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Re: zero arco 3, 4, 5.

Pueden seguir aquí después del cp25 Luego subiré el Arco 1 y Arco 2. A partir del CP 329 comienza el arco 5.

delta_zero_1153 · Fantasia
Classificações insuficientes
503 Chs

Solo queda una cosa pendiente. Parte2

_Subaru: ¡¿Saben?! ¡Normalmente no se le ocultan los detalles de un evento tan importante a las personas involucradas! ¿Acaso la gente organiza bodas sorpresa? ¿Existe algo como los funerales sorpresa? No, no existen.

Luego de haber sido llevado a una habitación para cambiarse, Subaru se quejaba mientras se quitaba su chaqueta.

Las noticias que le dio Roswaal en el comedor fueron una absoluta sorpresa para él.

—Título de caballero.

La ceremonia en la que el maestro reconocía a uno de sus subordinados como su Caballero y todos los demás aceptaban el cambio en su estatus.

Eso conllevaba muchos trámites y etiqueta, que seguramente diferían según el país y la visión de mundo. Subaru había visto muchas de estas ceremonias en manga y anime, pero era inconcebible que recordara lo que tenían en común y lo que cambiaba.

Y por supuesto, no se podía esperar que Subaru conociera la etiqueta de un reconocimiento en Lugnica.

_Subaru: Seguro que todos fueron a prepararlo todo con indiferencia, como si fuera lo obvio. ¡Quizá la maldita Annerose estaba celosa por cómo van mis avances con Emilia y está tratando de humillarme!

_Otto: Yo diría que no. Aunque, naturalmente, la estrella de un reconocimiento es el caballero que lo recibe, su maestro está obligado a informarle. Si Annerose-sama hiciera tal estupidez sin sentido, no solo te humillaría a ti, sino también a Emilia-sama. ¿Crees que una persona tan astuta como ella haría algo así?

Subaru miró a Otto, quien le ayudaba con su cambio de ropa. Se podría preguntar cómo se le podría ayudar a alguien con un cambio de ropa, pero esos atuendos ceremoniales tenían varios modos de vestir, y Subaru no los conocía.

_Clind: Natsuki-sama. La forma correcta de usar esto requiere que comience con lo que va por debajo y proceder con la parte inferior. —Buen consejo.

_Subaru: Oh, gracias. O no, en realidad, esta ropa me queda tan bien que da algo de miedo, ¿exactamente cuánto tiempo hace que se ha planeado esta ceremonia?

_Clind: Se empezó a discutir cuando usted llegó a nuestro hogar. Y una vez que estuvo decidido, se acordó hacerla luego del regreso de Roswaal-sama… Le aseguro que Emilia-sama ha estudiado y ensayado esta ceremonia muy a fondo. —Un informe.

_Subaru: ¡A buenas horas me informas! ¿¡Y por qué Emilia-tan también lo mantuvo en secreto!?

_Otto: ¿Tal vez porque habría sido incómodo? De cualquier forma, ¿en verdad no conoces ni un solo paso del proceso? Eso sería un problema.

Subaru metió los brazos en las mangas de las prendas que Clind le entregaba, sin saber qué hacer. Otto percibió el genuino desconcierto de Subaru y parecía empezar a ver los obstáculos que impedían la ceremonia.

_Subaru: ¿Verdad que sí? La ceremonia está condenada. Me alegra que Emilia-tan se sienta de esta manera y siento un honor locamente grande por recibir el título de caballero, pero estamos jodidos si la ceremonia sale mal, ¿no? Sí, será mejor que me ponga de rodillas y ruegue para que sea pospues—

_Garfiel: Pasas al frente cuando te llamen y te arrodillas frente a Emilia-sama. Desenvainas tu 'spada y se la das. Emilia-sama toma la 'spada, la pone en tu cuello y dice el juramento… luego tú aceptas el juramento. Sanseacabó.

_Subaru: …¿Qué, en serio?

Murmuró Subaru, completamente sorprendido.

Todos en la habitación miraron a Garfiel, quien se cruzaba de brazos.

_Garfiel: ¿Qué? ¿No me crees?

_Subaru: No es eso, es que me impresiona que sepas eso. Qué extraño que estés versado en eventos formales como éste…

_Garfiel: No, Capitán. No es como si yo supiera sobre eventos formales.

Garfiel agitó sus manos con asombro, pero eso no eliminó el hecho de que describió el proceso formal de un reconocimiento. Subaru frunció el ceño de manera interrogativa, y,

_Garfiel: Es que los nombramientos de caballeros son increíbles, así que lo memoricé.

_Subaru: Oh, está bien. Comprendo.

El razonamiento de Garfiel fue tan convincente que Subaru estuvo de acuerdo con él al instante.

Su poderosa mente chuuni le ofrecía ayuda incluso aquí. ¡Por supuesto que Garfiel sabía sobre los reconocimientos!… Esa era la parte persuasiva de ese argumento.

_Otto: ¿Eso concuerda con tus conocimientos, Clind-san?

_Clind: Soy poco conocedor de ese tema, pero mi conocimiento coincide con lo que acabo de oír. Inclino mi cabeza ante el dominio de Garfiel-sama. —Claridad sucinta.

_Otto: Pero eso suena como si también conocieras el procedimiento… no, da igual. Olvida ese comentario.

La vida de Otto consistía en golpear nidos de avispas y ser atacado por demonios en vez de avispas.

Nadie que hubiera presenciado el misterioso brillo que tenía el monóculo de Clind habría criticado a Otto por haberse retractado.

En cualquier caso, Subaru se alisó las arrugas de su ropa y se colocó la chaqueta para comenzar a adornarla con las ornamentaciones requeridas.

_Subaru: Este traje es increíble. Me tomó muchísimo tiempo acostumbrarme al uniforme de mayordomo, pero no creo que alguna vez me acostumbre a este aspecto.

_Otto: No tendrás suficientes oportunidades de usarlo como para decir que te "acostumbrarás". Sería diferente si estuvieras entrando a la nobleza… aunque, supongo que no está claro lo que deparará tu futuro.

_Subaru: ¿Y eso que significa?

_Otto: Que Emilia-sama está en dicha escala social. Teniendo en cuenta que la estás siguiendo, sospecho que asistirás a bastantes eventos de esta clase. Después de todo, este atuendo fue diseñado muy específicamente.

Mientras sentía admiración por la intervención de Otto, pensar en el futuro deprimía a Subaru.

Al imaginar esos eventos formales, su corazón se estremecía; gracias a su ineptitud para permanecer estoico. Aunque esas preocupaciones solo tendrían sentido si lograba superar la ceremonia que estaba a punto de ocurrir.

_Subaru: Maldito Roswaal. Apuesto a que lo mantuvo en secreto a propósito para poder reírse de mí…

_Garfiel: Enfadarte no te ayudará, Capitán. Ahora repite lo que mi asombroso ser dijo para 'star seguro de que no lo olvidas.

_Subaru: Me arrodillo, desenvaino la espada, se la entregó a ella y acepto el juramento. He ido a dos ceremonias de graduación, al menos puedo memorizar esto.

La diferencia era que había asistido a esas ceremonias después de practicar correctamente para ellas.

_Subaru: Sé que es tarde para decirlo, pero si esto es un reconocimiento, todos los caballeros imperiales deben haberlo hecho.

_Otto: No solo los caballeros imperiales, sino todos los que tienen el título de Caballero. Aunque creo que es poco común hacer caso omiso de todos esos requisitos y comprometerse directamente con un maestro. Por lo general, deberías jurar lealtad a la nación antes de elegir un maestro.

_Subaru: Con que esa es la diferencia entre servir a la nación y servir a una persona. Creo que está bien servirle a una persona.

En cualquier caso, aunque dijera "Soy un Caballero", no se sentía como tal.

Subaru se había proclamado múltiples veces como el "Caballero de Emilia". Insistió en ello.

Aunque sabía que su falso título se volvería genuino, no podía aceptarlo propiamente. Además, se preguntaba cómo exactamente lo cambiaría el hecho de ser reconocido como Caballero.

_Subaru: Ahora por fin has terminado de ponerme esta ropa de verdad. En serio, esto me queda perfecto, ¿cuándo tomaste mis medidas?

_Clind: Todos los días, entre pausas en su consciencia. Ya había confirmado que le quedaba bien, pero me alegra verlo usándolo. —Superposición espléndida.

_Subaru: No me sorprenden las medidas, pero, ¿cómo confirmaste que me quedaba bien? ¿Acaso he usado este traje antes de alguna forma?

Clind sonrió sin responder y llevó a Subaru, que había terminado de vestirse, frente a un espejo.

Mientras Subaru se encontraba reflejado en el espejo de cuerpo entero, su respiración se detuvo.

Llevaba un traje ceremonial negro que, obviamente, superaba su posición social, decorado de forma opulenta, pero no escandalosa. Sin importar cómo posara Subaru, las cautivadoras prendas lo hacían lucir bien. Y cuando se mantenía serio, era un atuendo perfecto para ceremonias formales.

Pero, definitivamente, daba la sensación de que Subaru era inferior al atuendo.

Algo no se sentía bien, como si estuviera asistiendo al Shichi-Go-San o algo por el estilo.

Aun así—

_Otto: Sí. Te queda mejor de lo que esperaba.

_Garfiel: Es como si la ropa te trajera puesto a ti, pero no 'stá del todo mal. Puedes relajarte, Capitán.

_Clind: De hecho, le queda muy bien. La impresión que tiene Emilia-sama de usted seguramente llegará a alturas aún mayores. —Agrado aumentado.

_Subaru: ¿En serio piensan eso- ¿Honestamente piensan eso?

Subaru se acomodaba el cuello una y otra vez mientras miraba con sospecha a Otto, quien, a pesar de su franqueza, no se burlaba de la apariencia de Subaru.

Pero la expresión de Otto permanecía igual, y miraba a Subaru con orgullo. Ni siquiera Subaru podía responder a eso.

_Garfiel: Mira, toma esto, Capitán.

Ninguna trivialidad causaría un cambio dramático.

Subaru suspiró mientras se daba la vuelta y Garfiel le entregó una espada de caballero. Subaru la aceptó reflexivamente, y el delgado objeto hizo que contuviera el aliento.

_Clind: Habría sido mejor que usara su propia espada, pero como no tiene ninguna, nuestro hogar provee ésta. Puede quedársela si quiere. —Su regalo.

_Subaru: Una espada de caballero... eh. Y es real, ¿cierto?

_Otto: Dudo que algún día encuentres una espada de madera con tal artesanía tan excelente. Solo un niño se alegraría con algo as— ¿Eh? ¿Estoy sintiendo una nueva oportunidad de negocio…?

Mientras vislumbraba el posible comienzo de poner espadas de madera en las tiendas de souvenirs en un mundo paralelo, Subaru sentía el peso de la espada en sus manos.

Ésta no era la primera vez que sostenía una espada.

La última vez fue cuando ocurrió el incidente de las mabestias en la aldea de Arlam, cuando fue a las montañas con Ram para buscar a Rem. Aceptó una espada de la brigada de hombres de la aldea, y la blandió sin siquiera pensarlo.

La espada se rompió antes de que pudiera usarla para pelear con alguna mabestia y, aunque no fue decisivo, le proporcionó a Subaru su primera experiencia apuñalando a un ser vivo con una espada, cosa que nunca había hecho antes.

Esta espada debía ser más delgada y ligera que la de aquella vez, pero el peso que sentía en sus manos estaba más allá de toda comparación.

_Subaru: …

Inconscientemente tragó saliva, con un sentimiento de presión en su pecho.

El peso de la espada de ese día y ésta era completamente diferente.

Y Subaru sabía que el propósito de esta ceremonia era reconocer ese hecho.

_Otto: —Natsuki-san. Vendré a llamarte antes de que comience. Le haré la última revisión a tu ropa, así que procura mantenerla en orden.

_Subaru: …Entendido.

Otto debió notar el cambio en la expresión de Subaru, y sintió que estaba empezando a enfrentar adecuadamente la ceremonia.

Habiendo dicho eso, Otto y los demás se retiraron de la habitación.

_Subaru: …

Luego de haber sido dejado solo en la habitación, Subaru arrastró una silla que tenía cerca y se sentó frente al espejo.

Con la espada en sus manos y viendo su reflejo en el espejo, se sumergió en sus pensamientos.

Caballero. El peso del título presionaba los hombros de Subaru.

¿Acaso Subaru había considerado alguna vez el significado de esa palabra que usaba tan frívolamente?

Naturalmente, lo había dicho completamente en serio antes. No iba a usar esto como un escudo para ocultar su imprudencia al autoproclamarse como el caballero de Emilia.

Sin embargo,

_Subaru: Julius, Reinhard.

Subaru pensó en el más alto nivel de los caballeros en el país.

Uno es el Caballero de Caballeros. El otro es el Caballero Impecable.

Ellos eran el orgullo de los caballeros, y el símbolo de todo lo caballeroso.

Cuando Subaru se autoproclamó como caballero, ignorando estos hechos, Julius le dio un golpe cargado de verdad.

_Subaru: Lo que un caballero necesita es poder y lealtad… Creo que es eso.

Si esos eran los requisitos, entonces Subaru aún no era apto para ser un caballero.

Los sentimientos de Subaru por Emilia no eran nada tan majestuoso como la fidelidad.

Era incapaz de hacer cosas por sí mismo y no tenía las capacidades promedio, ni siquiera con la ayuda de Beatrice.

Tanto su poder como su fidelidad eran tan insuficientes como siempre.

Pero ahora tenía la voluntad de la que antes carecía.

No era fidelidad, pero su fuerza era comparable.

Tal vez carecía de poder, pero tenía el espíritu para compensar lo que le faltaba.

No podía cambiar el hecho de que se sentía demasiado extraño ser llamado caballero, pero eso era lo que hacía a Subaru ser Subaru.

Natsuki Subaru se adaptaba a cualquier cosa tan magnífica como ser caballero.

_???: Vaya. Parece que no era necesario que yo viniera, de hecho.

Ocurrió mientras Subaru se veía en el espejo, después de haber resuelto aquel punto.

Vio una pequeña silueta de pie junto a él, inclinada hacia adelante como él. La chica reflejada a su lado en el espejo, con sus largas y extravagantes coletas, era Beatrice.

_Subaru: Me estoy vistiendo. Loli pervertida.

_Beatrice: Ya estás vestido, supongo. Y me pidieron que viniera a hacer algo ya que te veías persistentemente inseguro, de hecho. Así que tuve que pasarme por aquí para darte una palmada en la espalda, supongo. —Pero parece que no era necesario, de hecho.

_Subaru: Esos chicos…

¿Quién fue el entrometido? ¿Otto? ¿Garfiel? ¿Quizá incluso Clind? O tal vez eran todos ellos, lo que hizo que Subaru sonriera amargamente ante lo probable que era.

En efecto. No había nadie mejor para darle una charla motivacional a Subaru en este momento que Beatrice. Ella era la mejor opción. Así que dejaría que ella lo cuidara.

En consecuencia, verlo mejoró la expresión de Beatrice, mientras ella se retractaba sobre la inutilidad de su presencia.

_Subaru: Mi espalda.

_Beatrice: ¿…?

_Subaru: Si me vas a dar una palmada, por favor hazlo. Siento que he solucionado algunas cosas… pero aún necesito ese empujón final.

Los ojos de Beatrice se abrieron de par en par, impresionada.

Su expresión era tan increíblemente cariñosa que Subaru tuvo que evitar reírse,

_Subaru: Hazlo, por favor.

_Beatrice: No tienes que preocuparte… Yo no estoy preocupada, supongo.

_Subaru: No lo digo por preocupación. Solo pienso que, sin importar quién te de esa palmada en la espalda, eso termina siendo el empujón final. Y si tengo que elegir quién será esa persona, quiero que seas tú.

_Beatrice: …

_Subaru: Quiero que me des una palmada en la espalda y seas la fuerza final que necesito para ser el caballero de Emilia. Así me sentiré más yo mismo.

Puede que lo haya dicho sólo para conseguir paz mental, pero ¿qué tenía de malo la paz mental?

Quizá sólo era una cuestión de cómo se sentía. Pero eso sólo lo hacía más legítimo; naturalmente ella debería hacer que se sintiera mejor.

Porque el corazón siempre se expresa con el lenguaje más sencillo.

_Beatrice: E-Eres un tonto sin remedio. No serías nada sin Betty, supongo.

_Subaru: Sí, exacto. Soy completamente inútil sin ti. Y cuando estoy contigo, soy inútil, pero en niveles normales.

_Beatrice: ¡Eso significa que sigues siendo inútil, de hecho! ¡Es pura descortesía, supongo!

_Subaru: Y ahora este tonto inútil será el caballero de Emilia y gradualmente dejará de ser tan inútil. Y cuando esté al borde de la inutilidad, serás mi esperanza.

Subaru se levantó de la silla y acarició vigorosamente la cabeza de Beatrice.

Beatrice lucía insatisfecha con esa caricia, pero no hizo ningún movimiento para detenerlo ni se quejó de ningún modo.

_Subaru: …

Después de tranquilizarse acariciando a Beatrice, Subaru se giró lentamente, mostrándole la espalda.

Sin ninguna duda, ella entendió lo que eso significaba.

Ella suspiró tenuemente, preparándose.

_Beatrice: ¡—Funryaah, de hecho!

_Subaru: ¡—!

Acompañado de un adorable grito, el sonido de su palmada atravesó la habitación.

El impacto de su pequeña mano ardió más de lo que Subaru esperaba. Y una sensación aún más grande recorrió todo su cuerpo.

_Subaru: Caramba, eres sorprendentemente fuerte.

_Beatrice: No me pasé los días cargando esos grandes y pesados libros para nada, supongo.

Oír a Beatrice presumiendo sobre eso hizo que Subaru recordara todo el tiempo que ella estuvo en la Biblioteca.

Porque Beatrice siempre estaba leyendo libros tan grandes que podían ocultar su pequeña figura. Hoy era el día en que ella mostró los efectos de estar cargando constantemente todo ese peso.

Aunque Subaru no estaba muy seguro de que los ejercicios musculares tuvieran algún efecto en los espíritus.

_Subaru: Hemos descubierto inesperadamente a una maga musculosa. Massive Beako.

_Beatrice: Sospecho que acabas de usar un adjetivo increíblemente terrible para describirme, de hecho.

_Subaru: Sólo es tu imaginación. Por cierto, eso en serio me motivó. Gracias.

_Beatrice: …Eres mi contratista, es obvio que haga algo como esto, supongo.

Beatrice, un poco sonrojada, apartó sus ojos de Subaru.

Eso hizo que Subaru quisiera acariciarla de nuevo. Pero antes de que su mano llegara hasta ella—

_Clind: —Natsuki-sama, ya casi es hora. —Su preparación.

—Clind tocó la puerta y apareció, llamando a Subaru.

Al notar el tiempo corriendo, Subaru tragó saliva, por los nervios.

Pero su rostro y sus extremidades no se sentían tan rígidos como esperaba. Los nervios acumulados se liberaron de buena manera y elogió en voz baja la increíblemente efectiva palmada de Beatrice.

_Clind: También se preparó una silla para usted, Beatrice-sama. Como también asistiré, agradecería con el mayor de los aprecios que pueda aceptar mi presencia. —Su comprensión.

_Subaru: De acuerdo, lo entiendo. Por favor no te rías si lo arruino.

_Clind: Sus deseos son órdenes. —Solemnidad total.

Clind se quedó esperando fuera de la habitación para escoltar a Subaru, quien suspiró y se chasqueó el cuello.

Él se giró para mirar a Beatrice, sin estar muy seguro de lo que debía decir.

_Subaru: Bueno, me voy.

_Beatrice: Como deberías, de hecho.

Fue una interacción simple, pero suficiente.

Las palabras y acciones de ella ya le habían dado a Subaru más que suficiente.

_Beatrice: —Subaru.

Pero justo al final del final, Beatrice detuvo a Subaru una última vez.

Justo antes de que abandonara la habitación, Subaru se giró para ver a una Beatrice sonrojada,

_Beatrice: Ese traje te queda genial, supongo.

Y así, Beatrice le otorgó la última pizca de confianza que necesitaba.