—Al final, Oliver no pudo obtener el beso que deseaba.
—Sujetó firmemente la mano de Lu Yizhou y puso cara de enfado todo el camino hasta el consultorio del médico. ¡Hmph, Alfa tacaño! Oliver sabía que Lu Yizhou entendía perfectamente lo que quería, pero el Alfa insistía firmemente en que escucharan primero lo que decía el médico. Siempre era así. Cedía sin dudar a los deseos de Oliver en todo lo demás, excepto en lo que a su salud se refería. Era tan dulce y encantador de su parte, pero ¿no podía Oliver recibir un pequeño beso? ¿Ni siquiera un piquito estaba bien? No era como si el médico fuera a desaparecer si tardaban un poco más —murmuró para sus adentros.
—Si el Alfa estaba tan urgido, ¿cómo podría Oliver decirle que estaba mintiendo?!
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