Dorothea admitió que no recibir respuesta de Chloe le punzó la conciencia. Porque su silencio era una aceptación de que Dorothea había sido una terrible madre para sus hijos y una pésima suegra para ella.
Pero se dio cuenta de que la indirecta de Chloe era algo que realmente necesitaba.
La cruda verdad podría ser fácil de decir pero muy difícil de digerir.
Pero el silencioso acuerdo de Chloe le dio tiempo y espacio a Dorothea para pensar por sí misma y tragar la amarga píldora.
—Está bien, Chloe. Entiendo que no soy una buena madre para Vernon —admitió finalmente Dorothea. Soltó su mano del brazo de Chloe y volvió a su asiento. Miró fijamente al paisaje de la Ciudad de Nueva York y murmuró: —Al final, todo es mi culpa porque lo traje a este mundo.
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