Rex estaba frente a la puerta principal, mirando cómo el auto de Scarlett desaparecía de su vista. Se quedó enraizado en el lugar, su mente en caos.
Bueno, no solo su mente estaba hecha un lío, sino también su corazón, desde que besó a Casey. Algo lo había estado molestando desde aquel beso.
Permaneció inmóvil por unos momentos, incapaz de moverse o incluso de decir una palabra a Casey, que estaba a su lado. Sin embargo, cuando escuchó los pasos de Casey alejándose de él sin decir una palabra, se preocupó.
—¿Está enojada? —Se preguntó en silencio en su corazón.
Luego, Rex miró hacia atrás y la vio caminar hacia dentro. De repente, un sentimiento de culpa lo inundó, y apretó los puños en frustración consigo mismo.
Impulsado por una fuerza inexplicable, Rex caminó, casi corriendo, tras ella. —Casey —gritó cuando ella llegó a la parte superior de las escaleras—. ¡Necesitamos hablar!
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