Luego de oír su pregunta, lo primero que vino a la mente de Huo Mian fue: ¿Me estás jodiendo? ¿Cómo puedes compararte con Qin Chu?
Sin embargo, Huo Mian era una niña buena que no nunca decía malas palabras, en especial en un lugar como South Side. Finalmente, miró a Huo Siqian y le respondió con otra pregunta: —Me gustaría saber, ¿quién te dio el derecho de preguntarme algo así?
—Solo porque todos piensan de una manera, no significa que esa sea la respuesta correcta. Prefiero seguir intentando porque siempre hay una chance que exista otra respuesta.
—No, no hay otra respuesta. No puedes compararte con Qin Chu. Nadie en este mundo puede compararse con él —dijo directamente Huo Mian.
—Tsk tsk, mi tonta hermanita en verdad está enamorada.
—Esto no tiene nada que ver con que esté enamorado o no, es solo la verdad.
—Bien, espero que ese mocoso Qin Chu nunca te decepcione. Si un día termina rompiéndote el corazón, yo también me sentiré herido.
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