—Si no fuera por la presencia de otros y una cierta persona mirando claramente a su esposo, Oriana le habría dicho que se concentrara en su propia comida. Pero al ver los celos relampagueando en los ojos de Grace desde el momento en que ella y Arlan se sentaron juntos, Oriana decidió deleitarse en ello.
—Ahora sé lo que significa deleitarse en la miseria ajena —una sonrisa perversa y ligera pintada en los labios de Oriana. Era una demonio, lejos de ser generosa.
—Conforme continuaba la comida, Ailwin y Luis hablaban sobre varios asuntos concernientes a la frontera noreste. Arlan ocasionalmente comentaba cuando Ailwin pedía su opinión, pero su enfoque principal estaba en asegurarse de que Oriana comiera bien. Grace, prefiriendo comer en silencio, miraba hacia ellos de vez en cuando, su envidia evidente.
—Una vez que terminó la comida, regresaron a la sala de dibujo donde los sirvientes les trajeron té recién preparado.
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