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Diario de una semidiosa

Mia lleva una vida normal hasta que se entera de que su padre es el dios del hielo, eso quiere decir que ella es una semi diosa. En esta historia Mia se verá envuelta en situaciones y problemas que le cambiarán la vida.Mia lleva una vida normal hasta que se entera de que su padre es el dios del hielo, eso quiere decir que ella es una semi diosa. En esta historia Mia se verá envuelta en situaciones y problemas que le cambiarán la vida.

MarianaOnix · Fantasia
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2 Chs

prologo

Hoy empezó mi fin de semana como cualquier día normal, iré a visitar a mi madre por una temporada larga así que me llevaré conmigo a mis mascotas.

Ya empaqué mis cosas y subí a los animales en el auto disponiéndome a salir lo más pronto posible para evitar el molesto tráfico de la ciudad. Después de cuatro horas de viaje llegué a una hermosa casa en medio del bosque y cerca de un lago.

Al llegar a casa desempaqué mis cosas y bajé a mis acompañantes del auto, mientras entraba con mis cosas me dispuse a saludar a mi madre.

–hola— la saludé dándole un abrazo.

– qué bueno tenerte de vuelta – me correspondió el abrazo ayudándome con mi equipaje.

– si quieres sube a acomodar tu equipaje mientras yo hago algo de comer – me dijo con una sonrisa.

– está bien – subí con mis maletas al que fue por mucho tiempo mi antiguo cuarto. Ya habiendo acomodado mis cosas bajé a la cocina.

– ma ¿te puedo ayudar en algo? – le pregunté bajando las escaleras.

– ¿Puedes acomodar la mesa por favor? – Me respondió desde la cocina.

– está bien – le respondí. Cuándo me disponía a acomodar la mesa sentí cómo la casa temblaba y acto seguido algo cayó en el jardín.

– ¿estás bien? – Le pregunté algo preocupada.

– sí, lo estoy – me respondió y salimos al jardín a ver qué era lo que había caído. Cuando salimos vimos que lo que había caído no era una cosa sino alguien.

– bienvenido de vuelta – escuché decir a mi madre, la miré algo extrañada mientras salía a ayudar al sujeto que andaba tirado en el jardín. Cuando lo ayudé a pararse sentí un escalofrío en todo mi cuerpo, acto seguido llevé a esta persona a la habitación más cercana que era el cuarto de juegos y lo ayudé a acostarse en el sofá de dicha sala.