vinculo con Maggie, Beth, incluso Lana y Ashley que eran menores que yo. Había llegado a conocer a Otis que se volvió capataz de la Granja, y era más similar al cómic. También llegue a conocer a Patricia, que no era novia o esposa de Otis, sino más bien una mujer que trabaja de enfermera y conocía a Annette que era otra enfermera.

A medida que crecía, y con 15 años, con Patricia comenzó a haber cierta tensión sexual pero, quizá, debido a mi menoría de edad eso no llevó a nada... ya que el mundo estaba bien y con su 'reglas morales' intactas.

Hershel se había convertido en una buena figura paterna, dando siempre buenos consejos. Annette por su parte tenía una muy buena relación y quien había sido una maestra para mi en algunas cosas.

Tales cómo enseñarme lo básico de primeros auxilios cuando se lo pedí.

Después de prometer mantenerme en contacto, y hacer visitas en las vacaciones. Al mudarme a Atlanta, tuve que volver a empezar de cero en tema escolar... algo que sinceramente me toco un poco los huevos, tener que vivir dicha experiencia de nuevo. Y más al tener que soportar a algunos idiotas que se creían geniales y eran meramente molestos haciendo bullying y molestando a aquellos que no podían defenderse. 

Afortunadamente, podía recordar como en mi vida anterior había practicado boxeo y algunas artes marciales debido a que yo mismo había sufrido de Bullying. Mediante crecía en esta nueva vida, las había vuelto a entrenar y poner en práctica, hasta volver a estar acostumbrada a todas ellas. Así pude darle unas cuantas palizas a algunos idiotas abusivos y de alguna manera, me había vuelto una especie de 'Protector' para todos aquellos que sufrían abusos en la escuela... incluso fuera de ella.

Me había convertido en alguien interesante y popular a los ojos de las adolescentes, y ciertamente respetado por los adolescentes.

Hubo algo de cuestión moral de por medio, y que no me hizo dar el paso a sus avances. Pero luego de una larga reflexión, me di cuenta que esto no debería importarme tanto, había muerto joven y esta era una nueva vida, donde todos me veían como era mi edad biológica. Lo cual era correcto pero mentalmente tenía algunos años de más, y más si contaba los años que pasaba en este mundo.

Esa era la cuestión, nadie sabía que era mayor mentalmente y todos lo habían atribuido a una alta inteligencia, casi prodigiosa. Así que con eso, dejo de preocuparme... y realmente quería disfrutar de esta nueva vida, antes de que todo se vaya al infierno.

Así pase de ser solamente el 'Protector' al también conocido cómo el 'Seductor' o el 'Toro'. Ambos por diferentes pero similares razones, estos rumores fueron hechos por las chicas de la escuela que los compartían entre ellas sobre algunos de los encuentros que tuve con algunas de ellas. Sobre todo con las más populares como las porristas... incluso se rumoreo por ahí que había terminado follando con algunas profesoras.

Esto no había sido probado nunca, sino hubieran habido algunos cuantos despidos.

No pude evitar acostarme con algunas hermanas, madres, primas o tías de idiotas abusivos, no solamente para molestarlos sino por que me divertía mucho verlos boquiabiertos cuando me veían por sus casas. 

Finalmente me gradué de la escuela, siendo el mejor alumno de mi generación. Después de eso, decidí convertirme en un estudiante autodidacto y aprender diferentes campos que podían ayudarme a sobrevivir en el futuro. Me uní a la Academia de Policía, y llegue a encontrar algunos hombres que podían enseñarme diferentes cosas, tiradores, soldados retirados, entrenadores para mejorar mi cuerpo, aprender más artes marciales... todo esto me ayudo a tener una excelente condición física, así cómo más fuerza y velocidad.

Durante un año he sido un policía novato desde que me gradúe con honores de la Academia de Policía, y para mi suerte o desgracia, fui asignado al Departamento de Policía de Atlanta. Lo cual quedaba cerca de la casa de mi madre y hermana, mientras yo me había mudado a un gran departamento en la ciudad, que me pudo llegar a comprar gracias a apuestas y agradecía que muchas cosas sucedieran como en mi vida anterior.

Ya que me ayudo a comprar cosas que me ayudarían a sobrevivir en el futuro, sea semillas, alimentos, armas, ropa y otras cosas... cosas que dejaría en el departamento para asegurarme de que fuera una posible base.

Una cosa que paso, es que había conocido a Glenn Rhee y fue divertido ya que poco a poco, mientras pedía pizza, me había vuelto un buen amigo de este chico.

Quien sabía que sería un importante aliado para el futuro.

En mi trabajo en la Policía de Atlanta llegué a conocer a personas que no podía creer que existieran pero de alguna manera esperaba encontrármelos en algún momentos.

Así comencé una amistad con varias personas que no eran nada más que personajes de ficción o videojuegos en mi vida anterior. Personas que me hicieron darme cuenta que este mundo podía llegar a ser mucho más peligroso de lo que creía al principio...

No recordaba la fecha exacta o sí había una fecha exacta donde todo se iba a la mierda... pero era cuestión de tiempo para que eso pasará.

Pero yo estaría listo... debía estar listo para enfrentar al apocalipsis cuando golpeará a mi puerta.

Y sobrevivir.

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ATLANTA - Suburbios

 Narrador.

Nicole Stewart, es una hermosa mujer de veintisiete años. Su cuerpo sensualmente curvilíneo, acompañado de un hermoso rostro de ojos azules suaves y cabello rubio pálido.

Mientras subía las escaleras de su casa hacía el segundo piso, su rostro era de preocupación. Había rumores de que las cosas se estaban poniendo raras en la ciudad e incluso en otras partes del país, videos extraños rondaban por internet, y ahora había recibido una llamada telefónica del trabajo de su hermano por parte una de las compañeras de trabajo y era llamado a la estación de policía donde debía presentarse de inmediato.

Había preguntado para que lo necesitaban ya que era su día libre, pero no le quisieron dar información. 

Y eso la tenía muy preocupada, ya que todo se estaba volviendo tan raro que podía ser peligroso incluso para su amado hermano menor quien era un increíble policía.

Al llegar a su habitación, donde su hermano había decidido dormir un poco más después de que llegó a la casa, abrió la puerta lentamente mientras golpeaba con suavidad está.

—Toc, toc~ ¿Leon?— Llamó con una voz suave, al no recibir respuesta ingresó lentamente a la habitación.

A pesar de su preocupación, no pudo evitar sonreír suavemente a la vista de su hermano. Era tan atractivo, sabía que muchas mujeres estaban locas por él, casi la había sentir celosa pero ella sabía que tenía una conexión mucho mayor con él que muchas de esas zorras. Pero entendía por que estaban tan desesperada por él, su guapo rostro y ese corte de cabello que lo enmarcaba de forma increíble, era un estilo de peinado que le quedaba muy bien.

Se tomó unos segundos para apreciar el torso desnudo de su hermano, estaba tan bien construido y tenía músculos en todos los lugares correctos. 

No pudo evitar morderse levemente el labio inferior reprimiendo cierta lujuria que comenzaba a surgir en ella, ya que lo había visto desnudo más de una vez cuando venía de visita y sinceramente, no podía apartar la mirada.

Sabía que sentía algo por su hermano menor, así cómo él la encontraba atractiva. Pero ninguno de los dos dio un paso o avanzo las cosas a más allá de algunos besos inofensivos en los labios y abrazos prolongados. Una relación de dicha magnitud con su hermano no iba a ser bien vista por nadie, más teniendo en cuenta que estaba pasando por una separación con el padre de su hija y posiblemente un divorcio en el futuro.

Finalmente decidió que había visto suficiente, y debía despertar a su hermano menor para que vaya a trabajar... por más que no quiera que fuera a la ciudad.

—Leon~— Se inclinó a su lado, y lo sacudió suavemente. —Es hora de despertar, hermanito~— Murmuró suavemente en su oído.

—Hmmm~— Leon se movió suavemente de un lado a otro, y abrió los ojos con lentitud encontrándose con la vista de su bella hermana inclinada sobre su rostro. —Bueno~ esa es una buena vista para despertar—

Nicole sonrió ante sus palabras, y se inclinó un poco más para darle un beso en la mejilla. —Esta vista tampoco está tan mal~— Susurró ella de forma coqueta.

Leon sonrió, y levantó su mano con suavidad y acarició la mejilla de su hermana. —¿Ya es la hora de almorzar?— Preguntó suavemente.

—Mamá te está haciendo unos sándwiches pero debes levantarte ya...— Nicole se mordió el labio, y agregó. —Te llamarón del trabajo, dijeron que debes ir a la estación... algo sobre que era importante ir—

Su hermano se quedo callado unos segundos, pareciendo contemplar algo pero asintió. —¿No te dijeron nada más?— Cuestionó.

—No, solo que debías ir de inmediato— Contestó Nicole, y miró a su hermano preocupada. —¿Qué está pasando, Leon?—

—No tengo... idea, Nicky—Respondió Leon, con un leve encogimiento de hombros y le acarició la mejilla con su pulgar. —Pero sea lo que sea, todo estará bien—

—¿Cómo puedes saberlo?. Te mostré esos videos de los Ángeles, algo está pasando y tengo miedo— Dijo Nicole con un leve temblor en su voz.

—Pase lo que pase, lo resolveré. Sabes que no dejaré que nada les pase a mis chicas... son lo más importante que tengo— Exclamó Leon con seriedad y honestidad pura en su voz.

Nicole se sintió un poco más tranquila con sus palabras pero aun así una rara sensación la invadía el cuerpo.

Leon al notar su inquietud la atrajo a su pecho, y recostó su cabeza contra sus pectorales para acariciar su hermoso cabello con suavidad. —Todo estará bien, lo prometo— Se quedaron allí un tiempo, donde Nicole agradecía con el gesto de su hermano y sentía que allí era donde pertenecía. 

Le encantaba escuchar su corazón latir.

Poco después se separaron, y Nicole quedaba sentada en la cama mientras observaba a su hermano ponerse una camiseta simple de color blanco que se le pegaba al cuerpo y sobre ella una camisa de color negro. Se puso el estuche de su pistola en la pierna, y coloco el arma en ella y en su cinturón puso sus tres cargadores extra, tomó a su vez la placa de policía y lo puso en su bolsillo trasero, así cómo su reloj, celular y llaves.

Volteó a mirarla, y con una sonrisa preguntó. —¿Cómo me veo?—

—Cómo todo un cowboy~— Respondió Nicole con una sonrisa.

Sonrió y le guiño un ojo. —Ven, es hora de que baje... se que hay un pequeño torbellino esperando abordarme a penas me vea y le tendré que dar las malas noticias—

Nicole río suavemente, y asintió mientras se levantaba. —Se que ella estará muy decepcionada pero lo entenderá—

—Eso espero.

—Confía en mi— Respondió Nicole, y le dio un beso en la mejilla y salió balanceando sus caderas.

Con una sonrisa divertida, Leon tomó su chaqueta verde oscura y la siguió hasta bajar al primer piso. Al bajar el último tramo de las escaleras, no pudo avanzar más allá debido a que fue abordado por un pequeño proyectil llenó de energía.

—¡Tío Lio! ¡Despertaste!—

Sonrió, y se agacho para abrazar a su pequeña sobrina y le acarició el cabello. —Hola, Clem. ¿Cómo está, mi sobrina favorita?—

La pequeña Clementine sonrió, y río divertida. Era una dulce niña de ocho años, de cabello castaño y ojos avellana. —¡Soy tu única sobrina, tío!— Contestó con diversión en su voz.

—Y aun así, eres mi favorita— Dijo Leon, sacudiendo su cabello divertido. —¿Y la abuela? ¿Dónde está?—

—Se encuentra en la cocina— Respondió Clem con amabilidad.

—Guíame— La niña tomó su mano, y lo guío hacía la cocina donde pudo encontrarse a su madre, Leonor.

Quién estaba viendo la televisión mientras preparaba un pequeño lonche para él. Volteó a mirarlo, y sonrió aunque podía ver su preocupación mientras se acercaba a él para atraerlo a sus brazos en un abrazo.

Leonor Kennedy es una hermosa mujer, su apariencia era joven a pesar de su edad. Era una belleza madura de cuervas acentuadas con un busto amplio y un trasero redondo, tenía un bello rostro, cabello rubio largo y ojos marrones.

—¿Realmente debes irte?— Preguntó Leonor con preocupaciones, mientras se separaba un poco y sostenía su rostro con sus manos.

Saco su celular, y abrió el último mensaje de su compañera.

{¡Leon! Realmente debes despertarte. Dicen que necesitan a todos los agentes disponibles de inmediato en la estación. Por favor, ven rápido. 

~ JV.}

—Sí. Jill dice que necesitan a todos los agentes disponibles, lo más rápido posible— Respondió Leon con un suspiró.

—¿Realmente debes ir?— Cuestionó Leonor preocupada. —Vi esos raros videos de los Ángeles en Internet, algo muy raro esta pasando y puede que haya llegado a la ciudad, hijo—

—...— Leon estuvo varios segundos en silencio, y les sonrió con tranquilidad. —No se preocupen, no pasará nada malo. Es trabajo, cómo todos los días— Contestó, y no quiso decir nada más para no preocupar o asustar a la pequeña a su lado.

Leonor se dio cuenta de eso, y asintió con suavidad.

—¿De verdad debes irte, tío Lio?— Preguntó Clem con un puchero. —Prometiste que íbamos a jugar cuando vinieras—

Se separó de su madre, que le dio espacio, y se arrodillo sobre su rodilla para poner sus manos en los hombres de su sobrina. —Sí, lo lamento, Clem. Realmente creí que tendría unos días libres para pasarlo contigo pero tu tío debe atrapar a los malos... ya te explique como es— Habló Leon con suavidad. —Te prometo que terminaré rápido y volveré para contarte un cuento, ¿de acuerdo?—

—¿Promesa de meñique?— Exclamó Clem suavemente, mientras alzaba su meñique.

—Promesa de meñique— Dijo Leon, mientras entrelazaba su dedo meñique con el de su sobrina que sonrió feliz. —Ahora ve a jugar mientras habló con tu madre y la abuela— Le ordenó, y antes que pueda irse le dio un beso en la frente, y la niña asintió suavemente para ir corriendo a jugar con sus muñecas.

Miró a su hermana y a su madre, y bajo la mirada para volver a leer alguno de los mensajes que le había mandado su compañera. —Jill mando algunos mensajes y parece realmente preocupada— Les comentó por lo bajo para que Clem no pudiera escuchar. —No se que debe estar pasando pero deben estar preparada para todo, ¿de acuerdo?... incluso para huir—

—¿Huir? ¿A donde?—

—A la Granja de Hershel— Contestó Leon con seriedad. —Es el lugar más seguro que conozco, realmente no quiero que vayan a la ciudad. Las cosas pueden estar complicadas, las personas son... volátiles a caer en la anarquía en una crisis y aunque no quiero pensar que todo este tan mal... puede ser posible—

Ambas asintieron de acuerdo con ese razonamiento, y Nicole comentó. —Deberíamos preparar algunas mochilas con ropa, si nos vamos a ir de la casa— 

—Y algunos alimentos no perecederos para el camino— Agregó Leonor con seriedad.

—Sí, es una buena idea. Tengan todo preparado en caso de que todo escale a mayores, cierren puertas y ventanas... y no le habrán a nadie que no confíen— Les dijo Leon, y ellas asintieron de acuerdo.

—Por Dios... siento que nos estamos preparando para el apocalipsis— Dijo Nicole con una sonrisa nerviosa.

Leon suspiró pero no comentó sobre ello. —Es mejor prevenir que lamentar, Nicky— Murmuró.

Leonor suspiró, y se acercó a su hija para abrazarlo con fuerza. —Haremos lo que dices en caso de emergencia, Leon. Pero más te vale salir de la ciudad e ir a la granja si las cosas se ponen peligrosas— Ordenó la mujer, y oculto su preocupado rostro en el cuello de su amado hijo.

—Lo prometo— Murmuró.

Nicole con el ceño fruncido, se acercó y tomó el rostro de su hermano en sus manos para hacerlo mirar su encantadores ojos azules. —Y más te vale cumplir esa promesa. No se que haríamos si algo te pasará— Dijo con preocupación.

Miró a su hermana mayor con suavidad, y asintió. —Te lo prometo, Nicky. Volveré con ustedes—

Mordiendo su labio inferior mientras miraba el guapo rostro de su hermano menor. Pensó por un breve momento, y miró a su madre para ver que no la estaba observando antes de ceder a su deseo y atraer a su hermano a un suave beso, el cual duro unos cuantos segundos pero no los suficientes para que su madre no se diera cuenta o pudiera ceder a su deseo mucho más primitivo.

Al separarse, se miraron a los ojos y no apartaron el contacto visual del otro. Se dijeron palabras entre sí solo con la mirada que se entendieron como si estuvieran hablando con la mente del otro.

Después de separarse del abrazó de su madre y hermana, Leon se despidió de las tres mujeres de su familia con Clementine despidiéndose de él con la mano y una enorme sonrisa mientras este sonrió al abrir la puerta de su Jeep para finalmente entrar, encenderlo para dar marcha atrás en la calle y salir hacía la ciudad.

—Ven, hija. Hagamos lo que dijo, Leon, preparémonos para el peor escenario— Sugirió Leonor con suavidad.

—Sí... estoy de acuerdo— Asintió Nicole, y no pudo mirar por última vez por la ventana y por donde se fue su hermano. Cerró las cortinas y le dijo a su hija que las acompañe para elegir ropa adecuada para cualquier situación. No quería asustar a su hija pero quería estar segura de que ella estaría preparada para cualquier escenario, incluso tomaría algo fundamental para ella como era el Walkie Talkie que su hermano le había regalo a su pequeña el día de su cumpleaños.

Sería una herramienta que los ayudaría a comunicarse con él en caso de que falle la conexión de internet o las llamadas telefónicas.

Rezaba a Dios que todo esto no fuera nada más que meras preocupaciones... y todo estuviera bien y no escalase a mayores.

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CARRETERA HACIA ATLANTA

Una motocicleta avanzo con velocidad por la carretera, manejando iba una mujer joven de chaqueta roja, pantalones azules y un par de botas de cuero. Llevaba un casco de color blanco y un par de gafas de motociclista. La mujer avanzo por la carretera y una pequeña sonrisa apareció en sus labios, al ver la estación de servicio por lo que decidió detenerse allí.

Entró al lugar, y se detuvo al lado de una maquina expendedora de bebidas, miró el lugar brevemente, notando el coche de policía con la puerta del acompañante abierta pero todo el lugar parecía abandonado. Le dio mala espina, pero decidió no pensar mucho en ello y saco su celular de su chaqueta y se fijo en la señal del móvil, sabía que últimamente la señal estaba fallando mucho.

Pero por suerte, ahora mismo funcionaba muy bien.

Se quitó el casco y las gafas dejando ver su cabello castaño y ojos azules, los dejo en el manubrio luego de bajar. Y se acercó a la maquina expendedora para depositar una moneda y seleccionar una bebida mientras llamaba al número de su mejor amiga.

—Hola, Ali— Dijo al celular con una sonrisa al escuchar la voz de su mejor amiga del otro lado. —¿Cómo van las cosas por allí?— Preguntó con suavidad mientras abría la lata de refresco. —¡¿De verdad?! ¿Y cómo está?... Dios, tu hermano siempre se mete en problemas— Comentó, sabiendo que el hermano seguía metiéndose en problemas por culpa de las drogas. —¿Yo? Sí, ya estoy por llegar a la ciudad, no lo intente todavía pero la última vez ni siquiera respondió... no me iré hasta que encuentre a Chris, Ali. Tendré cuidado, lo prometo. Y tu también cuídate... las cosas se sienten extrañas... vale, te dejo— Terminó de hablar con su amiga, y colgó la llamada para guardar su celular en la chaqueta roja y bebió un trago de la bebida para suspirar. —Todos creen que voy a tener problemas...— Se quejo, y no pudo evitar resoplar.

Ella podía cuidarse sola, además tenía el viejo revolver de su padre para protegerse.

Iba a beber un último trago de su bebida para retomar su camino pero escucho un fuerte ruido provenir del interior de la tienda. —¿Qué...?— Murmuró para si misma, sorprendida. Realmente parecía que no había nadie. —¿Hola...?— Habló pero se arrepintió un poco, temiendo que sea algo peligroso pero su corazón amable le jugo en contra cuando pensó que alguien necesitaba ayuda.

Tragando un pequeño nudo en su garganta, caminó lentamente hacía la tienda y pudo notar como no había nadie en los coches estacionados más allá de la luz de la patrulla de policía.

Realmente no había prestado la suficiente atención pero el lugar parecía totalmente abandonado, y lo sería si no fuera por el ruido que escucho. Las persianas del local estaba bajadas pero en la puerta se encontraba el cartel de 'Abierto' así cómo un pisaron y otros carteles promocionales extras en la parte de afuera.

Todo el lugar le daba cierto temor y mala espina... y la peor parte era que sabía que no debía involucrarse y estaba siendo una estupidez al ir.

Realmente esperaba que no fuera nada, y solo estuvieran moviendo unas cajas y algo se cayo.

Se acercó a la puerta y luego de un momento, la abrió lentamente y noto la falta de luz en el local. —¿Hola...?— Llamó, y nadie le respondió por lo que decidió abrir la puerta por completo y pudo ver una linterna en el suelo, por lo cual se agacho para recogerla. —¿Hay alguien aquí? ¿Holaa...? ¿Necesitan ayuda?— Preguntó la mujer, y avanzó lentamente y no pudo evitar sobresaltarse al escuchar la puerta cerrarse sola detrás de ella.

Pero dejo eso de lado cuando sus oídos escucho respiraciones y jadeos, así cómo un fuerte ruido de forcejeo y maldiciones en la parte trasera de la tienda.

Avanzó rápidamente pasando por la caja registradora y al final del pasillo doblo hacia la izquierda, finalmente pudo ver al vendedor de la tienda en el suelo apoyado contra la pared mientras se tomaba el cuello herido por el cual salía mucha sangre. —¡Oh, Dios! ¡¿Estás bien?!— Se acercó a su lado rápidamente, y se hinco a su lado, no podía creer su herida era enorme y era cómo si le hubieran arrancado un pedazo de carne.

El hombre la detuvo con su mano, y movió el brazo para señalar la puerta que daba a la parte de atrás de la tienda. —E-El... *Breath* o-oficial... *Breath*— Jadeo el hombre con esfuerzo.

—E-Espera. Voy a ver— Dijo, y se levantó y caminó lentamente hacía la parte de atrás mientras encendía la linterna y la usaba para ver la parte de atrás que había mucha menos luz que la parte delantera.

Caminó por el pasillo hacía la puerta trasera del almacén, donde se encontraban los productos que se debían conservar en frío. Podía escuchar el forcejeo, entró suavemente y pudo ver al oficial sosteniendo a un nombre que se sacudía de forma violenta.

—¿Oficial? ¿Necesita ayuda?—

El Oficial se dio vuelta, y miró a la chica. —¡Atrás señorita, yo me ocupo!— Ordenó el hombre pero en el descuido de voltear a mirar, el hombre se libero y logró tirar al policía al suelo para lanzarse sobre él.

Para sorpresa de la chica, el hombre comenzó a morderle el cuello con fuerza haciendo gritar al oficial mientras la sangre salpicaba el suelo.

—¡Dios mío!— Gritó la chica sorprendida y en shock tanto que no pudo evitar dar un paso hacía atrás. —¡Por Dios, suéltalo!— Ordenó la castaña en alto. —¡He dicho que lo sueltes!—

Apunto al hombre con la linterna, y este poco a poco levanto la cabeza para mirarla a los ojos, su rostro pálido, lleno de venas, los ojos parecía ciego y la boca que se le notaban todos los dientes ensangrentados mientras tenía un trozo de carne del ahora oficial muerto.

—Dios mío...— Jadeo la chica horrorizada de su aspecto.

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Narra Protagonista.

Conducía el Jeep por la carretera, avanzando rápidamente hacia la ciudad mientras en el estéreo del auto sonada Black Sabbath/Paranoid. 

Tenía una una pequeña sonrisa en mi rostro al darme cuenta que quizás las cosas finalmente estuvieran por comenzar. A pesar de cómo se pudiera ver, no estaba emocionado, ya que todo lo que pasaría a partir de que todo comience sería la muerte de cientos de miles de personas y mi familia estaría en un constante peligro.

Incluso me estaba dirigiendo a Atlanta que habría una serie de eventos realmente peligrosos.

Sino era una contemplación de todo el esfuerzo que había hecho al pasar de los años, desde mi entrenamiento y auto-aprendizaje daría fruto una vez que todo comenzará.

—¿Por que siento una sensación de Déjà Vu?— No pude evitar murmurarme a mi mismo, mientras veía la estación de servicio que el conocía tan bien pero lo extraño era que no estaba tan concurrida y desde esta distancia podía notar como parecía desolada.

Disminuí la velocidad del Jeep, y baje el volumen de la música por completo. Realmente no necesitaba frenar en la gasolinería, ya que tenía combustible llenó y no necesitaba raciones debido al almuerzo que me había hecho mi madre pero decidí estacionar en ella para investigar el lugar, conocía al hombre que trabaja allí y quería asegurarme de que estuviera bien.

No apague el motor mientras salía del Jeep, y con la puerta abierta miré alrededor con los ojos entrecerrados.

—Esto... me resulta familiar—

*¡Thurmp!*

—*Sigh* Ya recuerdo...— Murmuré, y me moví caminando de forma rápida hacia la puerta mientras desenfundaba mi arma, ignorando la sangre que había en el suelo.

Podía escuchar un gran alboroto venir del interior del local.

—¡Grrrrr!—

—¡Aahhgg!—

Me apresure mucho más al escuchar el sonido de una estantería cayendo y el quejido de una mujer, abrí la puerta con fuerza y apunte mi arma hacía la cara familiar frente a mi.

—¡Eh, no dispares!— Gritó la mujer rápidamente, mientras levantaba sus manos al aire.

Al observar movimiento detrás de ella, grite una orden de forma rápida. —¡Al suelo!—

Rápidamente la mujer se agacho en el suelo, y me dio vía libre para disparar.

*¡BLAM!*

*¡Thurmp!*

El disparo resonó en el local, y el caminante cayo de forma brusca al suelo luego de que la bala le atravesara el cerebro. Baje la mirada para ver a la chica suspirar aliviada mientras miraba al muerto en el suelo.

—Hay que salir de aquí— Le dije, viendo los otros dos caminantes dentro de la tienda.

Ella asintió mientras se levantaba, y salió primero de la tienda para esperarme fuera de la puerta que me asegurar de cerrar detrás de nosotros para evitar sorpresas. Ambos teníamos nuestras armas apuntando hacia el frente, y pude distinguir como varios caminantes aparecían a los alrededores de la estación, debía suponer que eran los dueños de los autos que había por aquí.

Note cómo me miraba, y pregunte. —¿Estás bien?—

—Sí, eso creo. Gracias— Respondió, realmente se le notaba agradecida por el tonó de su voz.

—Ya me las darás— Contesté con un suspiró. —Debemos irnos, antes de que nos rodeen— Agregue dándole una señal con la cabeza para que mirara hacia nuestro alrededor y finalmente notará a los caminantes.

Jadeo al ver la escena frente a nosotros, y la escuche maldecir por lo bajo. 

*¡Thurmp!*

—¡Carajo!— Ella se sobresalto cuando uno de los caminantes dentro de la tienda choco su cuerpo contra la puerta de cristal, para nuestra suerte esta era bastante resistente y solo se podía abría de fuera hacía adentro.

—¡Debemos irnos! ¡Ve hacía mi Jeep, rápido! ¡Vamos!— Ordené, y ella asintió, ambos corrimos hacía el Jeep esquivando a los caminantes que se ponían frente a nosotros. —¡Entra ya!— Le grité al verla forcejear con un caminante que pudo apartar de ella, y abrió la puerta para entrar al Jeep.

Patee una de esas cosas en el pecho cuando quiso entrar a mi auto por el asiento del conductor para alejarlo, se escucho el ruido sordo de su caída pero no le preste atención mientras entraba al Jeep.

—Agárrate— Dije, y di marcha atrás con brusquedad, y poner primera para acelerar fondo hacía Atlanta.

No pude evitar mirar hacía atrás, y observaba como nos alejábamos de la estación de servicio. Al mirar hacía el frente luego de unos momentos, pude respirar con tranquilidad, a pesar de ser consciente de que esto pasaría tarde o temprano y prepararme para esto toda mi vida.

Vivirlo era una experiencia totalmente diferente, y sabía que desde ahora tenía que tener mucho cuidado.

Y sabía que todo se pondría peor en la ciudad. Esto no era Raccoon City, donde la cosa era peligrosa por otros peligros, pero Atlanta era una ciudad poblada por alrededor de 500.000 mil habitantes por toda la ciudad. Y los números no eran importantes pero sin duda resultaba un peligro si la mitad de ellos se vuelven infectados con ganas de comer carne humana.

—¿Qué está pasando? ¿Qué fue todo eso?— Cuestionó la chica mientras respiraba profundamente para calmar sus nervios, por la inesperada experiencia vivida.

—No lo sé— Mentí entre dientes, realmente no creí que debería decir algo todavía. —Iremos a la comisaría. Allí nos explicarán que esta sucediendo—

—¿Eres policía?— Cuestionó, y su voz sonó esperanzadora.

—Sí, León Kennedy. ¿Y tú...?— Me presenté y pregunté aunque sabía exactamente quien era ella.

—Claire... Claire Redfield— Se presentó con una sonrisa.

—¿Redfield? ¿Eres hermana de Chris?— Pregunté.

Había llegado a conocer a Chris Redfield en el momento que comencé a trabajar con la policía de Atlanta, donde estaba en un equipo especial de la comisaría. No podía decir que éramos amigos, ya que las veces que nos cruzamos en la estación las podía contar con una mano. Lo que tenía claro era que su importancia en la estación era muy importante, pero hace un tiempo su equipo fue contratado por algún organismo secreto del cual no tenía ni idea.

Y desde entonces no lo había vueltos a ver.

—Sí, lo estoy buscando— Dijo Claire de forma rápida. —¿Sabes algo sobre él?—

—No mucho— Contesté, iba a ser honesto sobre ella. —El y su equipo fueron subcontratados por un organismo privado hace unos meses, y no los he vuelto a ver desde entonces—

—¿Y no sabes nada más?— Preguntó Claire preocupada.

—No, lo lamento. Era clasificado y no tengo la jurisdicción para ello— Negue suavemente con la cabeza. —Sin embargo, el comisionado seguramente sabe más sobre ello. Quizá puedas preguntarle— Intente darle algo de esperanza, y realmente esperaba que el comisionado siguiera vivo cuando lleguemos hacía allí.

La escuche suspirar de tristeza pero ante mis palabras recobró algo de la esperanza de volver a ver a su hermano, y me miró agradecida. —Lo agradezco, León. Gracias a ti, se algo de mi hermano luego de tanto tiempo— Contestó Claire, sentí cómo podía su mano en mi pierna derecha para demostrar su agradecimiento pero al darse cuenta de sus acciones, apartó su mano rápidamente con vergüenza.

Pasando por alto su acción, la miré con una sonrisa. —No es nada, de todas formas... me alegró encontrarte— Dije suavemente. —Las cosas se están poniendo muy raras, y me alegro de tener una buena compañía—

—Sí, es mucho mejor estar acompañado— Claire sonrió, y miró por la ventana para quedarse en silencio con sus propios pensamientos.

Mientras el Jeep continuaba su recorrido hacia la ciudad, tenía claro que en algún momento debía llamar a mi familia y asegurarme de que todo estuviera bien por allí. Se que podía complicarse mucho pero tanto mi hermana como mi madre se criaron en una granja, sabían usar armas y al menos podían defenderse. Lo único que debían hacer era llegar a la Granja Greene donde estarían a salvo, pero sí no llegaban a salir de la ciudad iría personalmente a buscarlos para asegurarme de que estuvieran bien y llevarlos a un lugar seguro.

Mi objetivo era sobrevivir en un mundo de muertos vivientes, y construir un posible Eden para todas las personas importantes para mi.

Y no descansaría hasta que eso sea realidad.

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