Visita de la Tía

Nan Luo tragó saliva al pensar en qué podría responderle a su hermana. ¿Podría decir que lo aprendió durante el entrenamiento secreto de esta mañana? Sería lo mismo que decirle que la Familia Nan tenía fuerzas secretas, ah.

—¡Lo escuché en la Academia! —respondió Nan Luo apresuradamente.

Nan Hua parpadeó. Estaban desayunando, ¿cierto? ¿Cuándo había ido Nan Luo a la academia?

Al ver la expresión en el rostro de Nan Hua, la expresión de Nan Luo tambaleó. Aunque Nan Hua era mayormente fría en el día a día, eso no significaba que su expresión fuera completamente gélida. Aún podía notar el significado de la mirada que su hermana le lanzaba de vez en cuando.

—Eso... eh... —Nan Luo no pudo decir nada.

El Anciano Maestro Nan levantó la mano y golpeó la frente de su nieto.

¡Plas!

—¡Ay! ¡Abuelo!

—Come apropiadamente —el Anciano Maestro Nan miró fijamente a su nieto antes de mirar a Nan Hua—. Hua'er, tu tía vendrá más tarde y te ayudará a enseñarte algo de etiqueta.

¿Etiqueta?

Ahora que Nan Hua lo pensaba, apenas sabía nada sobre la etiqueta de esta época, mientras que la Nan Hua de la novela era alguien que era excelente en términos de etiqueta. Parecía que tendría que trabajar duro si no quería que se descubriera que no era la verdadera Nan Hua.

La forma en que se comportaba solo estaba de acuerdo con algo de entrenamiento que tuvo cuando se infiltró en algunos lugares en el mundo moderno. Había algunas diferencias con este y no podía desempeñarse perfectamente bien.

—Sí, Abuelo —las palabras del Anciano Maestro Nan se quedaron atascadas en su garganta. En realidad, estaba pensando en persuadir a su nieta por miedo a que ella no quisiera aprender. Pero al ver a Nan Hua tan obediente, se sintió un poco perdido.

En el siguiente momento, sonrió con alegría. —Sí, ¡Hua'er es una buena chica!

Al lado, Hou Liang bajó la cabeza una vez más. Sentía que el Viejo General se volvía cada vez más parcial a medida que pasaba el tiempo. ¿Ella solo estaba siendo obediente y él ya la elogiaba?

Si fueran los soldados, estarían luchando por conseguir una sola frase de elogio del Viejo General.

Realmente duele la comparación.

Nan Hua parpadeó mientras su cerebro trabajaba. El Anciano Maestro Nan tenía dos hijos, Nan Shu Cheng y Nan Si Qiao. Un hijo y una hija. Nan Si Qiao se había casado varios años atrás con un general y normalmente vivía en otra ciudad ya que su esposo estaba activo en el frente.

No había mención sobre esto en la novela, así que Nan Hua no sabía por qué Nan Si Qiao volvería a la Ciudad Capital en este punto del tiempo.

Nan Luo levantó la vista.—Abuelo, ¿entonces los hermanos Feng también van a volver? ¿Puedo luchar con ellos?

—Ellos también están de vuelta.—Asintió el Anciano Maestro Nan.—Sin embargo, volverán un poco más tarde debido a algunos asuntos. Puedes encontrarte con ellos en la Academia más tarde.

Nan Luo se iluminó. Tenía dos primos mayores y ambos eran buenos en artes marciales. Por supuesto, cuando eran más jóvenes, a menudo luchaban juntos, pero desde que el mayor fue llevado al frente para experimentar la guerra real, no los había visto por algún tiempo.

Ahora, finalmente podría tener otra buena pelea de nuevo.

El trío terminó su comida y poco después, escucharon noticias sobre el regreso de Nan Si Qiao. El Anciano Maestro Nan naturalmente no necesitaba salir a recibir a su hija, pero había extrañado a esa pequeña chiquilla, así que naturalmente eligió dirigirse a la puerta.

Nan Hua miró hacia afuera mientras se abría la puerta. No había salido de la residencia desde que llegó aquí porque estaba ocupada entrenando. Por el momento, su cuerpo ya no estaba tan mal en su opinión, pero aún estaba lejos de su habilidad previa en el mundo moderno.

Una hermosa carroza se detuvo frente a su residencia. Varias criadas salieron rápidamente y ayudaron a la joven en la carroza a bajar.

Nan Si Qiao ya estaba en sus veintitantos pero parecía que todavía estaba en sus veintipocos. Vestida con un vestido verde oscuro, salió de la carroza. Sus ojos se iluminaron de inmediato cuando vio a su padre.

—Padre,—saludó Nan Si Qiao a su padre apropiadamente.

El Anciano Maestro Nan sonrió.—Qiao'er, es bueno verte bien.

—Estoy viviendo bien, Padre.—Nan Si Qiao sonrió a cambio. Luego miró a su sobrina y sobrino mientras su sonrisa se volvía más tierna.—Estos deben ser los hijos de mi Cuñada.

¿Cuñada?

Para que ella usara esta frase en lugar de su hermano, significaba que no tenía buena relación con su hermano. Nan Hua sintió que las relaciones en este mundo antiguo eran realmente extrañas.

Otras relaciones entre hermanos que había visto parecían estar muy tensas entre sí, completamente diferentes de su hermano, que se aferraría a ella cada vez que tuviera la oportunidad.

—Tía,—saludó Nan Luo.

—Tía,—siguió Nan Hua mientras sus ojos observaban cuidadosamente a Nan Si Qiao frente a ella.

Los ojos de Nan Si Qiao se estrecharon ligeramente. Luego miró fijamente a su padre.—Padre, ¿tú...?

*tos*

El Anciano Maestro Nan sonrió con timidez.—Entremos.