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Historias de Fantasmas de la Universidad de Magia

Estábamos sentados formando un círculo dentro de una habitación tenuemente

iluminada. Para ser preciso, mi habitación en el dormitorio de hombres.

Éramos cinco personas: Zanoba, Julie, Linia, Pursena, y yo. Tenues luces de varias velas

proyectaban sombras sobre nuestros rostros.

Pursena levantó una vela desde su lugar sentada en medio de la oscuridad. "Mi nombre

es Pursena Adoldia. Soy candidata al próximo jefe de los Doldia, y una usuaria de magia de

sanación extremadamente hermosa. Permítanme contarles una historia espeluznante de mi

vida."

Era verano, o sea el momento perfecto para unas buenas historias de fantasmas.

Por supuesto, esa tradición no existía en este mundo, pero yo la propuse para probar.

Básicamente, yo sugerí que nos divirtiéramos contando historias de terror para asustar a Julie.

No estaba en mis planes invitar a Linia y Pursena, pero también terminaron asistiendo.

Al principio, Julie se estaba aferrando a la manga de Zanoba con una expresión de terror

en su rostro. Eso tenía sentido, ya que el punto de esto era asustarla. Sin embargo, ahora ella

era la viva imagen de la serenidad. Verán, ninguna de las historias hasta ahora habían sido

particularmente aterradoras.

Para su información, yo había contado una historia sobre mi propio mundo, mientras

Zanoba había hablado sobre un gigante de un solo ojo. Linia recordó cómo ella se había

comido un pescado desconocido en el Gran Bosque durante la temporada de lluvias,

terminando con dolor de estómago. Ella había pasado todo un día temblando de dolor, y el

día después de que tomó medicina, un parásito de dos metros había salido desde su trasero.

Esa de seguro era una historia de terror, a pesar de que en un sentido poco convencional.

A mí me aterró mucho. Aunque Julie parecía completamente indiferente. Ella dijo algo sobre

que los dolores a causa del hambre eran peores que un dolor de estómago.

Asustar a Julie era trabajo de nuestra última narradora, Pursena. Para ser franco, yo no

tenía muchas esperanzas. De las dos delincuentes, ella era la más blanda, y tierna; no esperaba

escuchar una historia de terror saliendo de sus labios.

"Un día," comenzó a decir ella, "fui hacia la carnicería de la ciudad para recoger una

carne que había ordenado."

"¿A qué te refieres con un día?" intervino Linia. "Eres tan cerda que vas todos los días,

miau."

"¡Tú, cállate!" Pursena infló sus mejillas de lo ofendida que se sentía. "Esta es una

historia especialmente aterradora. ¡De hecho, es mejor que todos vayan al baño primero, para

que no se hagan encima!"

El comentario de Linia había agregado realismo a la narración de Pursena.

"Supongo que el carnicero no estaba recibiendo tantos clientes en su tienda debido a la

lluvia," continuó ella. "Ellos me dieron algo de lo que no se vendió."

Yo más o menos sabía hacia dónde iba la historia, ya que sonaba muy parecida a la

historia de Linia. Pursena comería carne podrida y terminaría con dolor de estómago. Cielos,

estas chicas solo pensaban en comida.

"Después de recibir una cantidad tan grande de carne, yo caminé a casa completamente

complacida. Pero, de regreso a casa, de pronto me di cuenta de algo. Si tenía tanta carne,

debía al menos compartir un poco con el Jefe."

"Un juicio sabio de tu parte, miau," dijo Linia.

"Mi juicio siempre es bueno."

La historia había dado un giro inesperado. ¿Cómo es que yo era un personaje?

"Llevé la carne hacia la habitación del Jefe… ¡En otras palabras, a este preciso lugar!"

Ajá. Ella tenía la intención de usar esta habitación como recurso argumental. Ahora que

lo pienso, este lugar se sentiría mucho más aterrador si Pursena lo conectaba a un evento

extraño. Al final, ella podía decirle a Julie algo como, "¡Mira detrás de ti!"

Tal vez yo podría terminar aterrado con su historia.

"Las chicas generalmente no tienen permitido entrar a este dormitorio," continuó

Pursena. "Así que escalé la pared y me aferré a la ventana."

Linia parpadeó de la sorpresa y se quedó en silencio. Ella podría ya conocer esta historia.

"Abrí la ventana, tratando de no hacer ruido, y miré en el interior. En ese momento fue

cuando lo vi." Pursena hizo una pausa, y su mirada se posó sobre mí. "Usando solo su ropa

interior, bailando como un loco por todos lados con un par de bragas en sus manos… ¡Así

es, era el Jefe!"

Ah, es cierto. Recuerdo que algo así ocurrió hace no mucho tiempo. Pursena había subido

hasta la ventana mientras yo terminaba mi entrenamiento post-plegaria.

"Mientras yo estaba ahí, congelada, el Jefe se dio la vuelta hacia mí y dijo…" Los ojos

de Pursena se abrieron de par en par, y su cola terminó tan rígida como un palo. Con una voz

espeluznante, ella gritó, "¡Así que lo visteeeeeee!"

Vamos. Yo no había sido tan intimidante. Fue más como, "Ah, ¿viste eso? Cielos,

Pursena. ¡Sí que eres una pervertida, jaja!"

"¡Hiii!" Chillidos alarmantes salieron de Linia y Julie.

Con sus ojos todavía abiertos de par en par, Pursena apartó lentamente su mirada de mí,

dirigiéndola hacia el templo que contenía el cuerpo sagrado de Dios. Ella contuvo el aliento,

mirando directamente frente a ella. Luego, de forma abrupta, ella se puso de pie y abrió de

golpe las puertas del altar.

La reliquia sagrada de Roxy descansaba en su interior.

"¡Aaaaaaugh!" aulló de forma espeluznante Pursena.

"¡Hiiiiiiiii!" Julie la siguió con un grito ensordecedor. Las lágrimas comenzaron a bajar

a través de su rostro, y no pudo evitar aferrarse a Zanoba. A juzgar por su expresión, ella

estaba al borde de orinarse encima. ¿Por qué la reacción tan exagerada?

"Eso fue realmente aterrador, miau…" Linia había terminado en una esquina de la

habitación, con su expresión retorcida del miedo. Pero, de nuevo, ¿por qué?

"Nunca habría anticipado ver eso…" Zanoba también estaba pálido. Él estaba agarrando

los hombros de Julie, como para protegerla de mí.

¡Que alguien por favor me diga por qué!

"Eso concluye mi historia. El solo hecho de recordarlo me causa escalofríos." Pursena

cerró la puerta. Su rostro, como el de los demás, estaba mortalmente pálido.

"Oye, Pursena," dije.

Después de un segundo, ella dijo, "¿Qué sucede, Jefe?"

Yo fruncí el ceño. "¿No pensaste que yo podría enojarme contigo por compartir eso?"

"Ah." Pursena se puso rígida brevemente, y su cola se metió entre sus piernas. Ella debe

haberse concentrado tanto en su objetivo que olvidó todo lo demás. "¡Hii! N-no lo pienses

mal. No estaba tratando de burlarme de ti. L-lo siento mucho."

Este fue el comienzo de la experiencia más aterradora de la vida de Pursena.