Ya era de mañana cuando Asher estaba a punto de terminar su sesión de estudio con Rowena, donde ella le enseñaba acerca de los asuntos del reino. Había llegado aquí bastante temprano para no llegar tarde a la Torre del Infierno.
—Eso es todo por hoy. No quiero que llegues tarde —dijo Rowena mientras recogía algunos de los documentos, aunque sus cejas revelaban un toque de decepción por tener que terminar por ahora.
Le resultaba bastante refrescante tener a alguien con quien compartir las cargas del reino. Pensó que le tomaría mucho tiempo poner a Asher al día.
Pero para su asombro, él era un aprendiz rápido que tenía un talento natural para entender las complejidades de cómo funcionaba el reino. La hizo sentir orgullosa ver que era capaz de comprender incluso los asuntos más intrincados e incluso de encontrar mejores soluciones a pequeños problemas de vez en cuando.
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