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Capítulo 4: El Hechizo de la Cuarta Vez Parte 8

— ¿A las ratas gigantes…?

— ¿Dónde podría encontrar algún dango lleno de ácido bórico? Ahora eso es un veneno.

— ¿Para la gran ballena blanca…?

— Tu sabes, el primer chico que viene a la mente cuando pienso en la palabra "capitán" es ese buen viejo capitán Ahab. Apuesta que tiene unos ganchos de pesca.

—… ¿Para nuestro más honorable gran dragón…?

— Dado que este es un mundo de fantasía, apuesto a que existen realmente, pero hombre, si me encuentro con uno de esos te puedo garantizar que no sería capaz de hacer cualquier cosa. Pero sabes, son muy geniales, así que quiero ver uno, pero que contradicción, ¿eh? ¡Esos sentimientos mezclados míos pueden quemarse en el infierno!

— ¿No puedes simplemente decir las contraseñas sin tener que decir todas esas tonterías?! ¡¿Puede ser más irritante?!

La puerta de la bodega se abrió con tanta fuerza que parecía que iba a desprenderse de sus bisagras, pero Subaru, que esperaba esto, había dado un paso hacia atrás y no recibió ningún daño. Gruñendo en frustración, demasiado alto para la entrada, era el gigante calvo Rom, a quien Subaru se había acostumbrado a ver a este punto. Su cara estaba roja, su presión arterial alta, probablemente.

— Si te enojas de esa manera, estallará un vaso sanguíneo. Incluso si tuviéramos la medicina moderna, diría que tu situación se ve muy mal.

— ¡Si crees que es demasiado malo para mí, entonces no me hagas enojar! ¡¿De todas maneras quien eres tú?! ¡Se supone que no debo dejar que nadie entre el día de hoy, así que largo!

— Uh… Lo siento. Este tipo es en realidad mi cliente, por lo que, ¿podría por favor dejarlo entrar?

Felt, que había estado escondida detrás de la espalda de Subaru y apenas se asomaba por detrás de él.

Rom relajó lentamente sus hombros. Mientras Felt miraba al Rom decepcionado y a Subaru quien silbaba, dejó escapar un suspiro.

— En serio tienes una terrible personalidad, chico. Sin ser demasiado malo, es simplemente el peor de los casos.

— De todos modos, estamos entrando, Rom.

Mientras Felt pasaba al lado de Rom, todavía mirando hacia abajo, entró en la bodega de botines como si fuera su propia casa.

Rom miro en primer lugar a Felt esperando una explicación más detallada, pero fue ignorado, asi que volteo su rostro molesto hacia Subaru.

— Ella realmente marcha al ritmo de su propio tambor, ¿huh? Nosotros los individuos normales simplemente se quedan atrás, ¿estoy en lo correcto? —dijo Subaru.

— Me gustaría empezar de nuevo, donde le estaba enseñando lo que significaban palabras diferentes… De todos modos, entra —respondió Rom, con el tono de un hombre que se había dado por vencido y se lavaba las manos, antes de encoger su cuerpo gigante hacia atrás en el sótano.

Subaru siguió a Rom dentro del aire polvoriento de la bodega de botines. Tiró unas cuantas miradas cautelosas por ahí y por allá, pero, afortunadamente, no había señales de que Elsa o la no-Satella estuvieran escondidas en alguna parte.

Felt estaba casualmente sentada en la barra del bar, bebiendo un vaso de leche como si fuera suya.

— ¿Qué? Esta es la única fría que queda. No voy a dártela, dijo.

— No puedo creer que no estés molesta en lo descarada que estás actuando… Oye, anciano, ordenaré un poco de alcohol, del que tengas. Gracias —dijo Subaru.

— ¡Eres de los que hablan! ¡No lo compartiré contigo! ¿¡No te daré ninguna, oíste?! —gritó Rom corrió a través del cuarto y corrió detrás del mostrador, las tablas del suelo crujían mientras pasaba, tratando de ocultar lo que se parecía a su escondite.

La sobrerreacción de Rom era suficiente para inspirar lástima, y Subaru acababa de decir, "Estoy bromeando," con una sonrisa.

— Pues bueno, anciano. Ya hemos perdido mucho tiempo, así que antes de que nos desviemos del tema, me gustaría ir al grano.

— Tengo la sensación de que ya nos hemos salido del tema, pero… ¿qué pasa?

— Básicamente, quiero que valores algo. Me gustaría que pongas un precio a esta Mitia que tengo aquí, y garantices su valor a Felt.

Cuando Rom se dio cuenta de que la conversación se estaba convirtiendo en negocio, sus ojos grises se pusieron serios.

El anciano Rom miro a Felt, quien hizo un gesto de confirmación, antes de volver a mirar a Subaru.

Al darse cuenta de que estaba sin palabras Rom pidió ver el artículo, Subaru tomó su teléfono celular fuera de su bolsillo y se lo entregó a Rom. Parecía que el aspecto metálico del teléfono era lo primero que llamó la atención de Rom, y mientras pasaba sus dedos sobre ella se veía como un pequeño juguete en esas manos de gran tamaño.

— Así que este es un Mitia. Incluso para alguien como yo, esta es mi primera vez que veo uno de estos…

— Estoy bastante seguro de que este es el único de su tipo en todo el mundo. Además, es bastante delicado por favor, ten cuidado con eso. Si lo rompes realmente tendré que matarme a mí mismo, y no estoy bromeando con eso… Por supuesto, significa que debo empezar de nuevo.

Rom pasó un rato mirando con cuidado sobre su aspecto exterior, pero luego se abrió lentamente el teléfono de tapa. Rom se sorprendió por primera vez ya que el teléfono se puso en marcha y dejó escapar un sonido y se sorprendió por segunda vez cuando vio el fondo de pantalla del teléfono.

— Esta imagen…

— Pensé que esto sería un buen momento para usar eso. Para mostrarte las habilidades del dispositivo, puse una escena del día de Felt como fondo de pantalla.

El fondo de pantalla era una de las fotos que había tomado Subaru de Felt cuando la conoció en el callejón.

Tomó la que pensaba que parecía más linda, y dada la calidad de la imagen pensó que era bastante agradable en general.

Rom miró la imagen mientras miraba por encima a Felt, que estaba bebiendo su leche y dijo:

— Bueno, en serio me sorprendiste. No creo que haya nada más por ahí que podría dibujar una imagen tan perfecta.

— Este es un Mitia que toma un pedazo de tiempo y lo almacena. Ni siquiera se compara con una foto que alguien dibujaría, ¿verdad? Si deseas puedo tomar una tuya.

— Me interesa, pero parece algo peligroso. No te quita algo de vida, ¿verdad?

— No importa la edad y no importa en qué mundo, parece que esa superstición acerca de las fotografías persiste, ¿eh…?

Subaru hizo una débil sonrisa ante la reacción de Rom, algo que parecía que debería estar fuera del periodo Taisho, o antes, y respondió:

— Incluso si tomo una foto, vivirás con facilidad hasta que tengas ochenta más o menos.

La reacción de Felt que estaba escuchando la conversación también era linda, y así después de conseguir su permiso, Subaru tomó una fotografía de Rom y se la mostró.

— Hmm…

Rom asintió.

— Esto es ciertamente algo. Si tuviera que encargarme de esto, en términos de monedas de oro bendecidas tal vez quince… no, podría conseguir más de veinte monedas por esto. Creo que vale la pena por mucho.

El sentido de los negocios de Rom provocó; que sus ojos brillaran mientras hacía su valoración.

Mientras Subaru pensó que no estaba seguro de lo orgulloso que podría estar para obtener la aprobación de alguien en el negocio en los negocios de bienes robados, sin duda lo tranquilizo. Con confianza dilató sus fosas nasales, Subaru volteó a mirar a Felt.

— Bueno, ahí lo tienes. Esta es la carta que tengo que jugar. Como he dicho, es un valor de más de veinte monedas de oro bendecido. Así que ahora, me gustaría que este comercio para intercambiar esto por esa insignia que tienes.

— Veo que haces esa cara muy a menudo, pero realmente es molesto.

Aparentemente no estaba interesada que todo iba según el plan de Subaru,

Felt hizo una cara. Sin embargo, eso no cambia el hecho de que esta nueva información hizo que el sonido de trato sonara aún mejor para ella.

— Bueno, para ser honesta, estoy feliz de que tengo una garantía de que puedo convertir este Mitia en dinero en efectivo. Parece que ya no tengo que dudar de ti acerca de que tenga un valor de veinte monedas de oro bendecidos, de cualquier forma. Acepto la carta que jugaste.

— ¡¿Verdad?! Así que de todos modos, parece que nuestras negociaciones han ido bien. ¡Será tu trabajo venderlo, pero te deseo la mejor de las suertes! Ahora que se decidió, ¿qué les parece si vamos a alguna parte y nos servimos unas copas para celebrar nuestro éxito?

Subaru se dirigió rápidamente hacia Felt y extendió la mano para tomar la insignia, pero Felt la tomo lentamente.

— Espera un minuto. ¿Por qué tienes tanta prisa?

— La vida tiene sus límites. Tienes que apreciar cada segundo de ella como algo precioso, y es una lástima desperdiciar alguna…

— Bueno, bueno, suficiente de eso —Felt dijo eso, entrecerrando sus ojos rojos, y con una actitud tranquila atascada en el corazón de sus dudas.

— ¿Por qué quiere esta insignia en primer lugar?