—Tomo tu silencio como un sí —Vernon la besó en el cuello, satisfecho con su obediencia—. No puedes escapar ahora, cuñada.
Chloe sentía que estaba siendo abrazada por el diablo, todas las palabras de Vernon eran hipnotizantes y dominantes, pero ella no podía hacer nada al respecto.
Asintió débilmente y murmuró: —P—Por favor, sé gentil….
Vernon rió: —Mira a tu alrededor. ¿Crees que puedo ser gentil con todas estas cosas?
Chloe levantó la cabeza y miró a su alrededor una vez más. Tragó saliva nerviosamente.
Vernon tenía razón. Con su afición, no había forma de que pudiera ser gentil.
Pero ese no era su problema en ese momento;
Su preocupación estaba allí abajo, donde podía sentir algo grande, casi como una porra de policía que la apuntaba por detrás. Se mordió el labio inferior mientras intentaba sofocar más y más sus jadeos.
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