Carro de Cañas de Azúcar

El niño pequeño parecía haber pensado en algo y se veía inquieto.

Gu Yundong se frotó la frente. Bueno, en realidad, este niño también tenía miedo, pero simplemente no lo decía.

—Yunshu, ¿puedes acompañar a Madre y Hermana un rato más? —Después de todo, esta casa era grande y era un lugar nuevo y desconocido para ellos. Yunshu tenía solo cinco años. Después de la emoción de ver una nueva casa, todavía se sentía muy inseguro.

Después de todo, en la familia Gu antigua, su familia de cinco solo tenía una habitación.

Gu Yunshu inmediatamente sacó pecho. —Yo-Yo no tengo miedo. No existían cosas como los fantasmas. Sí, su padre había dicho una vez que los poderes extraños no perturban la mente. Lo que Tercer Tío había dicho sobre colgar fantasmas sin cabeza en el pasado era todo mentira.

—Por supuesto que Yunshu no tiene miedo, pero el clima está frío ahora. Te resfriarás fácilmente si duermes solo. Cuando llegue la primavera, podrás quedarte en cualquier habitación que quieras.