Lonemoon le echó un vistazo al Chef y suspiró.
—¡No te preocupes, ya le daremos su merecido a ese bastardo Dios Demonio algún día!
—Está bien que la Maestro esté aquí —Yi Qing no sonaba como alguien que estuviera interesado en vengarse en absoluto—. ¡No me importa dónde estoy!
¿Oye, puede aferrarte a tus principios? Lonemoon otra vez sintió un sabor amargo en el aire.
—La hermana mayor de Shen Ying nos mandará de vuelta pronto —Lonemoon se volteó hacia Shen Ying—. ¿Cierto?
—¿Eh? —eso podría no ser así.
—¿Qué '¡eh!'? —Lonemoon volteó los ojos—. ¿No quieres volver y darle su merecido a ese Dios Demonio?
—Es … muy molesto
—¡Molesto tu culo! ¿Puedes no ser tan perezosa con ese asunto? —tu discípulo fue el que resultó herido—. ¡También! ¿Qué haces? Ha estado peinando su cabello por medio día. ¿El chef es hombre ¿Es correcto para él llevar dos colas de caballo?
—¡Me parece bien!
—¡Bien mi pie! —se ve horrible.
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