Los dioses de este territorio se reúnen en lo que alguna vez fue un templo para venerarlos, discutían la situación crítica en la que se encuentran, la falta de sacrificios humanos desde hace más de 500 años los ha llevado a debilitarse a tal punto que están al borde de la muerte, mientras que ellos, dioses buenos y bondadosos con la humanidad no están obteniendo ni una sola gota de sangre, los dioses que habitan el inframundo, el Xibalbá, tienen festines casi todos los días porque sus emisarios secuestran gente para llevarlos a lo más profundo del inframundo y dárselos como ofrenda a sus amos.
La trama se desarrolla en un contexto de opresión y guerra entre los humanos, mientras que los dioses tratan de advertirles que se avecina una tragedia similar o peor que la que ocurrió hace 10 años y marcó para siempre su historia.