La atmósfera en el laboratorio era una fiesta.
El equipo de ingenieros de Ruobing estaba eufórico. Habían creado finalmente la perfecta extremidad humana artificial.
Todos ahí sabían lo que significaba este éxito.
¡Significaba un paso gigante para el mejoramiento de la humanidad, una página en los libros de historia!
Fama y dinero, esas eran las recompensas esperando para el equipo que tuvo una mano en este proyecto.
Por supuesto, como la directora que promovió esta investigación innovadora, Ruobing iba a asegurarse una vida de riqueza y poder.
Ruobing sabía que este desarrollo era inevitable, pero aún así, encontraba difícil suprimir la histeria en su corazón.
Aclamaba junto con su equipo y luego se dio vuelta hacia Luo Jun con una sonrisa petulante.
—¿No estás contento de estar acá para compartir mi momento de gloria? ¡Es muy tarde para Xia Xinghe, muy tarde, me escuchas! ¡Lo hice primero! ¡La victoria es mía!
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