Intimidando a los débiles y temiendo a los fuertes

—¿Eh? —Gu Yundong casi se echa a reír en voz alta al escuchar sus palabras—. ¿Redimirla? Sería suficiente si no la forzara a ser una criada en la Residencia Peng. ¿Redimirla?

Sin embargo, Gu Xian'er no vio su expresión. Miró hacia la habitación que era el doble de grande que la que solía tener en la familia Gu y dijo emocionada:

—Esta habitación no está mal. Déjame quedarme en ella en el futuro. Cuando llegue el momento, quiero una cama grande tallada y una mesa de vestir. Tiene que haber algunos armarios allá. Ah, cierto, también jarrones. Las familias ricas tienen que poner jarrones en sus habitaciones. Así es la familia Peng.

Ya había planeado conseguir que Gu Yundong le comprara algunas flores de seda y cortara algunas piezas de tela de mejor color para hacer ropa.

Viviendo en tal casa y vistiendo ropa nueva, ¿no era acaso como una joven dama?