—¿Por qué sigues en mi cama? —preguntó Vicente.—
—¿Eh? Claro, quiero acompañarte a ver cualquier película. ¿Qué tiene de malo eso? —preguntó Priscila.— Sería la primera vez que Priscila se sentaba en la cama donde Chloe solía sentarse antes y veía la película con él.
Y Vicente no parecía estar de acuerdo. De hecho, parecía enojado: —Nunca te di permiso para acompañarme. Vete antes de que pierda la paciencia.—
Priscila jadeó sorprendida, —¡¿Cómo puedes ser así?! ¡Ya me has dicho algo así antes!—
—Bueno, ésta es la primera vez y deberías acostumbrarte. Ahora vete.—
Priscila quedó absolutamente atónita ante las duras palabras de Vicente. ¡Nunca antes se había sentido tan humillada e indeseada en su vida!
—¿Es por tu gorda exesposa? —preguntó Priscila.—
—¿Eh? ¿De qué estás hablando? —preguntó Vicente.— Ya estaba lo suficientemente enfadado porque Priscila no podía dejarle en paz, y ahora tenía que meter a Chloe en esta discusión.
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