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Naruto: Cimientos Inquebrantables

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Sinopse

Shin Gokan proviene de un clan donde es uno de los ultimos sucesores. Es un ninja de Konoha con una fuerte moral y gran empatía, criado en una buena familia y rodeado de amigos. Está decidido a encontrar su propio Nindo, proteger a su aldea y a sus seres queridos, y, sobre todo, descubrir que significan los extraños sueños de enormes bestias que lo han acompañado desde su niñez. Tambien sera publicado en FanFiction y Webnovel en español, en FanFiction, Royal Road y Web Novel en Ingles, Bajo el mismo nombre Todos los derechos de Naruto reservados para Masashi Kishimoto, solo soy dueño de los personajes originales Mas information de la historia revisar Capitulo 0

Chapter 1Capítulo 1

En medio de un bosque, mientras una lluvia incesante caía, se encontraba un escuadrón de ninjas de Konoha huyendo a máxima velocidad.

Miré hacia atrás. Dado que la lluvia afectaba mucho el rango de mi audición, mi visión era más fiable; aún no veía a los que nos perseguían. Seguí saltando entre los árboles; en mi interior, maldecía a Hanzo y a sus ninjas. Usar todo un pueblo como carnada para atraer a un equipo de ninjas es de lo más bajo, incluso para ellos. Traté de no pensar en los civiles que murieron en el enfrentamiento inicial y seguir adelante.

Mi -Clon de sombra-, que dejé atrás de nosotros, fue eliminado. Supe entonces que nos perseguían seis ninjas y que estaban cerca.De la emboscada, solo logramos escapar nosotros tres, todos miembros de mi equipo: Sora, un viejo amigo de la academia, que apenas tenía la fuerza necesaria para hacer frente a dos Genin, y Aoi, un recién egresado de la academia. Yo podría combatir contra un Chunin, pero si está junto con Genin, solo podría retrasar lo inevitable.

Somos más lentos que ellos y hemos usado mucho chakra para escapar. Tenemos que enfrentarlos y al menos reducir sus números, o hacer que gasten chakra.

"Síganme", les dije, cambiando de rumbo y buscando un buen punto para una emboscada.

Cuando encontré un lugar adecuado, me detuve. "Sora, coloca -Sellos explosivos- en los árboles, en forma de círculo", le dije, mientras le entregaba más sellos. "Aoi, tú ponlos detrás de esta área", le indiqué mientras esparcía -Hilos de alambre-, uno de mis favoritos para trampas. Esperaba al menos conseguir eliminar a algunos con ellos.

"¿No sería mejor seguir huyendo?" preguntó Aoi.

"Están cerca y son más rápidos. Tú no eres tan rápido como nosotros, no podemos usar todo nuestro chakra con el -Jutsu de Cuerpo Parpadeante- para huir. No sabemos si hay más enemigos adelante o si, igual, nos alcanzarán porque tienen más chakra".

"Terminé", dijo Sora.

"Tú y Aoi escóndanse detrás de ese arbusto. Hay que hacerles pensar que estamos tratando de escondernos, no que estamos preparando una emboscada. Estén listos para moverse; nos atacarán desde lejos con jutsus o shuriken". Aún no había terminado, pero pude detectar sonidos de los árboles; estaban cerca.

"Prepárense, son al menos seis".

Me escondí usando -Elemento Tierra: Jutsu de Ocultación como un Topo- y activé -Gokan: Jutsu de la Vibración Terrestre-, que me permite tener más percepción de lo que pasa bajo tierra. Con mi nivel de maestría, puedo detectar un poco lo que ocurre en los árboles también.

Al parecer, no se acercarán como supuse; por su formación, tienen un líder al menos, que debería ser un Chunin. No hay más opción que comenzar fuerte el enfrentamiento. Comencé a hacer los sellos de mano para mi jutsu más fuerte, -Elemento Fuego: Técnica de Fuego del Fénix Sabio-, que me permite lanzar bolas de fuego desde la boca a gran velocidad, además de controlar su dirección brevemente. Esperaba una vibración que indicara que habían comenzado a atacar a Sora y Aoi.

Al instante en que ocurrió, el ataque comenzó. Salí y escupí las bolas de fuego, tratando de encerrarlos; mi idea era dañar lo más posible o llevarlos a los alrededores. Noté que Sora y Aoi lanzaron -Sellos explosivos-. No me sorprendió que el líder fuera el primero en esquivar. Tratando de controlar lo más que pude las bolas de fuego, alcancé a matar a uno y quemar gravemente a otro. Apenas vi que pensaron que lo habían esquivado, usé hilos de acero para mover los shurikens escondidos dentro de las bolas de fuego, alcanzando a herir a dos y eliminar a otro.

Hubiera estado más contento de eliminar tres enemigos con un jutsu si no fuera porque vi a dos ninjas nuevos acercándose desde más atrás. En medio segundo pensé qué hacer y solo me quedó tomar una apuesta.

Toqué mis brazaletes y usé -Summoning: Lightning Flash Blade Creation-. Aparecieron tres kunai en cada mano con sellos explosivos, conectados por un hilo. Los lancé esperando que la mayoría esquivara hacia atrás y se juntara con sus compañeros que estaban llegando.

Salió a mi favor; la mayoría se posicionó donde quería. Activé las trampas de -Hilos metálicos-, atrapando sus piernas en el lugar. Usé chakra para poder gritar con fuerza: "¡SORA!"

Al segundo se activaron todos los -sellos explosivos- en los árboles, creando una nube de humo en forma de círculo. No sé cuántos atrapé, pero seguro que un par murió o están fuera de combate.

Vi que dos salieron directos a enfrentarse con Sora y Aoi. Quise interrumpir, pero noté a alguien cerca saliendo del humo. Corrí hacia él, lanzando varios shurikens en su dirección, que, a pesar de estar aturdido por las explosiones, bloqueó con una kunai y esquivó.

Cuando me acercaba a él con kunais en cada mano, dio su primer golpe. Usé los hilos que tenían los shuriken que lancé anteriormente para atraparlo por un momento, lo suficiente para cortarle la garganta.

Escuché que alguien más salía en dirección a Sora. Lo detuve obligándolo a bloquear las kunais que lancé y lo enfrenté en taijutsu, esperando que dejara una apertura. De la nada, escuché que algo se acercaba desde mi espalda. No tuve otra opción más que recibir un golpe y bloquear la kunai que blandía mi enemigo con mi protector de brazo para poder saltar; aun así, no pude evitar todos los shurikens. Algunos me alcanzaron en la pierna y uno se clavó detrás de la rodilla derecha.

De inmediato me posicioné para que el ninja de Amegakure estuviera entre el que lanzó los shurikens y yo. Al parecer, el que había quemado en mi ataque inicial no estaba fuera de combate; podía usar un brazo a pesar de tener medio cuerpo quemado.

Pasaron pocos segundos de combate; sentí que la herida en la rodilla era seria y no podía moverme bien. Poco después vi un torrente de agua salir por los aires; si Sora estaba usando ese jutsu con poco chakra, significaba que estaba en las últimas.

La situación no era buena; no podíamos prolongar el combate en territorio enemigo. Después de unos segundos peleando, sabía que no podía salir de aquí rápido. Entre combatir con un ninja de frente y evitar shurikens, me demoraría demasiado en obtener una victoria.

Tenía que crear una oportunidad. "¡Maldición!" grité, poniendo mi mejor cara de desesperado.

Saqué un -sello explosivo- en mi mano y traté de acercarme a mi enemigo.

"Tú vendrás conmigo". Por suerte, se asustó, retrocediendo mucho, dándome tiempo para, con mi otra mano, lanzar mi kunai a la cabeza del ninja quemado. Esquivó la primera kunai, pero no la segunda, oculta en la sombra de la primera kunai. -Jutsu: Sombra Shuriken- me seguía salvando, aún tantos años después de la academia, cuando lo aprendí.

Tiré el -Falso sello explosivo-  de mi mano a la cara de mi último oponente para ganar tiempo. Regresé a luchar con taijutsu hasta que vi la oportunidad. Lancé una de las kunai en mis manos; esquivó hacia la derecha, lo que me dio el alcance suficiente para sacar mi katana de mis brazaletes y apuñalarlo en el pecho. No fue un golpe mortal, pero ya era una herida grave. A los pocos segundos de combate intenso, comenzó a cometer errores. Seguimos así hasta que pude decapitarlo.

Traté de tomar un respiro, apoyándome en mi katana para no poner peso en mi pierna herida; sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que vi a otro ninja enemigo acercarse. Maldije por nuestra mala suerte.

Tenía unos segundos para pensar. Estoy muy herido para seguir luchando cuerpo a cuerpo, así que shuriken jutsu y ninjutsus era lo que me quedaba. Tengo que hacer esto rápido; debo vendar mis cortadas pronto, sigo perdiendo sangre.

Esperé a que se acercara con mi katana en mano, apuntando. Cuando estaba a pocos metros, tiré varias bombas de humo y regresé mi katana a su sello. El humo no duraría mucho en esta lluvia, pero necesitaba una distracción. Aunque esta lluvia infernal afecta mi audición, si uso chakra activamente en mis oídos puedo mitigar los efectos, no tendré problemas al pelear sin visión.

Lancé kunais sin parar por unos segundos; luego comencé a lanzarlos a diferentes velocidades y ángulos mientras me movía. Hasta que vi una oportunidad: lancé shuriken con hilos a su derecha e izquierda, encerrándolo. Tuve que usar chakra para hacer esto lo más rápido posible y fortalecer los hilos para evitar que los cortara.

Salté hacia atrás, lo atrapé con los hilos y lo atraje hacia mí. Solté los hilos e hice un sello de mano.

-Jutsu Elemento Fuego: Bala de Fuego-

Escupí dos balas de fuego; una le cercenó el brazo y otra atravesó su pecho. Debido a la fuerza con la que lo arrastré hacia mí, su cadáver me golpeó y caímos al suelo.

Hice su cuerpo a un lado y me tomé un momento para vendar mis heridas. Por ayudar tantas veces a Yumi y por vendar a otros en esta guerra, mi experiencia era vasta; me tomó poco tiempo arreglarme. Mi única herida importante es la de atrás de mi rodilla.

Cuando fui a ver a Sora y Aoi, la situación estaba mal. Sora estaba perdiendo el combate, se mantenía a la defensiva, de seguro ganando tiempo, y por el charco de sangre cerca del cuerpo de Aoi, supuse que estaba muerto.

Lancé unos shuriken y kunais al ninja enemigo para alejarlo de Sora.

Cuando lo hizo, Sora gritó algo entre exhalaciones de cansancio que heló mi sangre:

"¡CHUNIN!"

Mientras se desataba la Segunda Gran Guerra Shinobi en la Tierra de la Lluvia, en Amegakure, en la Aldea Oculta entre las Hojas, Konoha, una mujer luchaba contra su tormento en un hospital. Sus gritos de dolor, junto con las instrucciones de la doctora, inundaban la habitación.

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Solo sentía un dolor intenso en mi vientre. Los gritos de la doctora, hace minutos, sonaban como murmullos. No es que necesite saber qué hacer; también soy médico.

No sé cuánto tiempo pasó; mi vista se nublaba y sentía como si mi cuerpo me gritara que descansara. A pesar de que sabía que si lo hacía moriría uno de los dos, no pude evitar pensar en Byu, en sus últimas palabras diciendo que nos traerá recuerdos cuando regrese, hablando como si fuera a un viaje y no a una guerra.

No pude evitar sonreír, lo cual creo que hizo pensar a la doctora que estaba alucinando, por la expresión en su cara.

"Un último empujón", me repetía. No dejaría que todo terminase así; después de tanto dolor, recibiré a Byu con nuestro hijo, sin importar qué. Nos prometimos que lo criaríamos con amor, los dos.

No sé cuándo escuché el llanto de mi hijo, pero sí recuerdo el alivio que me produjo. Todo se tornó negro; mi último pensamiento era que si los dioses fueran justos, no me dejarían morir sin ni siquiera ver a mi hijo.

________________

En la sala de espera se encontraba un hombre alto de 1,90 m, de cabello negro con destellos blancos, una cara tosca y de buena musculatura. Estaba inquieto, aunque trataba de calmarse, cosa que no conseguía por el movimiento constante de sus piernas.

Fue hasta que vio a una doctora salir que se movió tan rápido que parecía haberse teletransportado frente a ella.

"¿Mi hija, cómo está? ¿Está bien el bebé?" dijo casi gritando frente a la doctora.

La doctora, acostumbrada a las acciones de los ninjas, no se sorprendió. Solo se apartó un poco de él y dijo:

"El bebé está bien y sano. Dentro de poco lo podrá ver. Sin embargo, hubo complicaciones en el parto". Hizo una pausa.

"La señora Yumi fue trasladada a la zona de emergencias; perdió mucha sangre y chakra en el parto".

La cara del hombre no pudo siquiera sonreír al saber que su nieto había nacido sin problemas; no podía evitar maldecir. Su hija había pasado por mucho para que ahora le arrebaten la posibilidad de tener su familia.

"Doctora, no importa el costo. Si es necesario traer un jounin, lo pagaré. Ella tiene que estar a salvo a cualquier precio", dijo, pero antes de que pudiera seguir, la doctora lo interrumpió:

"Señor Ren, no hay nada que hacer. Sus venas de chakra aún son inestables por el parto; hay que esperar para poder usar -jutsus- médicos en ella".

"No hay..."

"Solo hay que esperar. He tratado casos así antes, y muy pocos terminan de manera fatal, en especial con ninjas de rango Chunin. Cuando esté estable, le informaremos. Alguien vendrá por usted cuando pueda ver a su nieto". Apenas terminó de hablar, se fue; en época de guerra los médicos nunca andan libres.

Ren se sentó a esperar, ansioso, tratando de recordar todos los nombres de los dioses para pedirles a todos que su hija estuviera a salvo. Al menos uno tendría que funcionar.

No fue hasta que lo llamaron para ver a su nieto que se detuvo. Se percató de que había pasado media hora desde el parto. Apenas vio a su nieto dormido, no pudo evitar sonreír; no hubiera creído vivir hasta poder ver a su propio nieto.

Otra razón para estar agradecido de haber seguido el consejo de Yumi de entrar al Cuerpo de Fuinjutsu y al Equipo de Barreras. Desde entonces, ha tenido que estar menos en misiones peligrosas hasta poder retirarse del servicio activo.

Sin embargo, la alegría le duró poco. Al ver a su nieto, no pudo evitar pensar que el destino de sus dos padres era incierto, con Yumi en emergencias y Byu en la guerra. En verdad rogaba a los dioses que no fuera su labor volver a criar nuevamente a un huérfano.

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Ninjas, conocidos como asesinos silenciosos a sueldo, entrenados para ser la última defensa entre los -Daimyos- de los grandes países, la más alta nobleza. Suelen ser odiados, respetados y temidos por todos. Se dice que muchos poseen mala suerte debido al mal karma que cargan por la cantidad de sangre en sus manos.

En una noche de luna llena ocurrió algo casi insólito: el nacimiento de un bebé que trajo suerte a sus padres. La madre, Yumi, se recuperó de manera milagrosa en apenas unos días, logrando que su circulación de chakra mejorase. Poco después, se supo que el padre, Byu, se había salvado de una emboscada, siendo uno de los pocos supervivientes.

El nacimiento de un bebé, el nacimiento de Shin Gokan, sería un presagio de buena fortuna para su familia, y se convertiría en una bendición para todos los que lo rodearan.

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